Olivia Dunne desafió a la NCAA y enseñó a defender una marca
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Olivia Dunne desafió a la NCAA y enseñó cómo se defiende una marca millonaria

Por | abril 10, 2025

Olivia Dunne desafió a la NCAA y enseñó a defender una marca

En la era de los atletas-influencers, Olivia Dunne no solo representa el futuro del deporte universitario, sino también un nuevo modelo de mujer de negocios: audaz, mediática y consciente de su valor. Su reciente testimonio en contra del acuerdo de 2,800 millones de dólares propuesto por la NCAA no fue solo una declaración legal, sino una clase magistral de branding personal, valoración estratégica y liderazgo femenino en los negocios.

El negocio de ser Olivia Dunne

Dunne, gimnasta de la Universidad Estatal de Luisiana (LSU) y una de las deportistas universitarias más seguidas en redes sociales, fue contundente: “Soy una atleta de División I, una mujer de negocios, y he sido la atleta femenina que más ha ganado desde que cambiaron las normas del NIL”. Su declaración no es vanidad, es estadística. Según On3 NIL Valuations, su valor estimado supera los 3.5 millones de dólares gracias a su presencia digital, acuerdos de marca y posicionamiento estratégico.

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Olivia Dunne desafió a la NCAA y enseñó a defender una marca
Fotografía: WGNO

El debate central gira en torno a cómo la NCAA calcula la compensación retroactiva por el uso del nombre, imagen y semejanza (NIL) de los atletas. Dunne alegó que la fórmula utilizada “congela una instantánea de un mercado en evolución”, ignorando no solo su impacto actual, sino el potencial futuro de atletas como ella. Esta visión empresarial no solo desafía una estructura obsoleta, sino que refuerza la necesidad de mecanismos más dinámicos y personalizados en la valoración de activos intangibles.

Lecciones de negocios detrás de su testimonio

1. Valorar tu marca es un acto de liderazgo.
Olivia Dunne no solo se defendió a sí misma, defendió la idea de que las mujeres atletas tienen una voz —y un valor— que no debe ser minimizado por estructuras históricas. En un ecosistema dominado por el deporte masculino, Dunne visibiliza la urgencia de democratizar los ingresos en función del impacto individual, no solo del deporte practicado.

2. Los datos importan, pero el contexto más.
Aunque el acuerdo House destina más de $2,500 millones a compensar a quienes no pudieron monetizar su NIL antes de 2021, la mayor parte irá a ex jugadores de fútbol y baloncesto masculino. Dunne recordó que el éxito no es uniforme ni lineal: muchos atletas femeninas, especialmente en disciplinas olímpicas, generan ingresos significativos gracias al ecosistema digital. Un modelo de compensación justo debe incorporar métricas más amplias que los ingresos televisivos.

3. El futuro es híbrido: atleta y emprendedora.
Dunne personifica el nuevo paradigma de las mujeres en los negocios deportivos: ya no basta con rendir en el campo, también hay que saber negociar contratos, construir comunidades digitales y mantener coherencia de marca. Es el mismo enfoque que líderes emergentes en cualquier industria deben adoptar: diversificar ingresos, proteger su imagen y anticipar tendencias.

4. Romper con la lógica antigua requiere incomodidad.
Al impugnar el acuerdo, Dunne se posicionó frente a una estructura que aún tiene dificultades para adaptarse al dinamismo del mercado. Su frase —“Este acuerdo utiliza una lógica antigua para calcular un valor moderno”— debería estar en cualquier manual sobre disrupción empresarial. Las organizaciones que no se actualizan, pierden. Y quienes lideran esa actualización, muchas veces incomodan.

El precedente que marca

Aunque la jueza Claudia Wilken no dio indicios de que el testimonio de Dunne vaya a cambiar la aprobación del acuerdo, el precedente simbólico ya está marcado: las mujeres atletas pueden y deben reclamar su lugar como líderes en la conversación económica de los deportes. Y más allá de los millones en juego, lo que está sobre la mesa es una nueva forma de entender el poder: no como algo que se concede, sino como algo que se construye con estrategia, presencia e inteligencia.

La lección final: la cancha es solo el comienzo. El verdadero juego, para muchas mujeres como Olivia Dunne, se gana en la sala de juntas.

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