Desde Marie Curie son cientos las mujeres inventoras e inventos que han revolucionado el mundo a través de la tecnología. Ellas, al igual que Marie Curie han desafiado el machismo de su época, que en el caso de Marie fue Polonia, para cursar estudios universitarios. Ella retó al mundo incluso para ganar el Nobel de Física (1903), cuyo jurado quería otorgar en exclusiva a su marido. Un pensamiento machista que muchas preferiríamos decir que quedó en el siglo IXX, pero Ángela Ruiz, la profesora española que inventó el primer prototipo del e-book en formato de enciclopedia mecánica con la misma finalidad con la que la tecnología llega hoy a los países en vías de desarrollo, también ha tenido varios retos por enfrentar como mujer.
Hay muchas mujeres que cambian el mundo para mejor, son inventoras que no aparecen en los libros de texto, parecen sepultadas en la historia de la humanidad. Esto demuestra la importancia de empoderar el trabajo de muchísimas personas que los distintos tipos de violencia contra las mujeres han alejado a menudo de la esfera pública y de los organismos de poder por razones de discriminación.
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La primera de las cuatro mujeres escogidas se trata, ni más ni menos, de la precursora de la mayoría de los lenguajes de programación de ordenadores y la primera informática del mundo. Y sí, las fechas en las que se enmarcó su vida son correctas. Ada, condesa de Lovelace, creó el primer algoritmo destinado a ser procesado, de forma autónoma, por la primera máquina analítica de la historia, inventada por el matemático Charles Babbage, quien fue su amigo y colega.
La particularidad de su trabajo es que, mientras Babbage (al igual que muchos otros matemáticos) solo previó el cálculo de números en su propio invento, Ada vaticinó e inició los pasos siguientes que daría la computación. Así pues, sus notas han sido importantísimas para los siguientes capítulos de la historia humana, y quizás, sin ella, nada habría sido igual en un mundo en que ya nada puede ser concebido sin la informática.
Esta estadounidense que vivió en la Costa Oeste de los EEUU durante toda su vida fue una de las primera mujeres ingenieras con un doctorado de la historia y, casi con toda seguridad, una de las primeras psicólogas industriales. Tuvo 12 hijos y sus ganas de simplificar los asuntos del hogar le llevaron a inventar el cubo de basura con pedal y los estantes para la nevera, entre otros trabajos en su larga trayectoria profesional. Tanto ella como su esposo fueron expertos en su larga trayectoria profesional. Tanto ella como su esposo fueron expertos en eficiencia que se dotaron de su experiencia personal para estudiar aquellas mejoras que podían aplicarse en casa y ofrecer una mayor funcionalidad en el día a día de cualquier hogar promedio.
Quizás la inventora más prolífica del siglo viente, Beluah Louise Henry se trasladó a Nueva York en 1924, donde vivió gran parte de su vida entre trabajos de inventora, consultora para empresas y miembro de la Sociedad Científica de New York. Se le conocen más de 115 inventos, tales como la primera máquina de coser sin bobina, las esponjas de jabón para niños o la comercialización de paraguas y muñecas a gran escala. Por suerte, fue una figura mediática por décadas y una profesional muy reconocida en todo EEUU desde sus primeras patentes en el año 1903.
Hedy Lamarr contribuyó de gran manera a la ciencia humana, pero pronto fue opacada por la edad de oro del cine de Hollywood. La realidad es que Lamarr, quien no tenía formación científica más allá de un interés innato por la ciencia y la tecnología, consiguió crear un sistema de guía por radio para uso militar en la Segunda Guerra Mundial junto al pianista y compositor George Antheil. El sistema en sí utilizaba las frecuencias y el espectro radiofónico para detectar cualquier posible ataque, y codificado para evitar sustracciones de información. A grandes rasgos, se ha aceptado que la actriz es la precursora de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) como el bluetooth y el Wi-Fi.
Hija de inmigrantes polacos, su padre, un apasionado naturalista le inculcó la pasión por la ciencia, y su madre, ama de casa, la pasión por la moda y las fibras. Ambas pasiones determinantes para el futuro de la pequeña Stephanie. Kwolek inventó la fibra fuerte, delgada y versátil conocida como Kevlar; con ella se hacen los chalecos antibalas, los casos militares y otros materiales incluso espaciales, porque tiene es hasta cinco veces más resistente que el acero. Kwolek falleció con 90 años en el 2014. (KR) mujeres inventoras
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