Thais Herrera ha hecho historia al convertirse en la primera mujer dominicana en escalar el Monte Everest, la cumbre más alta del mundo. Con esta hazaña, Herrera continúa su ambicioso proyecto de completar el «Exploratory Grand Slam», que incluye escalar las cumbres más altas de cada continente y alcanzar los Polos Norte y Sur.
Esta es la historia, narrada por la artista.
Un camino de preparación y desafíos
Antes de partir hacia Nepal, Herrera enfrentó numerosos desafíos, tanto físicos como mentales. La preparación incluyó entrenamientos intensivos en diferentes países, incluida una expedición al Polo Sur. Allí soportó temperaturas extremas y escaló el Monte Vinson, la montaña más alta de la Antártida. Este entrenamiento fue clave para enfrentar las duras condiciones del Everest.
Sin embargo, no todo fue fácil. A pocos días de su partida, Herrera sufrió una lesión en la espalda durante un entrenamiento en Santo Domingo, lo que puso en riesgo su participación en la expedición. A pesar de la adversidad, decidió seguir adelante, recibiendo tratamiento inmediato para poder continuar con sus planes.
El apoyo incondicional
Durante el proceso, Thais Herrera recibió un sólido respaldo de su familia y amigos. Sus hijos, que estudian en Canadá e Italia, viajaron a República Dominicana para despedirse de su madre antes de la expedición.
Además, su coach, con quien ha trabajado estrechamente, le entregó una medalla especial como símbolo de apoyo, la cual Herrera llevó consigo hasta la cima del Everest.
El apoyo no solo vino de su círculo cercano, sino también de la comunidad dominicana, que siguió de cerca su aventura, enviando mensajes de aliento y confianza.
Una proeza para la historia
Con su llegada a la cumbre del Everest, Herrera no solo marca un hito personal, sino también un logro significativo para la República Dominicana. Esta hazaña subraya la capacidad de superación de las mujeres dominicanas, que siguen rompiendo barreras en diferentes ámbitos, incluyendo el montañismo extremo.
Thais Herrera sigue enfocada en completar el Exploratory Grand Slam, con solo dos retos más por cumplir: la cumbre más alta de Oceanía y el Polo Norte. Con la determinación y resiliencia que ha demostrado, es solo cuestión de tiempo antes de que conquiste estos últimos desafíos.