El legado familiar se escribe en femenino: así lo contaron en CEAPI

En el corazón de Sevilla, un panel organizado bajo la iniciativa del Congreso CEAPI reunió a dos mujeres que encarnan la evolución del liderazgo familiar femenino en América Latina. Bajo el título “El legado familiar, mujeres que transforman empresas”, el encuentro sirvió como un espejo de las profundas transformaciones que viven hoy las empresas familiares lideradas por mujeres.

Pero antes, Nuria Viloria y Antonio Pulido Gutiérrez, en sus palabras de bienvenida, marcaron el tono de la jornada: un reconocimiento a mujeres que no solo toman el relevo de negocios históricos, sino que los proyectan hacia el futuro sin renunciar a sus valores. Como subrayó Pulido, “el liderazgo desde la inspiración y el respeto es lo que define hoy a las mujeres líderes”.

La conversación fue moderada por Patricia De Moya, presidenta de Mercado Media Network, y tuvo como protagonistas a Carmen María Torrebiarte, presidenta de la Junta Directiva de AgroCoban y primera presidenta de CASIF (Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras de Guatemala), y Guadalupe de la Vega, presidenta del Consejo de Administración del Grupo De la Vega en México.

Ambas líderes coincidieron en una premisa clave: el legado no es un lastre, es una raíz que sostiene la evolución. «El legado tiene que ver con comunidad», señaló Guadalupe, refiriéndose al compromiso social de su grupo empresarial. Para Carmen María, ese legado se extiende como un árbol, con ramas que deben sostenerse en los valores originales: «solidaridad, integridad y liderazgo».

Liderar desde el conflicto y la evolución, cuando hay legado familiar

Los desafíos no han sido pocos. Torrebiarte relató cómo fue la primera de su generación en incorporarse a la operación familiar, un movimiento que generó tensiones internas. “Mi primer jefe fue mi papá y mi mamá sabiamente dijo: de esta puerta en adelante es tu papá, de la puerta para allá es tu jefe”. La experiencia dejó lecciones sobre la importancia de establecer límites y roles claros en empresas familiares.

Más tarde, cuando la familia decidió separar a la nueva generación de la operación directa, el cambio fue incómodo, pero fructífero. “Aprendimos a ver la operación desde otra perspectiva. Eso mejoró nuestra dinámica familiar y profesional”, explicó Torrebiarte.

En el caso de De la Vega, el reto principal ha sido mantener la competitividad sin traicionar la identidad familiar. “Competimos con empresas que no tienen un legado que cuidar. Eso te obliga a ser más ágil, más estratégico y más sensible a los cambios del mercado”, afirmó. Uno de sus mayores aprendizajes ha sido saber flexibilizar principios que, aunque nobles, ya no respondían a las necesidades del consumidor actual.

El liderazgo femenino y el propósito

Ambas empresarias coinciden en que el liderazgo femenino aporta una forma distinta de construir empresa. “Somos menos explosivas, más prudentes, más respetuosas, construimos puentes”, dijo Torrebiarte, resaltando que esta forma de liderar permite cuidar no solo los recursos financieros, sino también el capital humano y social.

Guadalupe subrayó el valor de la empatía y la capacidad de lectura del mercado por parte de las mujeres. “Las mujeres detectamos mejor lo que quiere el consumidor”, afirmó, aunque reconoció la dificultad de retener talento femenino en los niveles más altos, debido a los desafíos que enfrentan muchas mujeres con la maternidad.

En México, según cifras de 2023, solo el 6.5% de las empresas familiares están lideradas por mujeres, y la mayoría son microempresas. El contraste con la visibilidad actual de referentes femeninos como Claudia Sheinbaum, presidenta electa del país, abre nuevas posibilidades para las niñas y jóvenes. “Hoy las ves vestidas de presidentas en las colonias”, reflexiona De la Vega, “eso no tiene precedentes”.

Gremialidad y redes de apoyo: pilares para avanzar

El papel de la gremialidad fue otro eje relevante en la conversación. Para Torrebiarte, que lidera una de las organizaciones más influyentes del sector empresarial guatemalteco, el trabajo colectivo es esencial: “El 80% de las empresas en Guatemala son familiares, muchas son pequeñas. Si crecen ellas, crecemos todos”.

Desde su experiencia, participar en espacios gremiales no solo visibiliza la voz femenina, sino que también permite aprender a pedir ayuda, algo que muchas mujeres líderes no hacen por costumbre. “Las redes de apoyo deben extenderse más allá del ámbito profesional: las amigas, las mamás de los compañeros de tus hijos, tu pareja. Es ahí donde se sostiene el equilibrio”, explicó.

Por su parte, De la Vega subrayó la importancia de la flexibilidad y el sentido de camaradería dentro de las organizaciones. Ambos atributos, dijo, son elementos que permiten a más mujeres mantenerse y crecer en espacios corporativos.

Una mirada al futuro de los legados familiares

El panel cerró con un mensaje claro: transformar no es destruir, es saber reinterpretar. Las empresas familiares, lideradas por mujeres, no solo pueden adaptarse a los nuevos tiempos, sino que están llamadas a ser modelos de sostenibilidad, propósito y cohesión. La clave, como lo demostraron estas líderes, está en combinar raíces fuertes con ramas abiertas al cambio.

Más sobre Patricia De Moya, moderadora del panel

Líder editorial, visionaria y emprendedora, Patricia De Moya es presidenta de Mercado Media Network, la fundadora y editora en jefe de Revista Mercado. Donde ha demostrado que la calidad editorial puede ir de la mano con la innovación y la expansión regional. Desde sus inicios, ha trazado un camino propio en el competitivo mundo de las publicaciones, marcando una diferencia con una propuesta de contenidos profundos, entrevistas de alto nivel y una estética cuidada.

Su labor no solo ha fortalecido la industria editorial dominicana. También ha abierto espacio a voces femeninas, inspirando con Women Leadership y creando plataformas como Mercado Exchange que conectan conocimiento y experiencia.

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