La importancia de entender las características y calidad del empleo femenino tiene un alto impacto en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y se sostiene de la información estadística de primera mano, como la publicada recientemente por la Oficina Nacional de Estadística (ONE), con su boletín trimestral del Directorio de Empresas y Establecimientos. Este informe a grandes rasgos responde la pregunta, ¿en cuáles sectores productivos del país se encuentran las mujeres?
En primer lugar llama la atención cómo las industrias culturales y creativas están ocupadas en un 82.8 % por mujeres, de los 71,965 puestos formales en estas actividades. Otras áreas que se destacan serían las actividades financieras y de seguros con 52.3 %, organizaciones y órganos extraterritoriales 52.4 %, administración pública y defensa 54.8 %, enseñanza 66 %, atención de la salud humana 74.6 % y servicios con 57.2 %.
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Aunque no se tiene una idea clara de la tasa de ocupación por escala organizacional, para conocer cuántas mujeres ocupan puestos directivos, sí existe un promedio de rango salarial que arroja luz a la situación de las empleadas formales, con un promedio de 26,402 pesos en promedio salarial.
Sin distinción de género, el promedio salarial mensual del sector de entretenimiento y recreativo, se ubica en 16,905 pesos dominicanos. Cercano a este rango salarial se ubican otras áreas como atención a la salud humana, enseñanza y administración; incrementando un poco la cifra para las áreas financieras y de seguro con 25,885 pesos dominicanos al mes.
En contraste, existen áreas menos pobladas por mujeres como lo es el de suministro de energía eléctrica, con una participación del 30.5 %. Donde el rango salarial es de 51,292 pesos dominicanos.
En cuanto a los impedimentos que experimentan las mujeres para alcanzar puestos directivos, el término acuñado para definir estos motivos, «techo de cristal» impulsado por Eagly y Carlo en 2007 ahora son más bien un «laberinto».
Mientras que el techo de cristal se refiere a una barrera invisible que detiene el progreso de las mujeres, por motivos de orden cultural, de estereotipos o actitudes frente al género femenino; el «laberinto» se refiere a un enramado profesional con calles y encrucijadas complejas intencionadamente puestas para confundir a quien se adentre en ello.
Esta última imagen ilustra mejor la situación que el informe de Progreso y Evolución de la Inserción de la Mujer en América del Sur ha publicado la CEPAL. Donde las mujeres deben enfrentar un viaje más complejo para escalar en una organización.
Para enfrentar esto, la CEPAL recomienda establecer legislaciones estatales relacionadas con la equidad de género o de cuotas femeninas en posiciones ejecutivas. A nivel social se recomienda modificar los estereotipos de liderazgo en las empresas, promover un cambio cultural para cambiar la noción de que el cuidado del hogar y los hijos deben recaer exclusivamente en las mujeres.
Por: Karime Rivas.
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