El debate sobre la equidad en los premios Oscar no es nuevo, pero en 2025 una pregunta se hizo especialmente presente: ¿la Academia favoreció a la juventud sobre la experiencia en la categoría de Mejor Actriz? La victoria de Mikey Madison, de 25 años, por su papel en Anora, sobre Demi Moore, de 62 años, quien protagonizó La Sustancia, ha encendido un análisis crítico sobre la posibilidad de edadismo en los premios.
Tradicionalmente, han acusado a la industria cinematográfica de priorizar la juventud en los roles femeninos, lo que reduce las oportunidades para actrices mayores de 50. Aunque en esta edición de los Oscar hubo nominadas veteranas como Moore e Isabella Rossellini (72 años, nominada a Mejor Actriz de Reparto por Cónclave), ninguna se llevó la estatuilla. Mientras tanto, la Academia no tuvo reparos en premiar a Robert Downey Jr. (58 años) como Mejor Actor de Reparto por Oppenheimer, lo que reaviva el debate sobre si la edad es un factor discriminante solo para las mujeres.
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Moore, quien ya había sido galardonada con un Globo de Oro por su interpretación en La Sustancia, llegó a los Oscar con altas expectativas. Su actuación fue ampliamente elogiada, pero no fue suficiente para convencer a la Academia. “La Academia tiene menos complejos para distinguir a actrices jóvenes que a actores jóvenes”, escribió La Tercera en un artículo donde tituló «La ingrata noche de Demi Moore en los Oscar 2025».
El portal destacó que, a lo largo de la historia, la Academia ha premiado mayoritariamente a actrices menores de 40 años como ganadoras del Oscar a Mejor Actriz. De hecho, en la última década, solo Frances McDormand ha roto esta tendencia al ganar con 60 años por Nomadland (2021).
No todos los expertos ven en la derrota de Moore una señal de edadismo. Javier Ocaña, crítico de Cadena SER, afirmó que la victoria de Madison fue justa y que su desempeño en Anora representó «un nuevo estándar de actuación en Hollywood». Este argumento refuerza la idea de que los premios se otorgan, en teoría, con base en el mérito y no en la edad.
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Sin embargo, los datos hablan por sí solos: en los últimos 30 años, solo tres actrices mayores de 60 han ganado en la categoría de Mejor Actriz. En contraste, actores masculinos como Anthony Hopkins (83 años, The Father, 2021) han recibido el premio sin mayor controversia, lo que refuerza la percepción de un doble estándar de género y edad en la industria.
Si bien la derrota de Moore y Rossellini puede interpretarse como un reflejo de la preferencia de Hollywood por la juventud, sus nominaciones también muestran un cambio progresivo en la inclusión de actrices de mayor edad. En los últimos años, figuras como Jamie Lee Curtis (ganadora del Oscar en 2023 a los 64 años) han demostrado que el talento no tiene fecha de caducidad.
El desafío para la industria no es solo reconocer a actrices veteranas con nominaciones, sino también garantizar que tengan oportunidades equitativas de ganar. Mientras la conversación sobre edadismo sigue en la mesa, las puertas de Hollywood parecen estar abriéndose, aunque aún queda camino por recorrer.
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