Isabel Allende, la grande de las letras latinoamericanas

Por Karime Rivas | mayo 22, 2021

Isabel Allende es la escritora viva más leída del mundo en lengua española, su obra ha sido traducida a treinta y cinco idiomas y ha vendido más de sesenta y cinco millones de libros. En entrevista exclusiva para ¡Hola! República Dominicana la autora chilena habla de su vida, sus ilusiones y su nueva novela «Más allá del Invierno»

– Cuando narra y combina realidad con ficción, ¿comprende mejor la vida, sus misterios?

– La vida real tiene mucho de ficción. Nos suceden tragedias, dramas, melodramas y comedia, hay coincidencias extrañas, hechos inexplicables, historias que se entrelazan como telenovelas. Creo que mis libros tienen más de realidad que de ficción.

– ¿De dónde viene su inspiración?¿Cuál es su disciplina para mantenerla?

– La inspiración viene de la vida misma, cosas que la gente me cuenta, noticias de los periódicos, casos que veo en mi Fundación. También me inspiro en épocas y hechos históricos, en mis propias experiencias, en los viajes.

La disciplina me la inculcó mi abuelo en la infancia y nunca me ha fallado. Me levanto muy temprano y el día se me hace corto para todo lo que quiero hacer. Para escribir no necesito disciplina, porque me encanta hacerlo.

– ¿Cuál es su proceso al terminar el libro, edita mucho? ¿Su formación como periodista le ayuda?

Isabel Allende, la grande de las letras latinoamericanas

– Corrijo y edito mucho. Un libro nunca se termina, siempre se puede corregir y cambiar algo. El periodismo me enseñó a investigar, resumir y utilizar el lenguaje de manera eficiente. Nunca olvido que tengo un interlocutor, mi lector o lectora, a quien debo mantener interesado.

– ¿Qué siente viendo a sus personajes en el cine y hasta dónde se ha involucrado en las películas basadas en sus libros?

– Me han gustado las dos películas, La Casa de los Espíritus y De Amor y de Sombra. No me involucré en la producción.

– Dicen que nunca se termina una novela, sino que uno simplemente se da por vencido, ¿Cuál de sus novelas la tentaría a continuarla?

– Ninguna. Una vez que el libro se publica, lo olvido y paso al siguiente.

– ¿Cómo le impacta una crítica de su obra, le enseña a ver otra versión de su historia?

– Leo muy poca crítica. De partida, mis libros se publican en treinta y cinco lenguas y sólo puedo leer español e inglés. Trato de escribir lo mejor posible. Cada libro es una ofrenda que se entrega al mundo y una vez que sale de mis manos ya no me pertenece. Cómo será aceptada esa ofrenda por la crítica y los lectores es algo que no puedo controlar.

– Empieza a escribir todos sus libros los ocho de enero. ¿Por qué? ¿Puede contarnos sobre algún otro ritual que realiza al iniciar un libro nuevo?

– Por disciplina, más que nada. Comencé mi primera novela el ocho de enero y fue tan afortunada, que decidí usar la misma fecha para el segundo libro y después para el tercero. Esa superstición se convirtió en disciplina, porque tengo que organizar mi vida y ajustar mi agenda para disponer de varios meses de silencio y soledad para escribir…

– ¿Qué consejo le puede dar a aspirantes a escritores?

– Que no espere que la escritura le dé fama o dinero, escriba por amor al proceso. Escriba todos los días, como quién se entrena para el deporte: hay que desarrollar el músculo. Corrija mucho y muestre su manuscrito a muy pocas personas de confianza, porque no es bueno tener demasiadas opiniones. Hay que confiar en la propia intuición. Y recuerde que cuando una escena no resulta, aunque trate de resolverla, es mejor sacarla. Seguramente estaba de más.

– ¿Cuál fue el libro clave de tu vida?

– La Casa de los Espíritus, porque me lanzó en el viaje sin retorno de la literatura y pavimentó el camino para todos los libros que escribí después. Me cambió la vida y me dio libertad para dedicarme a lo que amo: la escritura. Me conectó con el mundo y estableció una relación con mis editores que está marcada por la lealtad mutua.

– ¿Lee sus libros una vez publicados?

– Sólo reviso la traducción al inglés.

–¿Cómo y cuándo determina el título?

Isabel Allende, la grande de las letras latinoamericanas

– No soy buena para los títulos. A veces lo decido lanzando una moneda al aire; se lo dejo al azar.

Otras veces tengo ayuda, como fue el caso de La Suma de los Días, que se le ocurrió a alguien en la editorial en España. Más Allá del Invierno tenía otro título, Verano Invencible, pero resulta que se había publicado otra novela con el mismo título en 2015 y tuve que cambiarlo.

– ¿Qué libros lee ahora? 

– Novelas publicadas recientemente en inglés y estoy investigando mucho sobre la guerra civil en España 1936-39.

– ¿Cómo crea los personajes, alguno se le ha revelado, se ha salido de control? 

– Casi todos los personajes se revelan y me sorprenden. A veces un personaje secundario se convierte en protagonista, o bien un protagonista acaba por desagradarme y pasa a segundo plano. Hay personajes que no me pertenecen, porque están inspirados en alguien que conozco o en una figura histórica. En esos casos tengo que permitirles que hagan lo que les corresponde, no puedo imponerles mi voluntad.

– ¿ Cuál es el personaje de sus obras al que tiene más cariño? 

– Paula, por razones evidentes. Y Clara del Valle en La Casa de los Espíritus, porque era como mi abuela.

– ¿De cuál de sus personajes se hubiera usted enamorado? 

– Me enamoré de Gregory Reeves, protagonista del Plan Infinito, me casé con él y estuvimos juntos veintiocho años. Su nombre real es WIlliam Gordon.

– Paula, por la trágica historia personal que representa, es su obra más desgarradora: ¿cómo fue el proceso de escribirla? 

– Escribir esa memoria fue mi manera de sobrevivir el primer año después de su muerte, la parte más dura del duelo. Durante un año escribí como si estuviera conversando con mi hija. Creo que eso me ayudó a entender y aceptar lo ocurrido y me convenció de que puedo vivir en contacto espiritual con ella.

– La emigración, la esperanza en el amor y las segundas oportunidades, son los grandes temas por los que transita su novela. 

«Cada libro es una ofrenda que se entrega al mundo y una vez que sale de mis manos ya no me pertenece»

– Sí, esos son los temas. Escribí Más Allá del Invierno en un momento en que el tema de los inmigrantes y refugiados estaba en el aire, pero antes de que Trump fuera candidato. Ya entonces la situación de inmigrantes y refugiados era terrible, ahora con Trump es mucho peor. En los Estados Unidos hay una creciente xenofobia, que me parece aterradora . El tema del amor maduro ya lo había tratado en El Amante Japonés. Por lo visto eso me importa mucho en esta etapa de mi vida.

– ¿Más allá del Invierno es su novela más personal?

–Es muy personal, pero es ficción. El personaje de Lucía se parece a mí, pero también se parece a varias periodistas chilenas que he conocido y que han tenido historia similares.

– Debido a su separación y la muerte de varios amigos tuvo un periodo de sequía productiva ¿Le ha costado mucho terminar este libro? ¿Cómo ha conseguido recuperarse?

«Comencé mi primera novela el ocho de enero y fue tan afortunada, que decidí usar la mis- ma fecha para el segundo libro y después para el tercero»

– No me costó terminar el libro ni recuperarme. Es cierto que pasé momentos difíciles con mi divorcio, pero no me afectó demasiado. Después de haber vivido la enfermedad y la muerte de mi hija Paula, nada me afecta demasiado. Ningún dolor puede compararse a ése.

– ¿Por qué decidió centrar esta historia en una inmigrante ilegal?

– Porque veo muchos casos como el de mi protagonista a través de mi Fundación. Entre otros, ayudamos a financiar programas para refugiados e inmigrantes.

– ¿Usted también ha vivido el drama de la inmigración ilegal?

– Tuve la suerte inmensa de emigrar a Venezuela después del golpe militar de l973 en Chile. Llegué con una visa de turista y estuve indocumentada muy poco tiempo. El país ofrecía visas para trabajar, oportunidades de trabajo y una política de brazos abiertos para recibir gente de todas partes del mundo, que encontraban en Venezuela una segunda patria.

– Usted afirmó una vez que Venezuela es la culpable de que sea escritora, ¿Qué significa esa tierra en su historia? ¿Cómo resume su vida de exilio en Caracas?

«Ahora estoy enamorada y a los setenta y cinco me siento como si hubiera vuelto a los diecisiete, como decía Violeta Parra»

–No digamos «culpable», por favor. Al contrario, tengo una deuda de gratitud inmensa con Venezuela, donde tuve la libertad de explorar la escritura. Eso es sólo parte de la deuda, el país me dio oportunidades, amigos que son como familia, los Torres, y 13 años de seguridad y alegría, mientras en Chile imperaba la represión de la dictadura militar.

– En Más allá del invierno escribe: «El único remedio para tanta desgracia es el amor». ¿También en la vida real? ¿Está enamorada?

– El amor cura casi todas las heridas del alma. En mi vida ha habido tragedias, pero siempre he contado con mucho amor, eso me ha dado fuerza y valor para superar los obstáculos y seguir adelante. Ahora estoy enamorada y a los 75 me siento como si hubiera vuelto a los 17, como decía Violeta Parra.

– «En medio del invierno aprendí por fin que había en mí un verano invencible», dice uno de sus personajes citando a Albert Camus. ¿Ha llegado ya su verano invencible?

– El verano del corazón y del alma no llega, siempre está en cada uno de nosotros y si le damos oportunidad de manifestarse, puede vencer al invierno.