La participación de las mujeres en la C-Suite comienza a ser notoria, con resultados medibles. Se estima que 1 de cada 4 ejecutivos es mujer, aunque la tasa siga siendo considerablemente más baja para la dirección ejecutiva. Aún así, con los porcentajes actuales, el rendimiento financiero de las mismas reporta grandes ganancias para las empresas.
Investigadores del Harvard Business Review analizaron 389 empresas de la lista Fortune 500 que cotizan en bolsa entre 2005 y 2017. De este modo, se analizó cada aspecto de la C-Suite de esas empresas aplicando la Q de Tobin, un indicador básico de rentabilidad y de beneficios a largo plazo de un sector.
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De hecho, la Q de Tobin busca la relación entre el valor en el mercado de un activo de una empresa y su valor intrínseco. Con ello se consiguió que mientras mayor sea la influencia femenina, mayor será la orientación al cliente y la Q de Tobin.
En otras palabras, mientras más influencia tiene la mujer, mayor rentabilidad financiera tendrá la empresa.
De acuerdo a Harvard Business Review las mujeres generalmente operan a partir de una autoconstrucción interdependiente. En general son más propensas a mirar las cosas en términos de relaciones y tomen en cuenta la perspectiva de los demás.
Por lo tanto, no es de extrañar que una vez alcanzada la C-Suite, las mujeres tomen decisiones estratégicas que reflejen un mayor enfoque en los clientes, que investigaciones anteriores relacionaron con un incremento de la Q de Tobin.
De hecho, el incremento de esta variable Q se incrementó en las organizaciones que la influencia femenina era mayor. A partir de la influencia, las mujeres presentaron un mayor control de la estrategia, especialmente cuando la directiva tenía conocimiento de marketing.
Por el contrario, en aquellas empresas que enfrentan preferencias impredecibles de los clientes, muchos cambios tecnológicos, fuerte competencia o cuando tenían un alto grado de propiedad familiar el crecimiento financiero se reduce.
Mary Barra presidente ejecutiva de General Motors comenta sobre la contradicción existente entre estos indicadores. «Muchos estudios sugieren que las mujeres ejecutivas se involucran en una menor toma de riesgos, pero la orientación al cliente que traen puede resultar en estrategias verdaderamente arriesgadas», dice la empresaria.
Barra encierra en sí misma un ejemplo de ello, cuando sorprendió al mercado con la decisión de abandonar varios modelos de Sedan a favor de SUV, cambiando así la dirección estratégica de la empresa.
¿Eres una mujer de riesgos y crecimiento?
Por: Karime Rivas.
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