Los estereotipos existen incluso dentro de las entrevistas de trabajo. Existen arquetipos de candidatos como la historiadora, la oportunista, la generalista y la reaccionaria, solo por mencionar algunos de ellos. Claro está que muchas de nosotras caemos sin darnos cuenta en uno o más de esos, tratando de impresionar a nuestros interlocutores y alcanzar nuestros objetivos. ¿Ya sabes cuál de ellos te identifica? Y, ¿cómo hacer un pitch de presentación ganador?:
La historiadora: compartes todos los puntos de tu currículum de tres páginas y más de 25 años, abrumando a los gerentes de contratación con detalles.
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La oportunista: enfatizas tanta disposición a hacer «cualquier cosa y todo», que no hay forma de averiguar cuál es la mejor opción para él.
La generalista: minimizas tus verdaderas habilidades con logros genéricos como «formar grandes equipos» y «lograr objetivos corporativos». Nunca deja una impresión duradera.
La reaccionaria: dejas que tu última experiencia laboral tome el control de tus emociones, impulsando la conversación hasta que el entrevistador grite pidiendo la salida.
Estas trampas podrían acabar con tus posibilidades en un momento, ya que distorsionan la imagen que pueda llevarse de ti. Los reclutadores, gerentes de contratación y contactos de redes necesitan una imagen clara de tus fortalezas únicas y su función ideal, y todo en pocas palabras. Aquí es donde entra la narrativa profesional.
La historia de tu carrera en dos minutos
Una narrativa profesional tiene la posibilidad de capturar la historia de tu carrera en su nivel más conciso y memorable. Idealmente, son aproximadamente dos minutos de conversación y menos de 200 palabras cuando se escribe. Es un párrafo lleno de poder que, cuando se hace correctamente, te puede catapultar en el mercado laboral, hace que te recuerden con un objetivo y lo mantiene en la mente.
Para tener una buena narrativa profesional, es necesario que abordes las preguntas más importantes para la transición profesional: ¿Quién eres como líder senior?, ¿Qué haces mejor?, ¿Dónde agregas valor a una organización?, ¿Cuál es tu próximo paso ideal?, ¿Cómo hacer un pitch?.
Estas preguntas pueden parecer sencillas. Sin embargo, tomarse un tiempo para una introspección y obtener una perspectiva del exterior de colegas profesionales o asesores puede resultar en una historia más sólida y concisa.
Una narrativa profesional ganadora muestra personalidad desde el principio sentando las bases de cómo hacer un pitch. Trata de enfatizar los logros específicos y demuestra tus fortalezas, en lugar de centrarte en clichés usados en exceso, una historia de tu carrera incoherente y descripciones difíciles de recordar.
Para su mayor eficiencia, la narrativa profesional debe tener un enfoque prospectivo, en lugar de depender de una lista detallada de logros alcanzados, títulos o años de experiencia. Tus palabras deben más bien ir enfocadas en tu próximo rol deseado, de forma tal que tu audiencia pueda imaginarlo de inmediato. Mientras tanto, enfatiza el impacto que un candidato puede tener para la nueva organización, en lugar de decir lo que crees que el empleador necesita de ti.
¿Narrativa profesional o marca personal?
La marca personal se ha convertido en un elemento preponderante dentro de la selección y reclutamiento de personal. De hecho, es muy común confundir a una sólida marca personal como motivo ‘suficiente’ para ser contratada. Si bien existe una intercesión definida entre lo que representas como individuo y tus aspiraciones profesionales, los dos son elementos distintos. La principal diferencia es que una marca personal se aplica en en muchas situaciones y se mantiene constante a lo largo de su vida; una narrativa profesional habla de un objetivo claro (su próximo trabajo) y se enfoca más estrechamente en su identidad laboral de allí la importancia de saber cómo hacer un pitch.
Cuanto más intentas lucir bien en todo, menos destacas
En cualquier caso, los líderes senior a menudo desperdician espacio al mencionar habilidades y experiencias que son expectativas básicas, en lugar de verdaderos diferenciadores personales. Por ejemplo, a nivel C-suite o vicepresidente, se esperan sólidas habilidades de liderazgo y formación de equipos comprobada.
Una narrativa profesional inteligente profundiza en otros atributos que realmente distinguen a un candidato. Esa especificidad puede parecer contradictoria, especialmente para ejecutivos con muchas habilidades y experiencias, pero cuanto más intentas lucir bien en todo, menos destacas.
Recoge testimonios de tu trabajo para crear una narrativa real
Crear la historia profesional ideal puede ser un desafío, especialmente cuando se trabaja sola. Es difícil dar un paso atrás y evaluar objetivamente tus propias fortalezas. Las emociones también pueden distorsionar tu visión general, especialmente si no está en transición voluntariamente.
Una vez que hayas elaborado una narrativa profesional ganadora, úsala con frecuencia y de manera constante en tu currículum, biografía y perfil de LinkedIn. También es adecuado para presentaciones conversacionales, cartas de presentación y declaraciones «acerca de» en correos electrónicos. Esta repetición de temas clave reforzará su mensaje y ayudará a acelerar la llegada de su próxima oportunidad profesional. (NF)
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