Karoline Leavitt y la nueva forma de comunicar de la Casa Blanca

Karoline Leavitt y la nueva forma de comunicar desde la Casa Blanca

Por | febrero 23, 2025

Karoline Leavitt hizo historia al convertirse en la secretaria de Prensa más joven en la historia de la Casa Blanca. Con tan solo 27 años, la comunicadora republicana debutó en la sala de prensa James S. Brady, en un momento en que la administración de Donald Trump busca reconfigurar su relación con los medios de comunicación tradicionales e impulsar nuevas estrategias digitales para llegar directamente a la ciudadanía.

Un debut con sello generacional

Ataviada con un traje pantalón magenta, Leavitt se dirigió a los periodistas destacando lo que describió como un gobierno con “el presidente más transparente y accesible en la historia de Estados Unidos”, en referencia a Trump. Su primera pregunta fue para Mike Allen, cofundador de Axios, un medio reconocido por su enfoque en la política y negocios.

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Más allá de las formalidades del evento, la verdadera declaración de intenciones llegó con su anuncio de que los conductores de podcasts e influencers de redes sociales podrían tener acceso a futuras ruedas de prensa. Esta apertura a comunicadores digitales marca un quiebre con el modelo tradicional de la relación entre la Casa Blanca y la prensa, alineándose con la estrategia de Trump de priorizar canales de comunicación alternativos, como lo hizo en su primer mandato a través de Twitter (ahora X) y sus propios eventos mediáticos.

Fotografía: Carlos Barria /Reuters

De portavoz de campaña a arquitecta de la narrativa trumpista

El nombramiento de Leavitt no es fortuito. Graduada de Saint Anselm College en 2019, su ascenso ha sido meteórico dentro del Partido Republicano. Trabajó como asistente de prensa en la Casa Blanca de Trump y posteriormente se convirtió en portavoz de la campaña de reelección de 2024. Su lealtad y habilidad para manejar mensajes complejos en un ecosistema mediático polarizado fueron clave para que el expresidente la eligiera como la nueva cara de su administración.

Trump, al anunciar su nombramiento en noviembre, elogió su trabajo como “fenomenal” y la describió como una comunicadora “inteligente y dura”. Su estilo combativo y directo la convierte en una figura estratégica en un contexto donde la administración busca controlar su narrativa sin depender exclusivamente de los grandes conglomerados de noticias.

Fotografía: Telemundo Nueva Inglaterra.

Una nueva relación con la prensa

La relación entre la Casa Blanca y los medios ha sido históricamente tensa, pero bajo Trump adquirió un tono particularmente hostil. Durante su primer mandato, sus secretarios de Prensa —Sean Spicer, Sarah Huckabee Sanders, Stephanie Grisham y Kayleigh McEnany— enfrentaron desafíos constantes con la prensa, con Grisham optando incluso por eliminar las ruedas de prensa diarias.

Leavitt ha señalado su intención de mantener encuentros frecuentes con la prensa, aunque también dejó claro que Trump seguirá siendo su propio portavoz, apareciendo regularmente ante los medios. “Puedo asegurarles que escucharán tanto de él como de mí tanto como sea posible”, afirmó en su primera intervención.

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El enfoque mediático de Trump y su equipo desafía las normas tradicionales de comunicación política en EE.UU. En lugar de depender únicamente de los medios establecidos, la administración está consolidando una estrategia de comunicación más descentralizada, incorporando voces de la nueva generación digital.

Juventud y política: ¿un cambio de paradigma?

El ascenso de Leavitt refleja un cambio generacional en la política estadounidense, donde los millennials y la Generación Z están tomando posiciones de liderazgo a una edad más temprana. Comparada con su predecesor más joven, Ronald Ziegler, quien asumió como secretario de Prensa a los 29 años en la administración de Richard Nixon, Leavitt no solo rompe un récord de edad, sino que también encarna una nueva forma de hacer política mediática, más ágil y digital.

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A medida que la administración de Trump avanza, el papel de Leavitt será crucial no solo para gestionar la relación con los medios, sino para definir la narrativa de una Casa Blanca que se enfrenta a un panorama político y social altamente polarizado. Con una apuesta por la comunicación directa y la inclusión de influencers en la sala de prensa, su debut marca el inicio de una era en la que la política y los medios digitales estarán más entrelazados que nunca.

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