El sufragio femenino fue un paso importante en lo que respecta a la igualdad de derechos, que comenzó a sonar en el mundo a finales del siglo XIX. Actualmente, nos parece completamente normal esta práctica, pero lo cierto es que llevó bastante tiempo extenderse.
La historia tan solo refuerza lo fundamental que ha sido la participación femenina en la política. Y hoy pudo apreciarse, en un acto realizado por el Ministerio de la Mujer, en cuyas fotografías podemos apreciar a Milagros Ortiz Bosch, exvicepresidenta y y Directora General de la DIGEIG, sosteniendo el Acta de la Asamblea de diciembre de 1941, que le concedió la ciudadanía a las mujeres. El primer paso a la libertad.
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Por su parte, la Constitución de la República Dominicana que en 1942 dio verdaderamente el derecho al voto a las mujeres, fue sostenido por la magistrada del Tribunal Constitucional de la República Dominicana, Alba Luisa Beard Marcos; y la magistrada del Tribunal Superior Electoral, Rosa Pérez García.
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De manera formal, el voto femenino fue aprobado por primera vez en el mundo en 1838, en Oceanía, aunque ya en New Jersey, Estados Unidos, se había autorizado de manera accidental el sufragio a las mujeres en el año 1776. Todo, como parte de una respuesta a los movimientos sufragistas de las mujeres, desde finales del siglo XIX.
En República Dominicana, para el año 1934 se organizó el «Voto Ensayo» de la mujer dominicana. Sufragaron unas 96,242 mujeres, ante el reclamo del derecho al voto feminista de la época, encabezados por Abigaíl Mejía.
Pero no fue sino hasta la Asamblea Revisora, celebrada el 10 de enero del año 1942, que fue promulgada la Constitución, y el 16 de mayo de ese mismo año, se estrenó el voto femenino en unas elecciones con la concurrencia de las mujeres a las urnas.
Silencio, para no ser tildada de loca por pedir el voto, era lo que se solicitaba en las calles de dominicana. Pero un club de mujeres llamado «Nosotras», se erigió irreverente ante la negativa, el 14 de junio de 1927 con el lema «unión y perseverancia».
El fin que reunía a este colectivo femenino era «despertar el espíritu de solidaridad, propugnar por el mejoramiento del niño y de la mujer y crear un ambiente favorable a todas las manifestaciones culturales».
Años más tarde se crea Acción Feminista Dominicano (AFD), primera corriente femenina que fue impulsada por Abigaíl Mejía, una destacada intelectual dominicana que lanzó el «Primer Manifiesto Feminista Dominicano».
Junto a ella trabajaron destacadas artistas y maestras, como Gladys De los Santos Novoa, Elpidia Gautier, Livia Veloz, Delia Weber, Petronila Angélica Gómez, Ercilia Pepín, Carmen González de Peynado, Patricia Mella del Monet, Amada Nivar de Pittaluga, Celeste Woss y Gil, entre muchas otras.
Finalmente, el derecho al sufragio femenino se dio en 1942.
Abigaíl Mejía ha sido la mujer que ha encabezado este movimiento. Sus escritos provocaron un cambio de mentalidad, con un enfoque de protesta, muchos de los cuales fueron publicadas en Hojas Secretas y La Vanguardia de Barcelona.
Sus artículos consiguieron un espacio en Listín Diario y como escritora, incursionó en relatos, crónicas, novelas, biografías y poesías. Su vida transcurrió entre la educación y el arte. Fue profesora de Historia de la Literatura Castellana y dominicana, designada directora del Museo Nacional y fue miembro de la sección de Historia del Ateneo Dominicano.
Por su parte, Celeste Woss fue la primera mujer dominicana en dedicarse formalmente a las artes plásticas y una de las nuevas líderes del feminismo oficialista en el año 1941. Tras ampliar sus conocimientos de arte en Estados Unidos, regresó para abrir su Estudio Escuela en la calle Arzobispo Meriño, frente a la Catedral Primada de América.
Además, existe una tercera coprotagonista de este logro: Amada Nivar de Pittaluga. Ella ocupó el cargo de tesorera en la Primera Junta Superior Directiva de la AFD. Su entretejido siempre estuvo orientado de acuerdo a su fuerte convicción por el empoderamiento femenino.
Fue socia fundadora de la Acción Feminista Dominicana; en 1932, vicepresidenta en funciones del Club Nosotras; presidenta de la Unión Femenina Ibero Americana entre los años 1944-1945; y delegada en las convenciones del Partido Dominicano, 1945 y 1951.
Tres mujeres que con sus pensamientos lideraron el cambio. Uno que ha marcado la participación democrática de la República Dominicana.
Por: Karime Rivas.
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