La inusual e inspiradora reinvención de Anna Sorokin
Huawei

One crime was missing: la inusual reinvención de Anna Sorokin

Por Karime Rivas | octubre 25, 2022

Pocas mujeres han logrado rentabilizar su fracaso con tal sagacidad como Anna Sorokin, la misma que inspiró la serie de «ficción» de Netflix. En ella, se retrata a una falsa millonaria que vivía en hoteles cinco estrellas, vestía ropa de diseñadores de alta costura, asistía a fiestas exclusivas y daba generosas propinas.

Es difícil diferenciar la realidad de la ficción cuando se trata de Anna. Sin embargo, los periodistas se han dado a la tarea de profundizar para crear esa línea divisoria entre lo imaginario y lo real.

Accede a las historias más relevantes de negocios, bienestar y tecnología. Entérate de nuestros rankings y eventos exclusivos. Suscríbete y recibe en tu correo el mejor contenido de Mercado.

Anna Sorokin
«Anna on Ice», un autorretrato de Anna Sorokin. Fotografía: El País.

Luego de cuatro años de cárcel por fraude y 17 meses en un centro de detención de migrantes, Anna no deja de sacar provecho a cada momento que la vida le presenta. Para ella el arresto domiciliario ha sido solo una contrariedad sin importancia, que ha logrado monetizar.

Una vida legendaria

Para empezar, Sorokin recibió de Netflix 320,000 dólares por los derechos de su historia para la serie Inventing Anna. Esto, tan solo es una pequeña suma para ella, que alega haber consumido por completo mucho antes de haber salido de la cárcel.

 

View this post on Instagram

 

A post shared by Anna Delvey (@theannadelvey)


Para ella, la costosa ciudad de New York no representa un reto, pues halló incluso en sus dibujos una fuente de ingreso. Desde la cárcel comenzó a vender cada pieza en 10,000 dólares, lo que le costó la fianza del alquiler del East Village.

Y claro está, la mujer ha traspasado sus propias limitantes atreviéndose a ofrecer sus servicios como ‘coach de salud’, para ayudar a otro a «transitar sus dificultades». Y para cubrir una comunicación 360, ella planea lanzar un podcast que quizás se llegue a llamar, «¡No todas mis ideas son ilegales!».

En todo caso, como bien le califica la periodista María Antonia Sánchez-Vallejo del diario El País, puede que muy pronto la historia de Anna se pierda en la espumante realida de New York. Esto sería el fin de todo el glamour que envuelve a una mujer fraudulenta. Lo que quizás no logre desaparecer, es su insistente capacidad de transformar en bueno, todo lo que en este mundo está mal.

Por: Karime Rivas.