Vivimos tiempos convulsos y de cambios constantes, con un alto costo para la salud mental. Algunas de las situaciones son coyunturales y, con suerte, evolucionarán con el paso del tiempo. Otras, sin embargo, no tienen un mejor pronóstico y es el caso del calentamiento global, que está desatando la ecoansiedad.
Este tema da mucho sobre qué preocuparse, pero ello puede provocar síntomas como miedo, palpitaciones y angustia sobre el futuro. Esto se conoce como «ecoansiedad».
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No es una enfermedad como tal, pero sí un tipo de ansiedad o culpa por motivos relacionados con la degradación del medio ambiente y la aceleración del cambio climático.
«Conocemos ecoansiedad como el efecto que tiene sobre nosotros esa especie de temor a lo que va a pasar en relación a que cambie el tiempo y se pueda crear un cataclismo medioambiental», explica Javier Ares Arranz, psicólogo especialista en depresión, ansiedad y pareja a Business Vogue. «Eso nos genera problemas de ansiedad, que a su vez nos pueden afectar a distintos niveles de nuestra vida y traducirse en patologías graves, como por ejemplo fobias».
La ecoansiedad no afecta únicamente a las mujeres, sino también a las generaciones más jóvenes, quienes suelen ser las más concienciadas con los problemas derivados del calentamiento global.
De acuerdo a una encuesta de Amnistía Internacional llevó a cabo entre 10,000 jóvenes de 22 países en 2019. Las conclusiones arrojan que la generación Z que el cambio climático es el mayor problema de nuestra época.
La encuesta NextGen Climate Survey, publicada por Blue Shield of California, aseguró que en abril del 2021 un 83% de los jóvenes de la generación Z están preocupados por el medioambiente y un 84% al menos moderadamente preocupado.
«El activismo juvenil contra el cambio climático, en el que se ven reflejados muchos jóvenes, contribuye también a su toma de conciencia y al temor a lo que se avecina», dice el estudio.
No es casualidad que Greta Thunberg, nacida en 2003, se convirtiera en un icono global cuando en 2018 decidió no ir al colegio como manera para presionar al gobierno sueco para que cumpliese con el Acuerdo de París y redujese sus emisiones de carbono.
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En tal sentido, la ecoansiedad avasalla cuando invade el pensamiento de incapacidad por el medioambiente, la de ser «una gota en un océano». Pero, ¿acaso no hacen el océano todas esas gotas?
Javier Ares da la solución en simples pasos, «lo primero es preguntarse qué tienen de real estos pensamientos, y aceptar todo esto como un proceso que puede surgir en cualquier momento. Hay que aceptar que es algo que no podemos controlar».
En efecto, los expertos aseguran que la sobreexposición a este tipo de información afecta a la salud mental y puede provocar ansiedad, aunque paradójicamente también tiene la capacidad de ser adictiva.
El doomscrolling es precisamente es el término empleado para definir esta adicción. Más exactamente, es ‘quedarse enganchado’ al consumo de malas noticias, sobre todo a través de los dispositivos electrónicos.
«La dieta menta; es algo meas que positivo, necesario. No hablo de irse a vivir a una cueva, pero sí elegir y fijar un momento del día en el que conectar con noticieros o diarios», dice Javier Ares.
«De lo que se trata ahora es, precisamente, de actuar con urgencia ¿o no han declarado muchas instituciones que estamos en situación de emergencia climática? No podemos ser optimistas, pero hemos de ser positivos, proactivos, aportando nuestro esfuerzo para cambiar el rumbo del planeta. No estamos haciendo las cosas bien. Como ocurre con la fiebre en los humanos, señal de algún problema de salud, el calentamiento global es reflejo de los impactos negativos que los humanos estamos produciendo, a gran escala, en el planeta», explica Javier.
Existen medidas que puedes tomar además de separar la basura en casa. Comprar muchos detallados en lugar de envasados, llevar tu bolsa de tela cuando vas de compras, usar el transporte público siempre que te sea posible, emplear productos de limpieza biodegradables, entre otros.
Siempre podrás mejorar tus hábitos para ser más sostenible y respetuosos con el medio ambiente, pero caer en la obsesión es un terreno que debemos evitar. Recuerda que antes de cuidar aquello que te rodea, lo primero es hacerte cargo de ti misma.
Por: Karime Rivas.
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