Simona Brambilla liderará ministerio clave en el Vaticano

Vaticano abre nuevo capítulo: Simona Brambilla liderará ministerio clave

Por | enero 8, 2025

En un movimiento que marca un antes y un después en los dos mil años de historia de la Iglesia católica, el papa Francisco ha nombrado a la italiana Simona Brambilla como la primera mujer en liderar un «ministerio» de la Curia romana. Brambilla, de 59 años, asumirá el cargo de prefecta del Dicasterio para la Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, un organismo clave. 

El mismo es responsable de supervisar las órdenes y congregaciones religiosas a nivel mundial. Este nombramiento no solo representa un logro personal para Brambilla. También representa un paso simbólico hacia una mayor inclusión femenina en el corazón del Vaticano.

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El perfil de Simona Brambilla dentro de la iglesia

Nacida en Monza, al norte de Italia, Brambilla comenzó su carrera como enfermera antes de dedicarse a la vida religiosa. Con un doctorado en psicología y una destacada experiencia como misionera en África, se convirtió en superiora general de las Misioneras de la Consolata. Un cargo que ocupó durante más de una década hasta 2023. Desde octubre de ese mismo año, Brambilla había servido como la número dos en el dicasterio que ahora lidera.

Su perfil es descrito como «moderado y conciliador» por expertos como la vaticanista Franca Giansoldati, quien también destaca su trayectoria como administradora eficiente. No obstante, su nombramiento ha generado una mezcla de entusiasmo y escepticismo entre los defensores de una mayor participación femenina en la Iglesia.

El rol del «proprefecto», un reto para Simona Brambilla

Junto a Brambilla, el papa Francisco también designó al cardenal español Ángel Fernández Artime como «proprefecto» del mismo dicasterio. Este título, que tradicionalmente implica la posibilidad de asumir el liderazgo pleno, ha sido motivo de controversia. Expertos temen que la presencia del cardenal pueda diluir la autonomía de Brambilla, relegándola a un papel más simbólico que ejecutivo.

La vaticanista Giansoldati cuestiona esta dualidad, señalando que «los defensores de un mayor espacio para las mujeres en la Iglesia están perplejos». Hasta el momento, el Vaticano no ha aclarado cuál será la dinámica de poder entre ambos.

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Un sistema que cambia lentamente

A pesar de que las mujeres representan el 81% del personal religioso a nivel mundial (559,228 mujeres frente a 128,559 hombres según cifras del Vaticano de 2024), su participación en roles de liderazgo sigue siendo limitada. Desde la elección del papa Francisco en 2013, el porcentaje de mujeres en funciones administrativas en la Santa Sede ha crecido de 19.2% a 23.4%, según Vatican News. Sin embargo, el último Sínodo, celebrado a finales de 2024, evidenció la persistencia de barreras estructurales.

El documento final del Sínodo reconoció que, si bien «hombres y mujeres tienen una dignidad igual como miembros del pueblo de Dios», las mujeres «siguen topándose con obstáculos para obtener un mayor reconocimiento». La ordenación de mujeres, un tema que genera profundas divisiones, sigue siendo un asunto pendiente que enfrenta resistencia, especialmente entre los sectores más conservadores de la Iglesia.

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Una señal para el futuro

El nombramiento de Simona Brambilla no puede interpretarse como una revolución en sí misma, pero sí como una evolución. Con su elección, el papa Francisco reafirma su compromiso de ampliar el papel de las mujeres en el gobierno eclesiástico, una tarea que sigue siendo titánica en un sistema profundamente patriarcal.

Para las mujeres que buscan más espacios de liderazgo dentro y fuera de la Iglesia, el ejemplo de Brambilla es una prueba tangible de que el cambio es posible, aunque lento. Como primera mujer al frente de un dicasterio, Brambilla asume la responsabilidad de abrir caminos en un entorno que los hombres han dominado durante siglos. La pregunta clave ahora es si tendrá la libertad de actuar como líder plena o si quedará eclipsada por estructuras que aún privilegian el poder masculino.

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