Abigail Johnson, una fábrica de dinero lejos de una vida pública

No todas las mujeres multimillonarias son públicas, incluso puede que el nombre de Abigail Johnson no te diga nada y, pese a todo, es la sexta mujer más poderosa del mundo. La heredera dl gigante financiero de propiedad familiar, también es la inversora más influyente del planeta. Y esta es su fascinante y desconocida historia.

Es inconcebible cómo se ha podido manejar tan de bajo perfil, cuando ¡por sus manos pasan 15,900 millones de dólares! En cada una de sus decisiones, Abigail Johnson se juega esa inabarcable suma que la convierte en la sexta mujer más poderosa del planeta; solo por detrás de Mackenzie Scott, Kamala Harris, Christine Lagarde, Mary Barra y Melinda Gates. Con semejante familia de empresarios, se puede decir que su destino estaba escrito al nacer.

Llegó a la posición de CEO de Fidelity Investments gracias a su padre (que fue quien la precedió en el cargo) y posee el 24.5% de esta firma en la que comenzó, aún estudiante, como becaria. En 1988 y tras graduarse en Harvard, fue contratada a tiempo completo como analista y de ahí, salto a salto, llegó al despacho final. Es la tercera línea sucesoral de un negocio fundado por su abuelo, Edward Johnson II, en 1946. Se trata de la familia más poderosa de Boston, la alta realeza de los negocios. Más ricos que los Windsor y mucho más celosos con su privacidad.

Que llueva dinero

Y es que Fidelity Investments es una empresa estadounidense que se especializa en la gestión de activos y fondos de pensiones. Es uno de los Brokers o corredores de bolsa más completos de la actualidad. Aunque la compañía se destaca por sus fondos de inversión, incluye también Mutual Funds, IRAs, Acciones, Renta Fija, Bonos, CDs, EFTs y Opciones.

La reputación de esta compañía hace todo el ruido por la familia entera, no hace falta que ellos hagan una vida pública controversial, cuando ya son conocidos en los Fondos de Inversiones, aunque como broker no se quede atrás.

Una inversora ‘Tech’

«Me encanta este rollo», dijo Abigail entusiasmada en el 2017, cuando las criptomonedas aparecieron en su horizonte financiero. Poco después, convirtió a Fidelity Investments e la primera gran firma de inversión que aceptó el Bitcoin. Lo cierto es que la tecnología está en el core de su negocio, con 3 billones de dólares anuales dedicados a la inversión Tech, un monto que hasta ahora no ha sido superado por ninguna otra firma en el planeta.

Su fascinación por implementar la tecnología apunta no solo a la blockchain, sino también a la computación cuántica. «Mi padre siempre mantuvo en nómina a un grupo de personas dedicadas exclusivamente a seguir lo que ocurre en ese campo crítico. Siempre quiso estar en la vanguardia», ha confesado. Su padre, Edward ‘Ned’ Johnson, el responsable de convertir la firma en el gigante que es hoy, además compró la primera computadora de Fidelity en 1956, el primer call center en 1974 y lanzó el primer website de la firma en 1995.

Ahora, Abigail (Abby) pretende llevar el conocimiento tecnológico al corazón del negocio. «Las decisiones de management tienen que estar informadas por la inteligencia tecnológica», develó en una entrevista para The Financial Times. «Los tecnólogos ya no pueden estar a un lado, sino al frente».

El bajo perfil también se construye

La decisión de Abigail ha sido acertada con su giro tech. Los diferentes productos financieros que comercializa en su firma reposan los ahorros de 32 millones de personas en todo el mundo. En 2021, Fidelity extendió 13,000 nuevos contratos, el doble que en 2010. Y el negocio aumentó un 60%, acercándose ya definitivamente a las cifras de las instituciones bancarias globales.

Para desmenuzar la vida de esta mujer todos los medios de negocios lo han tenido difícil. Solo han trascendido detalles como que conduce una pickup (una camioneta 4×4), que si debe viajar por negocios lo hace en la clase turista y que no suele cenar. Además, está casada con Christopher McKown, ejecutivo de Fidelity, y es madre de dos hijos. Su corazón ha mostrado estar interesado en mucho más que las fronteras del mundo de negocios, pues ha donado 333,000 dólares a la campaña de Hillary Clinton para las presidenciales de 2016. A partir de entonces, ha donado más de 14,000 dólares a candidatos republicanos de cinco estados. «Los Johnson son la familia más importante de Boston, muy cerca en poder e influencia a los Kennedys», admiten los periodistas locales.

Pero en todo este último párrafo queda una sola cosa en evidencia: no sabemos nada de ellos fuera de su fortuna y el nombre de su empresa. (KR)