Si bien es cierto que gran parte del tejido empresarial dominicano está compuesto por empresas familiares, los estudios sobre sus valores y dinámicas son escasos. Si a esto le añadimos el deseo de conocer el rol femenino en las empresas familiares, los registros se vuelven más escasos aún. Sin embargo, algunas consultoras han armado un bosquejo de la importancia de la mujer en este tipo de dinámicas empresariales.
Algunos hallazgos iniciales apuntan a las dificultades que las mujeres afrontan al momento de incorporarse a la empresa familiar. Pero con el tiempo, esta visión se fue tornando mucho más optimista, si se quiere, para plantear a la mujer como un agente activo en la creación del «capital cultural».
Accede a las historias más relevantes de negocios, bienestar y tecnología. Entérate de nuestros rankings y eventos exclusivos. Suscríbete y recibe en tu correo el mejor contenido de Mercado.
En muchos casos de estudio, como los promovidos por la consultora Deloitte y McKinsey, vemos el rol de la mujer más como un agente catalizador, perfecto para transmitir los valores familiares. Y la empresa familiar sin sus valores es una cáscara vacía, por tanto, la mujer es el capital cultural de toda empresa familiar.
A pesar de las cualidades femeninas para asimilar y transmitir valores, la historia demuestra cómo las sucesiones preferiblemente recaen en los hombres, dejando a la mujer como una opción solo cuando no hay otro varón en la familia o la diferencia de edad es demasiada.
Las dudas sobre la capacidad de compromiso a largo plazo son las que predominan en esta decisión. Sin embargo, la inteligencia, el compromiso y la eficiencia no tienen género. Esto, sin olvidar que la mujer no ha dejado de ser cuestionada al ocupar posiciones de poder.
Al igual que en la sociedad, las mujeres en los entornos familiares deben luchar entre la objetividad y la subjetividad, espacios públicos frente a privados, habilidades fácilmente medibles y cumplimiento de objetivos concretos. La socialización del género influye en la designación de roles.
En todo caso, la mejor salida a esto, es la invitación a mirar la asignación de roles empresariales libre de sesgos. Separar un poco el rol del hogar, de aquel que la mujer desempeña en el mundo empresarial, es un excelente punto de partida para dar continuidad a la evolución que desde los años 90 estamos experimentando.
El objetivo es uno: eliminar la brecha de género. Incluso en las empresas familiares.
Por: Karime Rivas.
Con la compra de tu suscripción digital, recibes acceso a contenido premium dentro de nuestra plataforma web.
Acceso exclusivo a noticias, entrevistas y artículos
Acceso prioritario a eventos
Newsletters digitales diarios
Acceso exclusivo a noticias, entrevistas y artículos
Acceso prioritario a eventos
Newsletters digitales diarios
Newsletters especiales y especializados
12 ediciones digitales de Mercado
12 ediciones digitales de Market Brief
Nuevas ediciones al instante en tu correo