El nombre de Michelle Wu puede ser asociado al ser pionera, el emprendedurismo, las primera veces de las mujeres que han derribado paradigmas en un estado tan apegado a sus tradiciones como lo es Boston, Massachusetts. Pasó de ser la primera mujer asiático-estadounidense en servir en el Concejo Municipal, a ser la primera mujer en 200 años en ocupar el cargo de alcaldesa de Boston.
Con apenas 36 años, fue quien emprendió la principal ordenanza de licencia parental remunerada de Boston y la ordenanza de equidad en la atención médica que prohíbe la discriminación basada en la identidad de género, las cuales fueron aprobadas por unanimidad por el Concejo y promulgadas por el ex alcalde Martin J. Walsh. También fue autora de la ordenanza de acceso a las comunicaciones de Boston, que garantiza la traducción, la interpretación y la tecnología de asistencia del dominio del idioma inglés o la discapacidad de comunicación.
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Wu comenzó en el Ayuntamiento trabajando para el alcalde Thomas M. Menino como miembro de Rappaport en derecho y políticas públicas, donde creó la primera guía de la ciudad para el proceso de permisos de restaurantes de principio a fin, y también fue una fuerza impulsora para lanzar Boston’s programa de camiones de comida. Más tarde se desempeñó como directora de circunscripción a nivel estatal en la campaña del Senado de los Estados Unidos de su ex profesora de derecho, Elizabeth Warren.
Como ex propietaria de un restaurante, abogada de servicios legales y tutora legal de su hermana menor, Wu comprende de primera mano las barreras que enfrentan las familias y las comunidades. Siendo esta una de las principales ventajas de su campaña política, con la que enfrentó a su principal contrincante, Annissa Essaibi George.
Su carisma natural y pensamiento inclusivo logró quebrar el discurso tradicional, ganando una ventaja cómoda gracias al apoyo de los millennials izquierdistas y por los votantes asiáticos, latinos y negros. Aunque ambas se sitúan en la órbita demócrata y ambas se clasificaron en unos comicios previos en los que se escogía a los candidatos más votados, independientemente de su partido.
El mensaje progresista de Wu, prometía sanidad infantil universal, transporte público gratuito, control de los alquileres para poner coto a la gentrificación y un agresivo pacto verde de alcance municipal. Con esas promesas, su candidatura se ha convertido en una forma de demostrar que hacer una política diferente es posible.
Su contrincante hizo a un lado los cambios demográficos importantes, producto de una gran movilización de una ciudad mutante en la que el porcentaje de la población negra ha pasado del 40% en 1990 al 53% en 2017. Además del segmento asiático americano, está creciendo electoralmente pese a que está infrarrepresentado. De las 100 grandes ciudades del país solo siete tienen alcaldes que pertenecen a ese grupo de población, según el Asian Pacific American Institute for Congressional Studies.
Assaibi George, su contrincante, representaba una cara más continuista de la política municipal bostoniana. Basó su campaña en un pragmatismo centrista y acusó repetidamente a Wu de ganarse simpatías a base de promesas irrealizables. Contaba con el apoyo de los sindicatos y de las clases trabajadoras irlandesas, así como con el respaldo del anterior alcalde, Martin J. Walsh, quien, tras ocho años con el bastón de mando, abandonó la ciudad para trabajar en la Administración de Joe Biden como secretario de Trabajo.
Michelle Wu se graduó de Harvard College y Harvard Law School. Vive en Roslindale con su esposo Conor y sus hijos Blaise y Cass. En 2016, como Concejal, Wu fue honrada como una de las Diez Jóvenes Líderes Sobresalientes por la Cámara de Comercio del Gran Boston y como parte de New Guard: Las 50 mujeres más influyentes de Estados Unidos de la revista Marie Claire.
Lo más importante de Michelle Wu es su historia personal y diversidad cultural, la cual quedó de manifiesto cuando en medio de su discurso pronunció, «todo es posible», en inglés, mandarín, español y francés. Quiso incluir a todos en su discurso de victoria en las elecciones municipales de Boston.
Con su estilo fresco y sonrisa amplia representa una histórica bofetada a esas tradiciones: sus conciudadanos nunca hasta ahora habían elegido a una persona nacida y criada lejos de la capital de Massachusetts. También es la más joven en ocupar este cargo en más de 100 años. Definitivamente, será interesante ver de cerca la gestión de una joven capaz de ser precursora en todo lo que se propone. (KR)
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