Uno de los más altos honores de la oftalmología a nivel mundial, por primera vez reca en manos de una mujer. La doctora dominicana Mary Lady González Suriel, acaba de recibir esta importante distinción la Medalla de Oro Doctor Nataraja Pillai. Con esto se evidencia que González, no solo es una profesional de altura, sino que ha realizado aportes que transforman la ciencia médica, y la extiende a quienes más la necesitan.
Más que una anécdota aislada, esta distinción representa un punto de progreso, para una trayectoria profesional que ha sido trazada con precisión quirúrgica y vocación que trasciende la lógica. Este hito cobra un mayor sentido, si consideramos que menos del 30 % de las posiciones de liderazgo en ciencias médicas son ocupados por mujeres. El logro de Gonzpales Suriel resuena como una declaración, de que ni género ni geografía representan una barrera para el éxito.
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Para Mary Lady González Suriel no existen barreras, ella reside en Ciudad de México, donde ha logrado desarrollarse como directora de órbita del Hospital de la Ceguera, una institución clave en América Latina para el tratamiento de enfermedades oculares. Desde allí, ha sabido desarrollarse como una mujer de múliples tareas. Lidera también el departamento de oftalmología integral, coordina la teleoftalmología para zonas rurales —una apuesta por democratizar el acceso a la salud visual— y forma parte del equipo de trauma oftálmico.
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Tantas ocupaciones reflejan más que una sed de éxito profesional, en realidad resulta ser el retrato de un enfoque que va más allá de la medicina como negocio. Su visión estratégica y sensible, le convierten en una servidora pública, que impulsa modelos de atención remota para pacientes marginados y promueve investigaciones en áreas de baja inversión histórica.
La Medalla Nataraja Pillai se suma a una lista creciente de distinciones internacionales. Un historial de logros que avala la calidad profesional de esta líder dominicana imparable, que va dejando una huella positiva por el mundo. En 2024, la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera (IAPB) la reconoció como Young System Leader, y en 2025, Real World Ophthalmology la eligió para recibir el Empowering Humanitarian Award por su labor social y científica.
Incluso el Consulado General de República Dominicana en México la condecoró por representar al país con excelencia en la comunidad médica internacional. Un gesto que pone en valor el talento femenino dominicano en espacios de alta exigencia profesional.
Además de su práctica clínica, la doctora González Suriel ha desarrollado una sólida carrera académica. Sus conocimientos y talento, no podían quedarse únicamente en el servicio a los pacientes. Era necesario tocar a las nuevas generaciones, inspirando y retando a ser mejores. Ha publicado textos utilizados en universidades tanto dominicanas como extranjeras, aportando conocimiento a futuras generaciones de profesionales de la salud ocular.
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En un contexto regional donde los avances médicos a menudo se ven limitados por la escasez de recursos o políticas públicas deficientes, su capacidad para incidir desde el conocimiento y la acción es doblemente valiosa. El ascenso de González Suriel no solo es motivo de orgullo nacional. También un caso de estudio para las mujeres que aspiran a liderar en campos técnicos y altamente competitivos.
Su historia desafía el statu quo en la medicina especializada, pero también en el liderazgo femenino. Mientras las estadísticas globales siguen señalando la subrepresentación de las mujeres en la investigación médica, la doctora González Suriel sigue operando con precisión quirúrgica. Cada premio, cada proyecto y cada publicación es un golpe certero contra los techos de cristal. Su legado —ya en construcción— confirma que el liderazgo, cuando está guiado por propósito y ética, puede abrir los ojos del mundo, literalmente y en todos los sentidos.
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