¿Por qué miras el reloj a las 11:11, te obsesiona el número 23 y buscas patrones enigmáticos en todo lo que haces? Si haces una búsqueda rápida en internet, te darás cuenta que esto tiene un nombre y es, Apofenia. Se trata de un sesgo cognitivo que puede jugar a tu favor, o no, en el mundo de los negocios.
Aunque la Apofenia no se trata de una enfermedad, realmente es un fenómeno por el cual tendemos a ver patrones donde no los hay. Básicamente, nos fijamos más en ciertos sucesos si estamos predispuestos a ellos. Por ejemplo, si piensas en alguien y de pronto esa persona llama por teléfono, pensarás que ambas cosas están relacionadas.
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El neuropsiquiatra suizo Peter Brugger ha publicado al respecto algunos estudios. En ellos, plantea que la apofenia puede ser el resultado de una actividad excesiva en el sistema dopaminérgico, pues se ha observado una secreción anormal de dopamina en personas muy tendentes a este fenómeno.
Claro está, si ocurre de forma puntual, como las llamadas no es algo preocupante. Sin embargo, si se da de forma muy repetida hasta alcanzar la obsesión, como le ocurre al protagonista de la película Número 23, ya se trataría de algo patológico.
La Ilusión de Serie o la Apofenia tiene su origen hasta cierto punto en el sesgo de confirmación, y puede potenciarse, también, a través de dicho sesgo. De hecho, es una característica que tienen en común los analistas demoscópicos y económicos.
Un ejemplo de ellos, es que cae el PIB y te dan diez razones de por qué ha podido ser; sube una acción, te dan diez razones de por qué; baja un partido en las encuestas, te dan otras diez.
Mientras no sea llevado al extremo, la apofenia forma parte de los rasgos distintivos en las personas más innovadoras.
Saben identificar patrones. Esta habilidad les permite unir lo que aparentemente son datos aleatorios, tendencias y patrones de comportamiento.
Son perezosos brillantes. Para ellos es cuestión de eficiencia, una persona perezosa escogerá la forma más sencilla y rápida de hacer un trabajo duro, por tanto, tiene muchas posibilidades de crear un proceso efectivo.
Toman nota constantemente. Tiene la mente activa y para ordenar todo lo que tienen en ella necesitan papel y lápiz para recordar. De esta combinación salen ideas geniales.
Buscan la perfección pero viven el progreso continuo. A las personas innovadoras les gusta la perfección, la buscan, pero también son conscientes de que fallar es una oportunidad de mejorar, de progresar y, como no, de innovar.
Asumen riesgos. Trabajar en una idea con miedo al fracaso es algo que les anima en vez de acobardarlos. Los innovadores saben que ese miedo trae consigo compromiso y esfuerzo.
Se alimentan de diferentes intereses. De todo se aprende y eso los innovadores lo tienen bien claro. Ellos se nutren de diversas actividades, personas y estilos para hacer sus creaciones.
Sacan provecho de las paradojas. Las cosas no son blancas o negras, hay muchos grises intermedios y eso los innovadores lo tienen bien interiorizado. Aprovechan para innovar las paradojas que se dan en esa gama.
Por: KR.
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