«No puedo cumplir con el mandato para el cual me eligió el Partido Conservador. He hablado con su majestad el rey para decirle que renuncio como líder del Partido Conservador», así dimitió Liz Truss sellando públicamente la decisión, luego de 45 días de mandato.
La profunda crisis política en el país, especialmente dentro del partido, se erigieron sobre ella como una gran nube que opacó sus decisiones. El caos político y económico hizo que su secretaria de Interior dimitiera y los legisladores del partido le retiraran su apoyo.
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Su visión económica se convirtió en un compendio de malas decisiones, que le vinculó de inmediato al gobierno predecesor. Truss llegó a anunciar el aumento de impuestos para las empresas del 19 % a 25 %.
Esta decisión con alto costo político se convirtió en la primera marcha atrás a la idea de eliminar el impuesto sobre la renta que pagan los millonarios del país. Ambas medidas formaban parte del «minipresupuesto», un plan que ella lanzó a pocos días de comenzar su gestión como primer ministra.
Tomar decisiones que generaran una profunda inestabilidad económica y política al país, pusieron a andar el cronómetro en marcha atrás. Y pronto caería la figura que en algún momento se le calificó de ser sucesora de Margaret Thatcher.
Con el nuevo paquete económico Liz Truss buscaba aprovechar las libertades del brexit. En lugar de eso, ella se ha convertido en al primera ministra en estar menos tiempo en el cargo, por encima de George Canning, quien acumuló 119 días en el gobierno hasta su muerte en 1827.
Esta decisión abre una nueva lucha para elegir nuevos líderes dentro de un partido que se ha desangrado como lo es el Partido Conservador. Algunas especulaciones apuntan a la posibilidad de que su nuevo líder sea escogido entre los parlamentarios.
Es inédito que, en tiempos de paz, un tercer primer ministro asuma el cargo sin elecciones generales de por medio. Aún así, la oposición no dejará de presionar para celebrar las elecciones generales.
Aún así, en medio del caos hay alguien que puede decirse que resulta beneficiada en el largo plazo. Liz Truss recibirá una asignación anual de £ 115,000 por el resto de su vida a pesar de su breve período de mandato.
Con una ley promulgada en 1991, Truss se convierte en el sexto primer ministro en recibir el subsidio de por vida. Además, Truss tiene derecho a recibir una asignación de pensión de hasta el 10 % de los £ 115,000 anuales.
Así, ella ha firmado un terrible acuerdo en el corto plazo, que le ha beneficiado por mucho en el largo plazo, ¿o quizás no? Lo cierto es, que así dimitió Liz Truss.
Por: Karime Rivas.
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