El panorama del emprendimiento femenino ha experimentado una transformación notable en las últimas décadas. Según el informe 2024 del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), a pesar de los desafíos globales como la pandemia y conflictos internacionales, la resiliencia y adaptabilidad de las mujeres emprendedoras han sido destacables. Este espíritu emprendedor femenino impulsa economías locales y también contribuye significativamente al crecimiento económico global.
Ecuador: 33.4% de las mujeres participan en actividades emprendedoras.
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Chile: 30.2% de participación femenina en el emprendimiento.
Guatemala: 28.8% de las mujeres están involucradas en iniciativas empresariales.
Panamá: 28.5% de participación femenina en el ámbito emprendedor.
Colombia: 26.1% de las mujeres se dedican al emprendimiento.
Tailandia: 24.5% de participación femenina en actividades empresariales.
Uruguay: 23.9% de las mujeres están involucradas en el emprendimiento.
Sudáfrica: 23% de participación femenina en iniciativas emprendedoras.
Venezuela: 21.4% de las mujeres participan en el ámbito empresarial.
Puerto Rico: 20% de participación femenina en actividades emprendedoras.
En la República Dominicana, diversas iniciativas buscan fortalecer y promover el emprendimiento entre las mujeres, reconociendo su papel fundamental en el desarrollo económico y social del país. Algunas de las más destacadas son:
Banco Adopem: Este banco se especializa en microfinanzas y tiene como objetivo principal apoyar a sectores tradicionalmente excluidos del sistema bancario formal, incluyendo a mujeres emprendedoras. Ofrece productos y servicios financieros adaptados a las necesidades de pequeñas empresarias y agricultoras de bajos ingresos, facilitando su inclusión financiera y el desarrollo de sus negocios.
Ciudad Mujer: Este proyecto gubernamental, implementado en varios países de América Latina, también ha sido adoptado en la República Dominicana. Ciudad Mujer integra en un solo espacio servicios orientados a promover la autonomía física, económica y de participación ciudadana de las mujeres. Ofrece capacitación laboral, atención integral de la salud y programas de prevención de la violencia de género, creando un entorno propicio para el desarrollo personal y profesional de las mujeres dominicanas.
AWE República Dominicana: La Academia para Mujeres Emprendedoras (AWE, por sus siglas en inglés) es una iniciativa del Departamento de Estado de los Estados Unidos, administrada en el país por la Embajada de los Estados Unidos en Santo Domingo, en alianza con PUCMM Emprende. Su objetivo es apoyar a mujeres emprendedoras con proyectos propios, brindándoles herramientas y conocimientos para desarrollar su potencial económico y contribuir a una mayor estabilidad y prosperidad en sus comunidades.
Ruta Mujer del Banco Popular: Lanzada en 2023, esta iniciativa busca fomentar la independencia financiera y el desarrollo personal y profesional de las mujeres dominicanas. A través de charlas y talleres, más de 830 mujeres han sido capacitadas en áreas como finanzas, autoestima y emprendimiento, brindándoles el apoyo necesario para fortalecer sus habilidades y confianza en el ámbito empresarial.
She’s Next: Esta iniciativa internacional, implementada en la República Dominicana, está diseñada para apoyar a mujeres emprendedoras, proporcionándoles recursos, capacitación y una red de apoyo para impulsar sus negocios. El programa busca inspirar y motivar a las mujeres dominicanas a liderar y transformar sus vidas y comunidades a través de la innovación y el emprendimiento.
Estas son solo algunas de las iniciativas disponibles, que reflejan un compromiso sólido con el empoderamiento económico de las mujeres en la República Dominicana. El avance del emprendimiento femenino a nivel global es innegable, con países de América Latina liderando en porcentajes de participación global.
En 2025, las mujeres emprendedoras enfrentan diversos desafíos que obstaculizan su pleno desarrollo en el ámbito empresarial. Estos son algunos de los principales retos identificados en fuentes recientes:
Las mujeres suelen encontrar mayores dificultades para obtener financiamiento en comparación con sus pares masculinos. Según datos de la organización WeXchange, respaldada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en América Latina, solo el 2% del capital de riesgo se destina a empresas fundadas exclusivamente por mujeres.
Las responsabilidades domésticas y de cuidado suelen recaer desproporcionadamente sobre las mujeres, limitando el tiempo y recursos que pueden dedicar a sus emprendimientos. Esta carga adicional puede afectar su capacidad para participar plenamente en actividades empresariales y de networking.
Las mujeres emprendedoras suelen tener menos acceso a redes de contactos y oportunidades de mentoría, lo que puede limitar su crecimiento empresarial. La falta de modelos femeninos visibles en posiciones de liderazgo también puede influir negativamente en sus aspiraciones y confianza.
Las normas culturales y expectativas sociales pueden desalentar a las mujeres de perseguir sus aspiraciones empresariales. En muchos casos, se espera que las mujeres prioricen las responsabilidades domésticas sobre sus carreras, lo que limita su participación en el mundo empresarial.
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