Françoise Gilot, la artista centenaria que rechazó a Picasso
Amadita

Love, painting and delirium: Françoise Gilot, la artista centenaria que rechazó a Picasso

Por Karime Rivas | enero 30, 2022

Los 100 años son los nuevos 20 y muchas mujeres de historia están cumpliendo su centenar con luces plenas en el arte. Françoise Gilot es una verdadera ‘influencer’ del arte que fue amante de Picasso durante una década y estuvo casada con el científico Jonas Salk y pese a su edad, vive el momento más importante de su carrera. Sus cuadros están expuestos en museos como el Met y el MoMA de New York o el Centre Pompidou de París.

Fotografía: Femmes Peintres

En los últimos años su obra se ha convertido en un pequeño fenómeno del mundo de las subastas de arte y coleccionismo. Por eso, el New York Times le ha calificado como una ‘It Girl’ que, eso sí, cumplió 100 años el pasado noviembre. Aunque Françoise Gilot será recordada como la única mujer que abandonó a Picasso, ella siempre ha sido mucho más que eso.

Accede a las historias más relevantes de negocios, bienestar y tecnología. Entérate de nuestros rankings y eventos exclusivos. Suscríbete y recibe en tu correo el mejor contenido de Mercado.

Gracias a la suerte y el buen gusto, su obra así como la de muchas otras mujeres de su generación como Lee Krasner, Alice Nell o Georgia O’Keeffe, por fin recibe el reconocimiento y la visibilidad que merece.

Una vida de cuadro

Criada en una familia francesa burguesa y bien acomodada, Gilot conoció a Picasso en 1943. Tenía apenas 21 años y ya figuraba como una rebelde intelectual, había abandonado su carrera de Derecho y daba sus primeros pasos como artista después de pasar por la escuela de arte. La diferencia de edad era mucha, él ya tenía 61 años y era un genio consagrado y una de las personas más famosas del mundo.

Gilot y Picasso. Fotografía: Sotheby’s

El gusto que ambos compartían por la comida los llevó a conocerse en un restaurante parisino, no sin un poco de drama. Picasso estaba allí sentado con su amante, Dora Maar. El pintor pasó por alto a todos en el lugar y se acercó a Gilot con un cuenco lleno de cerezas, mientras ella compartía comida con una amiga. Apenas él se presentó, ella le dijo que era pintora, a lo que el respondió: «Es lo más gracioso que he escuchado en todo el día. Yo también soy pintor».

Así comenzó una relación que ella misma ha definido tanto física como intelectual. Sus largas conversaciones valieron la confianza del artista quien delegó sus cuentas en Gilot, pero según la artista nunca llegó a ser sentimental. Sin embargo, fueron años de gran provecho para cultivar relación con artistas como Chagall, Braque, Giacometti o Matisse, al que admiraba profundamente y desarrolló una profunda amistad.

A pesar de su practicidad en la relación tuvieron dos hijos, Claude y Paloma, hecho que cambió para siempre la dinámica de la relación entre Gilot y Picasso. Aunque el pintor podía ser tierno, también podía ser extremadamente cruel, dominante y en ocasiones, rozaba los comportamientos violentos. Ni siquiera se esforzó por esconder sus relaciones fuera de la unión. Y un 1953 Gilot decidió dejarle «Nadie deja a un hombre como yo», le advirtió el pintor. «Espera y verás», le contestó ella. Efectivamente, Gilot fue la única mujer que dejó al genio.

Fotografía: The Guardian

La venganza de Picasso

Picasso trató de cobrar venganza buscando hundir su carrera como artista, pero no lo consiguió. Después de casarse con el pintor Luc Simon, con el que tuvo una hija, Gilot pasó al altar por tercera vez con el virólogo Jonas Salk, inventor de la vacuna para la poliomielitis. Permanecieron juntos hasta que la muerte de Salk los separó.

Con una vida llena de batallas y victorias, ahora Françoise Gilot reside en su apartamento en el Upper West Side de Manhattan y Francia. Con un estilo de vida perfectamente sostenido por el éxito de sus obras, entre las que abundan los autorretratos, los paisajes y la naturaleza muerta plagada de simbolismos.

El año pasado, su cuadro ‘Paloma à la Guitare’, un retrato de su hija de 1965, fue subastado por  Sotheby’s y alcanzó 1,3 millones de dólares. En noviembre, la obra abstracta ‘Living Forest’ se vendió por el mismo precio. Con varias muestras retrospectivas en Francia, Hungría y Estados Unidos el interés por su obra ha crecido al mismo ritmo que el valor de sus pinturas. (KR)