Para entender la cocina de Anne-Sophie Pic, se debe conocer a la mujer detrás de los fogones. Ella es apasionada, sensible, libre y decidida. Su camino ejemplifica una fuerza única de carácter, ya que como mujer autodidacta, se le pidió mucha convicción, perseverancia y fe para establecerse en un universo firmemente dominado por los hombres.
Comenzó su viaje guiada por su paladar y sentido del olfato. Cuando entra en la cocina, se basa únicamente en sus emociones e intuiciones para adornar sus platos. Aprende la técnica a través de la práctica, lo que le da la inmensa libertad de asociar gustos, crear su propio estilo y buscar el equilibrio y la precisión en todas las cosas.
Para Anne-Sophie Pic, un plato es un ser vivo, al igual que la degustación no es un ejercicio lineal. Cada bocado debe obtener una emoción gustativa diferente, a veces poderosa, a veces delicada, a veces suave, a veces amarga… La búsqueda permanente de la perfección empuja a Anne-Sophie Pic a mejorar siempre sus creaciones, a reinterpretar algunas y a abandonar otras, con el fin de redescubrirlas de nuevo más tarde. Esa es la rutina en el panorama de su mente culinaria.
Sin embargo, hay características homogéneas en sus creaciones. Éstas son la audacia, la búsqueda del equilibrio, la complejidad aromática y la delicadeza. Ahí es donde reside la belleza del momento: el equilibrio entre el poder aromático y la delicadeza de la expresión. Pues, su cocina no se revela de inmediato. Viene sutilmente para aquellos que saben cómo escuchar, cómo mirar y tomarse su tiempo. Pic practica una cocina sin arrogancia. Su manejo de los hornos es un reflejo de su personalidad y su apuesta va por los productos sencillos sin aspavientos. Y reivindica la existencia de un paladar femenino: un toque de color, un punto de acidez y un gusto dulce.
El estilo característico de Anne-Sophie no se puede encontrar en un solo plato, sino en su enfoque imaginativo, explorando y creando nuevas y complejas combinaciones de sabores. Su amor por experimentar con ingredientes y gustos infravalorados como la remolacha, el nabo y el repollo han contribuido a algunos de sus platos más interesantes.
Sus primeros años en esta industria están firmemente arraigados gracias a su padre Jacques Pic y su abuelo Andre Pic, quienes eran los principales chefs de su prestigioso restaurante Maison Pic. En el momento del nacimiento de Anne-Sophie Pic, su abuelo ya había obtenido tres estrellas Michelin y Jacques Pic continuó manteniéndolas durante su mandato como jefe de cocina del restaurante.
Pero Anne-Spohie se empeñó en luchar contra sus genes. Tras fantasear con la moda, al final se decidió por los negocios y cruzó el charco para estudiar Empresariales en Nueva York. Se formó en el Manhattan Institute of Management de NY, en la Internacional Management University of Asia (Tokio) y en el Instituto Superior de Gestión francés. Tras varios años como trotamundos, se rindió a su destino.
Su primera intrusión en la gastronomía profesional llegó en 1992 y, tras la muerte de su padre, decidió casarse con la cocina tomando las riendas de Maison Vic. Junto a su hermano Alain, se encargó de la gerencia del restaurante. En primera instancia, se enfocó únicamente en aspectos administrativos y operativos. Durante esta época, el lugar perdió una estrella. En 1997, Alain optó por retirarse del proyecto. Es en ese momento cuando Pic comienza a forjar su camino hacia el olimpo de la gastronomía y el tiempo fue testigo de su potencial.
Luego de un arduo trabajo, en 2007 regresó el honor faltante. Anne-Sophie logró, por tercera generación consecutiva, otorgarle las máximas condecoraciones culinarias al restaurante. Su éxito la llevó a pasar a la historia como la primera mujer en 56 años que alcanzó el trío de estrellas Michelin. La misma guía define su trabajo: “Tras André y Jacques, Anne-Sophie alcanza la excelencia y confirma que la historia de la familia Pic está estrechamente ligada a la cocina de calidad. Siempre con el mismo afán por la perfección, los mejores productos y los maridajes”. Ese mismo año, la revista Time la ubicó en el tercer puesto en la lista de grandes visionarios. La publicación la describió como “una mujer de una intensa ambición”. Por otro lado, numerosos críticos aplaudieron su dinamismo para aportar nuevas interpretaciones de recetas tradicionales. Un reconocimiento a sus ganas de superarse y de innovar constantemente.
Así, la valiente francesa ha triunfado en el mundo de la gastronomía no sólo por su excelente trabajo con los ingredientes sino también por su actitud comprometida a explorar, transformar y desafiar nuevos horizontes.
Anne-Sophie no contempla la discriminación de alimentos en su cocina, de hecho le mueve la creación de platos nuevos con combinaciones poco comunes y alimentos olvidados. Su principal objetivo es deleitar los sentidos de aquellos que prueban sus platos pero sin limitarse en el proceso, superándose día a día. No hay en el mundo una chef más condecorada. Actualmente posee diez estrellas Michelin repartidas en cinco restaurantes: tres para Maison Pic (Valence, Francia), dos para Restaurant Anne-Sophie Pic (Lausana, Suiza) y La Dame de Pic en Londres, y una para La Dame de Pic en París, Megève (Francia) y en Singapur. Además, obtuvo premios como Veuve Cliquot 2011 y San Pellegrino World’s 50 Best Restaurants.
Por: revista Mercado.
