Christian Cabral, VP Negocios y CEO de Martí y Moviti, ha dedicado su carrera no solo a perseguir el crecimiento profesional, sino también a cultivar relaciones humanas que son fundamentales en el mundo de los negocios. En una reciente entrevista, compartió su perspectiva sobre el tiempo, las oportunidades y la importancia de la empatía en el liderazgo.
Para Cabral, el tiempo es un recurso invaluable que pasa volando. «Recuerdo cómo ha transcurrido rápidamente el tiempo«, dice, reflexionando sobre su experiencia. Esta agudeza temporal lo impulsa a aprovechar cada momento y cada oportunidad. Esta filosofía, que es a la vez personal y profesional, se centra en la idea de que cada uno es responsable de crear su propio camino. Aunque el crecimiento profesional a menudo parece el resultado de la suerte, él enfatiza que se requiere una búsqueda activa y decisiva para poder aprovechar las oportunidades que se presentan.
«El crecimiento solo es posible con las responsabilidades que uno mismo se busca.»
Uno de los aspectos más destacados de su trayectoria fue la decisión que tomó a los 22 años de mudarse a Europa por motivos laborales. Aunque esta decisión tuvo que ser tomada rápidamente, Cabral subrayó la relevancia de formar experiencias significativas. En esos años, tuvo la oportunidad de interactuar con diversas culturas y nacionalidades, lo que expandió su visión y habilidades en el mundo de los negocios. «Aprendí que más del 90% de la comunicación es no verbal«, afirma, destacando la importancia del lenguaje corporal y la conexión humana en el ámbito profesional.
A lo largo de su carrera, Cabral también ha comprendido la importancia del equilibrio entre la vida personal y profesional. A pesar de los desafíos de equilibrar estas esferas, considera que este balance es crucial para alcanzar el verdadero éxito. «El querer hacer negocios a veces entra en conflicto con la vida personal, pero este equilibrio es un suceso que aún no he logrado por completo«, confiesa. Esta sinceridad refleja no solo su autenticidad como líder, sino también su compromiso con el crecimiento y el aprendizaje continuo.
Christian también aborda la cuestión del liderazgo y la gestión del talento en las organizaciones. Señala que un buen líder no debe temer tener un equipo excepcional que lo supere en diversas áreas. En cambio, debe dedicarse a formar a los miembros del equipo para que puedan asumir responsabilidades esenciales en el futuro. «Un líder debe comprometerse a hacer que su empresa sea mejor mañana que hoy«, señala, resaltando que ese es el camino hacia un crecimiento sostenible y vibrante.
La transformación digital representa otro de los retos a los que se enfrenta la nueva generación de empresarios. Según Cabral, adaptarse a los cambios de mercado es crucial para no quedar atrás. «El que no se transforma, se estanca«, advierte, instando a aprender de los fracasos y a verlos como oportunidades de mejora.
Finalmente, una de las metáforas más potentes que compartió es sobre las relaciones construidas a lo largo del tiempo. A menudo, los negocios se hacen con personas que conocimos en el pasado, y esas conexiones pueden ser clave en momentos decisivos. «El mundo da muchas vueltas«, concluye, recordándonos que cada interacción cuenta y que la humildad y cortesía son esenciales en cualquier trayectoria.
Las enseñanzas de Christian Cabral ofrecen un mapa para quienes buscan sobresalir en el mundo competitivo de los negocios. A través de la búsqueda de oportunidades, la importancia de las relaciones humanas, y el equilibrio entre lo personal y lo profesional, se traza un camino claro hacia un liderazgo exitoso. Su visión nos recuerda que, en los negocios como en la vida, el crecimiento genuino requiere sinceridad, esfuerzo y un continuo aprendizaje.
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