Oscar Medina: ¿La inversión extranjera confía en la economía de República Dominicana? - Revista Mercado

Oscar Medina: ¿La inversión extranjera confía en la economía de República Dominicana?


En el mundo actual, la efectividad en la logística y la inversión extranjera son esenciales para el crecimiento económico. Para que estas iniciativas prosperen, es fundamental fomentar una cultura de comunicación respetuosa y abierta entre los equipos, tal como lo sugieren diversos expertos en logística y desarrollo. Este enfoque no solo mejora el ambiente laboral, sino que también potencia la creatividad y la innovación en los procesos logísticos y eso se refleja en la inversión extranjera en el país.

La inversión extranjera y la confianza en el mercado

La creciente inversión extranjera directa en República Dominicana es un indicador fundamental de que el mercado confía en lo que el país está haciendo. Este hecho revela que las medidas implementadas han generado un entorno favorable para los negocios. Sin embargo, la introducción de tecnología, como robots y automatización, requiere un capital humano capacitado que mantenga y programe estos sistemas. Por tanto, para que la inversión sea realmente eficiente, se deben garantizar servicios públicos efectivos y continuos.

La creación de un «triángulo logístico» compuesto por Panamá, República Dominicana y Cartagena representa una estrategia clave en la logística del Caribe. Este triángulo está en el cruce de importantes rutas marítimas y cuenta con una masa crítica de población y infraestructura que potencia la logística en la región. Santo Domingo, en particular, tiene un alto potencial para aprovechar las rutas que conectan Europa y los Estados Unidos.

«Las interacciones entre el sector público y privado deben ser libres de obstáculos.»

Un cambio de paradigma en la educación y el trabajo en equipo

Más allá de la infraestructura, la educación juega un papel crucial en la mejora de los procesos logísticos. Actualmente, se observa que la hiperespecialización de los profesionales limita su capacidad para ver el panorama general. Para romper esta barrera, es necesario establecer espacios de conversación donde exista silencio y respeto hacia las ideas, lo que a su vez permita un aprendizaje genuino.

El liderazgo debe fomentar esta cultura de escucha activa, donde las respuestas no necesariamente tienen que ser concretas, pero sí informativas. Esta apertura mental permitirá a los equipos compartir inquietudes y conocimientos que fortalecen la colaboración interdisciplinaria. Como se dice, «la comunicación entre los equipos debe ser una conversación de silencio y respeto».

La estrategia como hipótesis en evolución

El plan estratégico de una empresa no debe verse como un conjunto rígido de instrucciones a seguir al pie de la letra. Más bien, debe ser considerado un relato estructurado observado bajo la lente de la experimentación. Es fundamental que las empresas entiendan que los planes son hipótesis que deben ser monitoreadas y adaptadas a las realidades del mercado.

La capacidad para pivotar y ajustar las estrategias según las demandas del mercado es crucial. Por ejemplo, se necesita saber si hay que aumentar o disminuir la capacidad de contenedores o si es necesario cambiar el foco hacia otros sectores como el carbón o el petróleo. Esta observación constante es más difícil en un entorno con puertos eficientes pero menos flexibles, lo que resalta la importancia de la adaptabilidad en la logística.

La relación entre el sector público y privado

Es vital que la interacción entre el sector público y privado ocurra sin barreras que los separen. Ambos deben considerarse pares en una conversación libre de obstáculos, donde se evalúe qué está funcionando bien y qué puede mejorarse. El sector privado tiene el deber de prestar servicios de manera eficiente, buscando su rentabilidad, mientras que el sector público defiende el interés general, abordando aspectos que el mercado por sí solo podría pasar por alto.

La colaboración entre ambos sectores no solo beneficia a las partes involucradas, sino que también asegura que se consideren las necesidades de la comunidad en un contexto más amplio. La logística debe ser vista como un esfuerzo conjunto, donde el interés público y privado (incluyendo la inversión extranjera) se alineen en torno a un objetivo común: generar un impacto positivo en la economía y en la vida de las personas.

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