Nora Aristizábal: La urbe como ecosistema humanizado
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Nora Aristizábal: Comprender la urbe como ecosistema humanizado

Por | julio 4, 2024

Nora Aristizábal es urbanista y arquitecta con 40 años de experiencia al combinar su ejercicio entre el diseño y la planificación para definir el desarrollo de las urbes y de esta manera brindar calidad de vida a los usuarios finales a través de emprendimientos inmobiliarios rentables en múltiples ciudades colombianas y en el exterior.

“Conceptos integrales” es el eslogan de Contexto Urbano, su empresa, cuya meta es la sinergia interdisciplinaria (arquitectura, ingenierías, planificación, gestión de tierras, derecho urbano, medio ambiente, etc.) para agregar valor y generar bienestar.

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Como directora de la oficina de planificación de Bogotá estructuró un exitoso plan de ordenamiento territorial a partir de un modelo para la ciudad fundamentada en procesos territoriales estratégicos con proyectos reales de transformación a escalas metropolitana, zonal y local, para intervenciones públicas, privadas y mixtas, al propiciar, de esta manera, grandes avances en la urbe.

Nora ha sido nuestra invitada especial en Mercado Construcción, por esta razón hemos preparado esta entrevista exclusiva para ustedes.

¿Qué le motiva trabajar en este ámbito y cuáles considera son los principales desafíos que enfrentan la construcción y la planificación urbana en la actualidad?

Me motiva creer que la planificación urbana y la interdisciplinariedad logran mejorar las condiciones de habitabilidad de la sociedad en todos sus estratos socioeconómicos. Al planificar adecuadamente y buscar proyectos de excelencia se fortalece el bienestar de los ciudadanos y la competitividad de las ciudades, las que pasan de ser lugares de sobrevivencia a recintos para gozar la vida. Planificar a todas las escalas, con procesos reales, permite que aflore el alma de cada lugar y su gente, y propicia un mejor hábitat, ciudades verdes y fluidas, desarrollo empresarial y emprendimientos.

Nora Aristizábal: La urbe como ecosistema humanizado

Los retos son muchos. Hay escepticismo, falta de recursos, visiones arcaicas, manejos políticos con intereses particulares, así sean bien intencionados. Lo más grave es la falta de continuidad en las políticas urbanas y los planes de desarrollo, ya que estos procesos de transformación toman tiempo.

Sin embargo, tengo la certeza de que aún con esas limitaciones se puede lograr cambios y es nuestra responsabilidad, propiciarlos. Hacer planificación territorial estratégica y estudios de accesibilidad relacional sería una bendición para Santo Domingo. También hacer “acupuntura urbana”, la cual, con pequeñas intervenciones y recursos limitados, junto a la tecnología de dinámica de sistemas logra sinergias de transformación a través de proyectos piloto que generan confianza en el colectivo.

¿Qué papel deben jugar los actores involucrados en el desarrollo urbano para crear ciudades sostenibles, inclusivas y resilientes?

Podríamos construir una visión común como lideres a partir de acuerdos fundamentales y, paso a paso, lograr la transformación.

El caso del ordenamiento de Bilbao, Vitoria y San Sebastián, premio al mejor proceso de planificación europeo en los 90, construido a partir de acuerdos, es un buen ejemplo. Todos los actores son esenciales. Este proceso en el País Vasco empezó con una encuesta a políticos, académicos, gremios, periodistas, inmobiliarios, comerciantes, ciudadanos del común, funcionarios públicos, jóvenes, adultos mayores, líderes sociales y empresariales, en fin, a todos los actores, y la clave de dicha participación fue detectar los puntos de acuerdo entre ellos.

La estrategia territorial se basó en proyectos concretos para dichos acuerdos. Bilbao, ciudad obrera en plena decadencia, inicialmente con 95 % de sus ciudadanos opuestos al plan, reorientó su visión y hoy es una ciudad activa y feliz con destacados atractivos turísticos. Su ría de estructuras industriales obsoletas pasó a ser un cuerpo de agua vital, y lo más importante, el indicativo de satisfacción se volvió mayor al 95 %.

Nora Aristizábal: La urbe como ecosistema humanizado

En Santo Domingo, al hablar con la gente saldrían numerosos acuerdos. Afrontar el tráfico, la falta de estacionamientos, el déficit de parques y la existencia de áreas de oportunidad podrían ser puntos para trabajar. La rica cultura de su gente y esta ciudad con su topografía, sus ríos y el mar para ser aprovechados, son escenario propicio para transformaciones espectaculares. Una encuesta a profundidad como base para proyectos de transformación y mejoramiento con los actores daría valiosos acuerdos.

¿Cómo se debe abordar la renovación urbana sin perder la identidad de las ciudades?

La identidad y la pertenencia son fundamentales, como también las mejores prácticas y la búsqueda de la excelencia en los proyectos. La clave de la receta es la mezcla adecuada de los ingredientes. Abordar las zonas de renovación urbana de Santo Domingo y otras ciudades de RD implica una inmersión en la cultura, las costumbres, la gente, el tipo de edificación, la conformación familiar, el territorio, el mercado, y más; a la luz de las oportunidades particulares de cada lugar, para lograr innovación con respeto a los valores locales.

¿Qué factores deben considerarse para garantizar un desarrollo urbano integral para los ciudadanos?

Conceptos integrales es la regla de oro para lograr transformaciones reales y la clave es la planeación territorial estratégica por proyectos. El estatus quo de la ciudad como sistema integral en infraestructura vial y de transporte es fundamental, al igual que en su espacio público, servicios y equipamientos, para medirse frente a una ciudad fluida, verde, con calidad de vida e incluyente.

«Lograr la planificación de las inversiones a corto, mediano y largo plazo, generar proyectos prioritarios con presupuesto asignado y dar continuidad a dichos proyectos es la clave», Nora Aristizábal.

Es vital evaluar el déficit de vivienda y su potencial de expansión e implosión con proyectos de desarrollo, redesarrollo y renovación urbana. Lograr la planificación de las inversiones a corto, mediano y largo plazo, generar proyectos prioritarios con presupuesto asignado y dar continuidad a dichos proyectos es la clave. Focalizar el interés tanto del sector público como en el privados en el espacio público y las áreas de oportunidad como semillas de cambio es el comienzo.

¿Qué medidas se pueden implementar para convertir a Santo Domingo y otras ciudades en espacios verdes, amigables y habitables?

Lograr ciudades verdes amigables es un proyecto fascinante. La relación de área verde por habitante es 6 m2, esto permite medir el déficit y obtener una cifra meta. Se requiere un trabajo minucioso en la ciudad, a todas las escalas, para alcanzar dicha cifra por medio de proyectos en áreas de oportunidad en el sistema vial, rondas hídricas, nuevos parques y proyectos urbanísticos tanto públicos como privados.

Adicionalmente, se deben analizar los parques existentes y los terrenos públicos como áreas de oportunidad para el incremento del espacio público, lo que da lugar a parques de bolsillo al interior de los barrios, parques lineales en cuerpos de agua y parques estratégicos en localizaciones específicas. La meta es tener una red verde integrada y equilibrada en toda la ciudad, complementada con los parques metropolitanos y zonales.

¿Qué tendencias arquitectónicas se imponen para crear ciudades más humanas, inclusivas y eficientes?

La demografía y el tamaño de las familias ha cambiado. Estas nuevas composiciones y los efectos de la pandemia han generado emprendimientos inmobiliarios innovadores de viviendas unipersonales y de parejas, que ha dado lugar a aparta-estudios y a apartamentos de una alcoba con áreas pequeñas en las ciudades, lo que ha facilitado la adquisición de estos. La industrialización, los procesos constructivos y las nuevas políticas de desincentivación del automóvil han generado un portafolio de proyectos como vivienda en arriendo, vivienda para adulto mayor, para universitarios o turística, cada una con sus respectivas reglas.

«La pandemia cambió la forma de vivir. Trabajamos parte del tiempo en casa, lo que ha dado una dinámica al diseño de las áreas comunes, ahora mayores en área y de mejor calidad», Nora Aristizábal.

La pandemia cambió la forma de vivir. Trabajamos parte del tiempo en casa, lo que ha dado una dinámica al diseño de las áreas comunes, ahora mayores en área y de mejor calidad. Los tradicionales salones comunales se convierten en clubes residenciales con gimnasios, áreas para niños, minimercado, áreas para mascotas, las que definimos en cada proyecto según los usuarios finales y en coherencia con los servicios existentes en la zona. La nueva tendencia del urbanismo global es la ciudad de 15 minutos, donde los usuarios resuelven todas sus necesidades en su malla urbana adyacente, a distancia peatonal, lo que da un vuelco a la planificación tradicional.

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