En un contexto donde las tensiones geopolíticas, las guerras comerciales y la fragmentación del orden multilateral han puesto en jaque las rutas del comercio global, Ursula von der Leyen se posiciona como la estratega de una Europa más influyente y resiliente.
Desde su discurso ante el Congreso del Partido Popular Europeo en Valencia, la presidenta de la Comisión Europea dejó claro que no basta con resistir la tormenta. Europa debe navegarla con liderazgo. Su declaración —“compensa que Europa sea fiable y predecible”— no fue solo una frase de reafirmación, sino una hoja de ruta para reposicionar a la Unión Europea como actor central en un tablero comercial en plena reconfiguración.
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Médica de formación y política de precisión quirúrgica, Von der Leyen ha sido ministra de Defensa alemana y es la primera mujer en presidir la Comisión Europea. Pero lo que verdaderamente la distingue es su capacidad de gestión en escenarios de alta complejidad. A diferencia de liderazgos que reaccionan al caos, Von der Leyen lo anticipa.
En el último año, ha liderado la conclusión o revitalización de acuerdos comerciales con países como México, Suiza y el bloque Mercosur, consolidando la red comercial más extensa del mundo: 76 países. Pero más allá de las cifras, lo esencial ha sido la narrativa: Europa ya no se limita a jugar en defensa, ahora marca el ritmo.
La apuesta de Von der Leyen no es solo económica, es geoestratégica. Mientras la administración estadounidense oscila entre políticas proteccionistas y tensiones con China, y mientras Reino Unido busca su lugar post-Brexit, la Comisión Europea ha entendido que el comercio puede ser tanto una herramienta de prosperidad como un instrumento de poder blando.
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Von der Leyen ha puesto sobre la mesa negociaciones con India, Indonesia, Emiratos Árabes Unidos, Filipinas y Malasia. ¿El mensaje? Europa está abierta, sí, pero en sus términos: reglas claras, sostenibilidad, estándares laborales y derechos humanos. Su liderazgo recuerda que los valores también cotizan en los acuerdos internacionales.
En su intervención, Von der Leyen advirtió sobre los riesgos de un comercio global dominado por la imprevisibilidad, aranceles políticos y burocracias opacas: “Más incertidumbre, disrupción de cadenas de valor, burocracia pesada. No podemos ni debemos permitir que esto suceda”. Su defensa de un comercio “justo y libre” no es ingenua; es un llamado a contrarrestar la fragmentación del orden comercial internacional con instituciones fuertes y pactos estables.
Al contrario de quienes reaccionan al ruido de las bolsas o los titulares de crisis, Von der Leyen mantiene un enfoque de profundidad: apuesta por marcos duraderos, integración regional y multilateralismo actualizado, donde Europa se mantenga como ancla de certidumbre.
“Todos quieren acuerdos con nosotros porque somos justos, fiables y jugamos según las reglas”, afirmó. Con esta declaración, Von der Leyen articula algo más que una postura comercial: consolida a la Unión Europea como una marca de gobernanza, confianza y estabilidad en un mundo de alianzas volátiles.
Esta postura es clave para las empresarias, inversionistas y emprendedoras del continente. En tiempos de volatilidad, el acceso a mercados, la previsibilidad regulatoria y la claridad institucional son ventajas competitivas. Unas que, bien gestionadas, pueden traducirse en oportunidades concretas para los negocios liderados por mujeres.
En plena recta hacia las elecciones europeas de 2024, Von der Leyen no solo repasa sus logros: proyecta su visión. Ha reforzado el vínculo entre comercio, migración, defensa y clima. Y aunque no estuvo exenta de críticas (entre otras por su silencio sobre las víctimas de las inundaciones en Valencia), su capacidad para sostener una agenda ambiciosa con disciplina germánica y sensibilidad política europea la consolidan como una figura clave del presente y el futuro del bloque.
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Reafirmación del liderazgo europeo frente al repliegue proteccionista de otras potencias.
Expansión estratégica de acuerdos comerciales en mercados emergentes con visión a largo plazo.
Defensa del multilateralismo regulado como contraparte al caos arancelario y la fragmentación.
Fortalecimiento de la Unión Europea como socio confiable, con gobernanza robusta y valores comunes.
Modelo de liderazgo femenino firme, técnico y visionario, en un entorno geopolítico históricamente dominado por figuras masculinas.
Ursula von der Leyen ha convertido la crisis en plataforma. En un mundo donde el comercio es cada vez más político, su Europa no solo comercia: lidera.
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