La psiquiatra Marian Rojas Estapé explica que la tecnología puede provocar un bloqueo mental que impide la reflexión e introspección. Según Rojas Estapé, el ritmo vertiginoso actual puede llevar al agotamiento emocional y a la falta de dirección. En una era dominada por la tecnología, encontrar un propósito en la vida se ha convertido en un desafío para muchas personas.
Rojas Estapé subraya la importancia de detenerse y reflexionar para contrarrestar la tendencia hacia la superficialidad. La modernidad ha traído consigo un «ritmo frenético» que afecta todas las áreas de nuestra existencia. Este ritmo, impulsado por el avance tecnológico y la constante conectividad, ha reducido significativamente el tiempo dedicado a la introspección.
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«Vivimos una vida donde le hemos metido el fast a todo lo que hacemos, y por lo tanto solo puedes encontrarle sentido si paras y reflexionas», comenta Rojas Estapé.
El acto de detenerse a reflexionar nos permite abordar preguntas fundamentales sobre nuestra existencia. Entre estas preguntas, la psiquiatra menciona algunas:
Estas preguntas, según ella, no tienen respuestas fáciles y requieren un esfuerzo consciente para ser contestadas. En esta línea, sugiere recurrir a la sabiduría de personas mayores, a la lectura y, sobre todo, a la reflexión personal.
El uso excesivo de pantallas y la hiperestimulación también influye de forma negativa en esta búsqueda de sentido. Marian Rojas Estapé explica que la corteza prefrontal, una parte del cerebro esencial para la reflexión profunda, se ve afectada negativamente por estos factores. «Las pantallas, el miedo, la soledad, la hiperestimulación», dice, son elementos que contribuyen a un bloqueo mental que impide ir más allá de un nivel superficial de pensamiento. Este bloqueo nos aleja de la posibilidad de encontrar un verdadero sentido a nuestras vidas.
Ante los micrófonos de Brain Booster University, Rojas Estapé advierte que la superficialidad es un estado peligroso para el bienestar emocional y mental. «Cuando no podemos profundizar nos encontramos en la superficialidad y ahí no encuentras sentido de vida», sentencia.
Con todo esto, la psiquiatra llama a la acción, instando a las personas a buscar una vida más contemplativa y menos dominada por la tecnología y la prisa. Propone una vuelta a las prácticas que fomentan la reflexión, como la meditación, el contacto con la naturaleza y las conversaciones profundas como formas de redescubrir el propósito y el sentido de la vida.
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