Las encuestas comienzan a mostrar las favoritas del partido demócrata estadounidense: Michelle Obama y Kamala Harris. Aún así, Michelle constantemente repite en una especie de mantra: «nunca aspiraré a la Casa Blanca». Pese a los incesantes rumores, Michelle manifiesta que no le gusta la política, y por eso nunca aspirará al Despacho Oval. Sin embargo, los votantes aún esperan el milagro.
Pese a la reciente crisis de popularidad de Joe Biden, las encuestas colocan a estas dos mujeres como candidatas sólo si Biden no se postula a la presidencia. Y aunque otros sondeos sitúan a Kamala Harris como la vicepresidenta peor valorada de la historia de Estados Unidos, ella consigue un 13% de apoyos; Michelle Obama, que nunca ha ocupado un cargo de elección pública, acumula el 10% de los votos entre las bases demócratas.
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Esto no tiene porqué ser una sorpresa, en realidad, cuando los Obama abandonaron la Casa Blanca en 2017, los índices de popularidad de la primera dama superaban en más de diez puntos a los de su marido. Su carisma y su influencia mediática no han perdido fuerza en este tiempo. Más bien al contrario. Sin embargo, a tres años del siguiente ciclo electoral, no existe ningún indicio de que Obama vaya a cambiar de opinión. De hecho, no solo ha negado su interés, sino que ha amagado, incluso, con retirarse prematuramente de la vida pública.
«En estos momentos, estoy moviéndome hacia la jubilación», decía en marzo de este año, poco después de cumplir 57 años. Más selectiva con las iniciativas que lidera (y después de cerrar suculentos acuerdos con Netflix, Spotify y liderar las listas de best sellers con su biografía Becoming), Obama está concentrada ahora en avanzar en la construcción del edificio que albergará la Fundación Obama en Chicago. «Estamos construyendo la fundación para que alguien continúe con el trabajo y nosotros podamos retirarnos y estar juntos», ha explicado.
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Uno de los proyectos de la fundación que la ex primera dama apoya de manera más activa es Girls Opportunity Alliance, cuya misión es empoderar a niñas adolescentes de todo el mundo a través de la educación para que ellas transformen después sus comunidades y sus países. En su última campaña, la iniciativa ha unido fuerzas con los grandes almacenes de lujo Saks Fith Avenue.
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Y aunque parece que su intención es mantener un perfil más bajo a partir de ahora, de momento la visibilidad mediática de Michelle Obama está garantizada. Además de interpretarse a sí misma en la comedia de ABC Black-ish, Obama será también la protagonista de The first lady, la serie de Showtime sobre las primeras damas más carismáticas de la historia reciente, que se estrenará la próxima primavera. Mientras Viola Davis se encargará de dar vida a Obama, Michelle Pfeiffer se pondrá en la piel de Betty Ford y Gillian Anderson, en la de Eleanor Roosevelt. (NF)