Poner fin a todas las formas de discriminación contra las mujeres y niñas no es solo un derecho humano básico, sino que además es crucial para el desarrollo sostenible igualitario. De acuerdo al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, ha quedado demostrado una y otra vez que empoderar a las mujeres y niñas tienen un efecto multiplicador y ayuda a promover el crecimiento económico y el desarrollo a nivel mundial.
Aunque hay más mujeres que nunca en el mercado laboral, todavía hay grandes desigualdades en algunas regiones, y sistemáticamente a las mujeres se les niegan los mismos derechos laborales que tienen los hombres. La violencia y la explotación sexual, la división desigual de trabajo no remunerado y la discriminación en la toma de decisiones en el ámbito público son grandes obstáculos que aún persisten.
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En este marco, la CEPAL responde a la gran interrogante, ¿Cómo construir el desarrollo sostenible igualitario?
En primer lugar, la CEPAL sugiere acompañado de cifras que sustentan esto, la necesidad de modificar el paradigma con el que se ha estado analizando el desarrollo y la valoración del producto interno bruto.
La agenda de género y la de medioambiente plantean que el PIB no captura la complejidad de los procesos productivos y de las relaciones sociales, tanto desde el punto de vista del impacto ambiental, como del trabajo no remunerado de las mujeres. Mejorar esto requiere de un esfuerzo empresarial importante.
Debe ser un ‘must’ generar un pacto global que se solidarice con las generaciones venideras, lo que, sumado al proceso de transición demográfica ubique de manera estratégica los problemas que afectan particularmente a las mujeres, como las necesidades de cuidado. Ello requiere mejorar integralmente la inserción femenina en el empleo y generar políticas públicas de cuidado, que permitan a las mujeres mayor autonomía económica.
En cierto modo, la tecnología representa el hilo que desarma el nudo. Por tal motivo, están examinando sus operaciones y cadenas de suministro para minimizar sus propias emisiones de carbono. Pero el sector tecnológico tiene la responsabilidad y la oportunidad adicionales de desarrollar soluciones de tecnología inteligente que permitan la digitalización, la electrificación y la eficiencia que pueden impulsar la descarbonización y ayudar a las empresas de todas las industrias a alcanzar sus objetivos de sostenibilidad.
Avances digitales como IoT, análisis de datos y la nube ya están teniendo un impacto en los objetivos de reducción de emisiones de las empresas. Los esfuerzos futuros de descarbonización probablemente requerirán innovación a este nivel, incluidas soluciones inteligentes como redes inteligentes, edificios inteligentes, ciudades inteligentes y agricultura de precisión.
Al mismo tiempo, los impactos negativos asociados con el crecimiento y la proliferación de la tecnología, como un mayor uso de energía en los centros de datos, el agotamiento de los metales y minerales raros utilizados en ciertos dispositivos, y los desafíos éticos asociados con el uso exponencial de la inteligencia artificial o redes sociales, también debe minimizarse.
Vale centrarse en algunos sectores clave donde la tecnología puede tener el mayor impacto en términos de aplicación, así como la escala del emisor. Por ejemplo:
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