En su reunión general anual, los miembros de Procigar, la organización que representa a los principales fabricantes de cigarros de la República Dominicana, eligieron a Litto Gómez, CEO de La Flor Dominicana, como su nuevo presidente y a Ciro Cascella, presidente de Fuente International, como su vicepresidente.
Además, la organización nombró a Hendrik «Henke» Kelner como su presidente ad vitam en reconocimiento a sus 32 años de servicio a la industria de los puros premium.
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Procigar fue fundada en 1992 por un grupo de empresas que se comprometieron a proteger la reputación y el futuro de la industria de los cigarros del país, estableciendo y manteniendo los más altos estándares de calidad y preservando el patrimonio del país.
Las empresas miembros de la organización son líderes en la producción de cigarros premium y tienen una larga tradición de calidad y excelencia.
La elección de Litto Gómez como presidente de Procigar es un reconocimiento a su trayectoria en la industria del cigarro. Como CEO de La Flor Dominicana, Gómez ha sido conocido por su dedicación a la calidad y su compromiso con la preservación del patrimonio dominicano.
En su nuevo papel, Gómez tendrá el desafío de liderar a la organización en su misión de proteger la reputación y el futuro de la industria del cigarro.
Litto Gómez, uno de los maestros tabacaleros más reconocidos y miembro del Salón de la Fama en 2016, aún siente el impulso de seguir mejorando, aprendiendo y creando cosas nuevas. Su viaje en la industria del tabaco ha estado lleno de hermosas experiencias que lo han hecho enamorarse más y más de este arte.
Gómez es el fundador de la casa Tabacalera La Flor Dominicana, una marca que ha dado mucho de qué hablar y mucho para fumar. Pero su camino hacia el mundo del tabaco no fue directo. Comenzó como un exitoso comerciante en el mundo de la joyería en Miami. Sin embargo, un incidente aterrador en el que fue asaltado a punta de pistola en su tienda lo llevó a hacer una promesa: si salía vivo de esa situación, nunca más estaría cerca de joyas valiosas.
Cumpliendo su promesa, vendió la joyería y comenzó a buscar un nuevo negocio. Un amigo le propuso la idea de mudarse a República Dominicana para lanzar una marca de cigarros. Aunque la idea le pareció una locura al principio, decidió darle una oportunidad. Así, en 1993, se embarcó en un viaje al mundo del tabaco.
El inicio de su aventura en la industria del tabaco fue un proceso de aprendizaje cuesta arriba. Empezó con una pequeña compañía en Villa González, donde en lugar de enseñar a sus empleados, aprendió de ellos. Pasaron por un periodo de prueba y error, produciendo más de 50,000 cigarros que eran infumables. Pero con la llegada de un nuevo supervisor, los cigarros comenzaron a salir consistentemente buenos y bien hechos. Fue entonces cuando decidió que era el momento de poner los cigarros en cajas, ponerles anillos y lanzar los primeros cigarros al mercado.
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El día que entró por primera vez a un almacén de tabaco y sintió el calor y el aroma de los pilones de tabaco fermentando, se enamoró. El tabaco ya no era solo un negocio para él, se había convertido en su pasión. Quería ser un gran tabaquero, un gran fabricante de tabaco. Y eso implicaba algo más que simplemente producir cigarros. Implicaba crear algo que una persona disfrutaría en un momento determinado y, si a esa persona le gustaba ese cigarro, tenía la obligación de darle lo que esa persona esperaba de ese cigarro siempre, año tras año.
Han pasado 30 años desde entonces, y La Flor Dominicana ha ganado reconocimiento y prestigio tanto entre los consumidores como en el mercado del cigarro en general. Pero para Gómez, el viaje no ha terminado. Todavía tiene el impulso de seguir mejorando y creando cosas nuevas.
En 1997, tuvieron un incendio en su oficina, que en ese entonces era el cuarto de los cigarros. Un cortocircuito causó un fuego que dañó todos los cigarros. A pesar de este revés, Gómez continuó adelante, manteniendo viva su pasión por el tabaco y su compromiso con la excelencia.
Al día siguiente, llegó un proveedor de tabaco. Preguntó por Gómez y le dijo que Edgar Cullman Sr., en aquel entonces el dueño de General Cigar, le había enviado para decirle que lo que necesitara de General estaba a su disposición. Este gesto de solidaridad, viniendo de dos multimillonarios de Nueva York, fue algo que Gómez nunca olvidaría. Y no solo ellos, toda la industria del tabaco se unió para apoyarlo.
Estos gestos de camaradería y respeto hicieron que Gómez se enamorara aún más de lo que estaba haciendo y respetara aún más a sus colegas y competidores.
A lo largo de los años, Gómez ha recibido numerosos reconocimientos y logros. Ha obtenido altos ratings en revistas, ha sido entrevistado en numerosas ocasiones, y ha sido reconocido por los fabricantes de tabacos. Mucha gente quiere que les firme una caja de cigarros o quiere tomarse una foto con él.
Esta fascinación del consumidor con la persona que está detrás de la marca que se está fumando solo ocurre en los cigarros premium hechos a mano.
Uno de los momentos más destacados de su carrera fue cuando fue incluido en el Salón de la Fama. Este gran reconocimiento fue un testimonio de todo el trabajo duro, el cuidado con la calidad y el producto que había puesto en su trabajo. Otro hito importante fue cuando su cigarro fue nombrado el número uno del mundo en 2016.
Todos estos logros han sido grandes emociones para Gómez, quien ha dedicado su vida a hacer un trabajo de forma honrada y noble.
A pesar de todos los desafíos y obstáculos que ha enfrentado, Gómez nunca ha dejado de amar lo que hace. Incluso después del asalto que sufrió en su joyería, nunca dejó de ver el valor en lo que estaba haciendo. Hoy en día, tiene una joya en sus manos, y esa joya es La Flor Dominicana.
La historia de Lito Gómez es una historia de pasión y perseverancia. Es la historia de un hombre que, a pesar de los desafíos y obstáculos, nunca dejó de perseguir su sueño. Y aunque ha logrado mucho, todavía siente que tiene mucho más por hacer. Todavía está en un proceso de aprendizaje permanente, y todavía está buscando formas de mejorar y crear cosas nuevas.
Su historia es un testimonio de lo que se puede lograr con pasión, dedicación y un amor inquebrantable por lo que se hace.
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