La contaminación ambiental es un tema del que hemos oído desde hace décadas; sin embargo, por alguna razón, las cifras no tienen el impacto de toma de conciencia que deberían. La doctora española María Neira, directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS, ha destacado que la mala calidad del aire provoca 7 millones de muertes al año en todo el mundo.
Neira, quien participa en el Congreso de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica que se celebra en Pamplona, subraya en una entrevista con la agencia de noticias EFE que los datos de satélite revelan una contaminación que va en aumento en los grandes núcleos urbanos.
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La responsable de Salud Pública de la OMS alerta sobre las conductas irresponsables y «depredadoras» de recursos, porque «el planeta puede vivir sin nosotros perfectamente y nos va a eliminar en cuanto seamos demasiado nocivos».
La experta menciona la contaminación en el aire como un factor multiplicador de riesgo durante la pandemia. «Es evidente que las personas que viven en núcleos urbanos donde la calidad del aire es mala, donde hay una contaminación alta, esos pulmones son más vulnerables, van a ser más susceptibles», comenta a EFE.
Neira reconoce que se trata de un factor de riesgo y el Sars-Cov-2, «tenía ingredientes» que encontraron un territorio perfectamente preparado. Las cifras hablan por sí solas, aquellas ciudades con mayor índice de contaminación la propagación y letalidad fue incluso más alta.
De acuerdo a la doctor Neira, el problema se incrementa en zonas como Nueva Delhi donde, cuando se acaba la cosecha agrícola, esos residuos se incineran y eso genera una contaminación brutal, o lugares como Mongolia, donde usan para calentarse todo lo que encuentran, como vegetales o residuos, y eso crea una contaminación enorme.
«Los países en desarrollo tienen esa doble contaminación, del tráfico y de los procesos industriales, pero también del hecho de que, para calentarse o para tener un mínimo de luz o para cocinar, usan todavía combustibles fósiles», explica.
Aunque suene increíble, la mala calidad del aire tiene un costo económico. Al respecto la doctora Neira explica que no son solo los 7 millones de muertos en el mundo, se debe incluir un sistema sanitario que debe cubrir unos costes que estimamos a nivel global en 5 trillones de dólares al año.
«Si ponemos todo eso en la balanza, parece absurdo que sigamos obstinándonos en no acelerar esa transición que tantos beneficios para la sociedad tiene», asegura. «La cosa más esquizofrénica es que el mundo sigue dando subvenciones a los combustibles fósiles y, cuando se calcula el beneficio que pueden tener esas subvenciones, no se tiene en cuenta que esos combustibles van a generar enfermedades que luego el mismo Gobierno tiene que pagar. El gasto en salud duplica a esos posibles beneficios».
Por: KR / EFE.
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