Embajadora Sonia Guzmán, una dama con un norte diplomático

Como una gran defensora del desarrollo económico, la embajadora Sonia Guzmán ha construido puentes de alto valor, entre República Dominicana y los Estados Unidos. Uno de sus logros más recientes, fue exaltado por La Asociación de Cigarros Premium de los Estados Unidos (PCA), por los esfuerzos realizados a favor de la industria del cigarro fungiendo como un elemento conciliador, ante varias medidas regulatorias que interrumpieron la estabilidad de la industria tabacalera en Estados Unidos.

Al igual que esta historia de éxito, son incontables los proyectos de Guzmán ha concluido con grandes beneficios. A mediados del 2022, participó en el acuerdo para la construcción de una planta procesadora para el tratamiento de residuos sólidos que permitirá producir 24 millones de galones diesel dominicano al año, y quedará a cargo de la compañía Ridge Partners Línea Noroeste SA (RPLN).

Como parte de su agenda, también ha estado mostrando al país como un importante aliado estratégico, capaz de complementar las cadenas de producción de empresas norteamericanas.

Ella ha sido una mujer pionera y lo sigue siendo.

Se convirtió en la primera vicerrectora en una institución como la PUCMM, el alma mater de grandes figuras de la región. ¿Cómo fue su trayectoria en el campo de la educación?

En el campo de la educación tuve el privilegio de convertirme en vicerrectora académica a los 28 años, lo cual me obligó a prepararme día a día con experiencias y conocimientos. Me formé conjuntamente con los decanos y el cuerpo académico de esa institución. Fue un período extraordinario para mi formación y a la vez pudimos hacer cosas trascendentales, como fueron el reglamento académico, el reglamento de profesores y de carrera académica.

Después, fui profesora a tiempo completo y luego vicerrectora administrativa y financiera, que fue la otra parte de la universidad, lo que me dio un conjunto de conocimientos globales de la academia y de una institución como la Madre y Maestra, que conllevó a que me nombraran vicerrectora ejecutiva.

Enseñaba Metodología de la Investigación Científica, Administración de Personal e Historia Dominicana, por lo cual tenía en mis aulas estudiantes de todas las carreras: una hermosa experiencia para mí porque tuve alumnos desde ingenieros hasta médicos, administradores de empresa, educadores, entre otros.

En esa época, además, Metodología de la Investigación se tomaba para hacer la tesis, e igualmente tenía alumnos de carreras diversas, como derecho y medicina.

También, cuando fui vicerrectora académica fue cuando se creó la carrera de medicina, que fue una experiencia muy enriquecedora para mí por la cantidad de médicos y científicos con los que tuve que tratar, como los doctores Bencosme y Taveras, que fungían como asesores y eran científicos de Harvard. Mi experiencia académica fue muy gratificante y siento que soy, básicamente, de esencia académica, sin negar mi esencia política.

Usted ha sido la primera mujer Miembro Titular de la Junta Monetaria del Banco Central de la República Dominicana, ¿cuáles fueron los principales retos que asumió allí?

También fue una experiencia extraordinaria, aunque lamentablemente durante ese período me tocó la crisis de Baninter. También me tocó el privilegio de ser cabeza delegada de la Junta Monetaria junto con Eduardo García Michel, de la negociación con Placer Dome de la mina de la Rosario Dominicana. Eso fue sumándose a mi experiencia en lo que hoy se llama un liderazgo de valor.

Uno de los logros más importantes en materia económica fue cuando fue Jefa Negociadora en el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y República Dominicana, ahora vuelve a traer el tema a la mesa para hacerle una revisión para buscar un beneficio para todos los sectores, ¿qué significó para usted llevar a cabo estas negociaciones y ahora retomarlas?

Primero debo aclarar que no se está buscando una renegociación del tratado. Creo necesario detenerse un poco, porque en el fragor de las luchas políticas siempre se saca ese tratado del DR-CAFTA como una adhesión que hizo la República Dominicana con lo que había negociado Centro América con los Estados Unidos, pero nada más falso que eso.

Nosotros tuvimos logros en ese tratado que los centroamericanos no obtuvieron, por ejemplo, en reglas de origen, diferenciadas con los centroamericanos. Un ejemplo palpable que ha podido desarrollar la industria en ese ramo son los calzados. Conseguimos plazos diferenciados también de Centroamérica.

Ejemplos de eso son los automóviles. Nosotros pudimos defender la representación de automóviles europeos, diferenciando los plazos de los automóviles y partes y piezas mecánicas estadounidenses, porque nosotros también teníamos la obligación de defender la industria europea que era y es muy fuerte en la República Dominicana.

El sector farmacéutico tuvo un despegue extraordinario en la parte cobijada de ese tratado por las condiciones que nosotros obtuvimos. Por ejemplo, hoy se puede encontrar en las farmacias de Estados Unidos el ‘bengué’, esa pomada fabricada en la República Dominicana, al igual que otras medicinas nuestras que tienen un gran auge.

Quienes hablan del Tratado de Libre Comercio como un tratado comercial exclusivamente, probablemente no han leído nunca un tratado de libre comercio, porque implica telecomunicaciones, derechos de autor, derechos intelectuales, protección al medio ambiente, derechos laborales y muchas cosas que son básicas para el desarrollo y despegue de un país como lo ha hecho República Dominicana.

Por ejemplo, la ley de compras y contrataciones que se hizo en esa época. Ojo, esto es exigencia del Tratado de Libre Comercio. El desarrollo y la modernización de las aduanas es también requisito de ese tratado. En fin, hay una serie de cosas que la gente no toma en cuenta y piensa que un tratado de libre comercio, inclusive lo he escuchado de economistas, es simplemente comercio, comprar y vender. Y nada más falso que eso.

Quiero utilizar esta plataforma de la revista Mercado, que es una revista tan difundida dentro y fuera del país, para aclarar esto, porque es hora de que se respete y se le haga un reconocimiento a ese grupo de técnicos jóvenes dominicanos que pusieron en alto, durante esa negociación, la bandera de la República Dominicana. Se le debe de reconocer su entrega, su HONESTIDAD, su valor profesional y su patriotismo.

Otra cosa que quisiera destacar, muy importante, es  que también en el tratado, para denostar al país, se dice mucho del déficit que ha crecido en esa relación comercial. Si nosotros tomamos en las importaciones, los automóviles, las piezas mecánicas y los combustibles, y lo sacamos de la ecuación, no habría déficit. Es decir, que lo que marca el déficit comercial entre Estados Unidos y República Dominicana son esos tres renglones. Algo que también es una cosa retorcida y falsa que quieren hacer ver los enemigos de ese tratado.

Como mujer, ¿cómo ha sido para usted el convertirse en pieza central de múltiples negociaciones bilaterales con grandes beneficios económicos para Estados Unidos y RD?

Ha sido un privilegio, en cierta manera un reconocimiento a la mujer. Cada vez que me he sentido una pieza importante en múltiples negociaciones ha sido como un compromiso mayor ante mi país. No es nada fácil, es una responsabilidad enorme, en el cual el peso a veces de todo un país, de todo un sector productivo de tu país, de lo cual depende quizás el futuro desarrollo, el futuro crecimiento, la futura productividad de ese país, la tiene una de cierta manera en sus manos.

Es algo que no se podría describir. Hay muchas crónicas de la época en ese sentido, de que yo, cuando anuncié que se había cerrado ya la negociación con el tratado, lloré delante de todos los empresarios. La verdad es que en ese momento lloré como descarga de esa inmensa responsabilidad y carga emocional que yo tenía. Eso quizás describe lo que yo siento dirigiendo negociaciones bilaterales de importancia para mi país.

Describa algún momento trascendental de su gestión que haya representado un hito para usted como embajadora de la República Dominicana.

El trabajo de una embajadora es un trabajo de día a día. Yo diría que, en algunas circunstancias, de momento a momento. Yo no he terminado mi gestión, hasta ahora todavía soy la embajadora de la República Dominicana en los Estados Unidos y no podría escoger un momento específico trascendental en mi gestión, porque creo que todos los momentos en estas relaciones tan importantes República Dominicana/Estados Unidos de América son importantes. Cada cosa que se hace es relevante, ya que Estados Unidos es el mayor inversor que tenemos, de donde recibimos el mayor número de turistas, es nuestro mayor socio comercial; somos también la séptima economía en el hemisferio para Estados Unidos, todo eso lo debemos a estas fuertes relaciones bilaterales. Es un país al que nos liga la cultura, tenemos más de dos millones de dominicanos o de origen dominicano que viven aquí, tenemos unos lazos de hermandad, de amistad y de origen, donde defendemos una democracia fuerte, una transparencia y un programa de anticorrupción también fuerte. Creo que todos esos hechos, cada cosa, poquito a poquito es lo que hace una relación fuerte, y ese es mi mayor logro: fortalecer las relaciones en la República Dominicana y los Estados Unidos de América.

¿Cuál es esa cualidad distintiva que porta como mujer y considera que ha sido determinante en su ruta hacia el éxito?

Algo que tenemos las mujeres, que es un sexto sentido, que tenemos todas las mujeres, algunas más desarrolladas que otras. Creo que ese sexto sentido ayuda a las mujeres fuera de los conocimientos, de alguna manera adquiridos ya sea por experiencia, por lectura, por auto gestión educativa, por academia o como sea. Creo que ese sexto sentido, sumado a esa preparación, hace la diferencia entre una mujer negociadora y el hombre negociador. Mientras más desarrollamos ese sentido más éxito tenemos las mujeres. Y eso se está reconociendo, porque muchas directoras de empresas grandes o de organizaciones mundiales, por ejemplo, del Fondo Monetario Internacional, del Banco Europeo, son mujeres. Creo que eso ha hecho una buena parte de la diferencia.

Usted ha sido pionera en muchas posiciones, pero ¿quién ha sido su inspiración para todo lo que ha logrado?

Mi mayor inspiración es todo lo que yo he logrado para el engrandecimiento de mi país. Es que mi país cada vez sea más fuerte, más grande, que su desarrollo sea más sólido, que nosotros podamos decir quizás –y lo estoy viendo- que somos líderes en el hemisferio en muchas cosas. Un país tan pequeño, que ocupe de los primeros lugares en desarrollo en el continente americano, que seamos uno de los primeros países con una economía sólida, que un país tan pequeño sea uno de los mayores socios comerciales en el hemisferio de los Estados Unidos de América, todo eso dice mucho de nuestro país, y son logros del Presidente Abinader, de los políticos que hacen bien su trabajo, los congresistas que hacen bien su trabajo, los servidores públicos. Y yo, que he puesto mi granito de arena, cuando veo esas cosas me siento satisfecha y me siento orgullosa en el buen sentido de la palabra.

En su opinión, ¿cuál es el panorama actual para las mujeres que ocupan puestos de liderazgo?

Creo que hay muchísimas mujeres valiosas en la generación actual, y en la que viene veremos muchas mujeres ocupar posiciones trascendentales. Sobre todo, una posición que yo vislumbro que no será muy lejos en el futuro de lograr, con un liderazgo fuerte y pudiendo hacer una gestión sólida y buena en todo el sentido de la palabra, es una mujer presidente de la República. Pienso que hay mujeres jóvenes brillantes y preparadas que pueden asumir ese reto en un futuro no muy lejano.

Por: Karime Rivas.