Por más de 20 años, World Central Kitchen, iniciativa del Chef español José Andrés, que se dedica a atender a comunidades en momentos de crisis, ha contribuido a alimentar a más de 20 millones personas alrededor del mundo.
Países como Cuba, Haití, Nicaragua, Perú, Uganda, Polonia entre otros, incluyendo a la República Dominicana, han sido protagonistas de los esfuerzos de Andrés y de su equipo por auxiliar a la humanidad en momentos de necesidad.
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Lamentablemente no siempre en todos los lugares el equipo se encuentra con las facilidades para brindar el apoyo que desean.
En muchas ocasiones como en los casos de desastres naturales o guerra, cocinar se convierte en un riesgo de vida; tal fue la situación en Haití con el terremoto del año 2010, así como también lo es en Ucrania, en donde ya hace más de 6 meses de la invasión de Rusia millones de personas se encuentran en estado de emergencia.
Pérdida de vidas, de viviendas, separación de familias, la masiva inmigración y la escasez de insumos, han provocado que fundaciones e iniciativas de ayuda humanitaria como World Central Kitchen enfoquen sus esfuerzos en apoyar, pese a las dificultades que deben afrontar para poder hacerlo.
El pasado mes de abril un misil ruso impactó en una de las cocinas que Andrés y su equipo habían organizado en Járkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, hiriendo a 4 miembros en la explosión.
“Esta es la realidad aquí, cocinar es un acto heroico y de valentía”, comentó el CEO de World Central Kitchen, Nate Mook en una entrevista realizada por la cadena de noticias CNN.
Pero a pesar de la nefasta realidad, el equipo no para y el trabajo no se detiene. Con el material que no sufrió daños continuaron cocinando y ayudando a mantener a esta población afectada por las circunstancias de la guerra, acto que llamó la atención del multimillonario Jeff Bezos, quien ofreció a José Andrés US$100 millones para apoyar los esfuerzos de él y su equipo.
La escala de la operación de World Central Kitchen en Ucrania ha sido masiva e incluye más de 300 cocinas en 30 ciudades diferentes que proporcionan 300.000 comidas diarias a la comunidad, y expone al equipo en las múltiples locaciones a los ataques mortales, pero sin quebrantar su espíritu y su vocación.
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Aunque es la primera experiencia de World Central Kitchen en una zona de guerra, este tipo de logística compleja no es nueva para el equipo que durante la pandemia, logró alimentar con éxito a millones de personas.
Desde que comenzó el encierro, José Andrés acudió al llamado de auxilio y puso a su equipo a trabajar, en principio apoyando al crucero Diamond Princess Cruiseship, donde miles de personas entre personal del crucero y turistas, se encontraban en cuarentena en Yokohama, Japón.
En los siguientes meses se acumulaba una avalancha de zonas en emergencia a nivel mundial, superando toda preparación y capacidad de respuesta que el equipo podía tener.
Las necesidades eran abrumadoras, lo que llevo a José Andrés a formular una nueva estrategia de acción al ver que no sólo estaba afectada la población, sino también la industria de la restauración a la que ha dedicado su vida.
La estrategia consistió en comprar a restaurantes su material de operación perecedero para poder utilizarlo en cada locación en donde se instalara el equipo, lo que permitió ayudar a la industria además de las comunidades.
Las repercusiones que esta estrategia significó fue mucho más allá de los restaurantes locales, impactando a los proveedores de alimentos, como granjeros y pequeños distribuidores y permitiendo que los establecimientos conservaran a su personal de nómina.
Muchos restaurantes impactados por la pandemia se unieron a los esfuerzos de World Central Kitchen y hoy en día siguen las labores de ayuda dentro de sus comunidades.
La lista de logros de este chef multifacético no termina aquí. Uno de los nuevos proyectos en los que está trabajando en conjunto con la compañía de exploración espacial llamada Axiom, liderada por NASA, tiene como objetivo nada más y nada menos que llevar una paella de hongos y pollo al espacio para ser degustada por los astronautas.
“(…) lo más importante es cambiar la percepción…” señala José Andrés refiriéndose a NASA siempre sirviendo comida deshidratada, “(…) me llenaría de mucho orgullo (…)”.
José Andrés también sirvió como Decano de la Escuela de Física Culinaria de la Universidad de Harvard y como profesor en la Universidad de George Washington.
Pero fue su corazón altruista que lo ha hecho merecedor de múltiples reconocimientos honorarios a lo largo de los años, como el National Humanities Medal, de manos del presidente Barack Obama, y una nominación al Premio Nobel de la Paz.
Artículo retomado de la edición de agosto
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