En el mundo del emprendimiento, pocas historias son tan inspiradoras como la de Dominique Barkhausen, fundadora de Vita. Lo que comenzó como un pasatiempo personal elaborando jugos artesanales se convirtió en una marca líder en bienestar integral, abarcando desde retiros de yoga hasta productos internacionales como Vita Macha.
En el escenario del evento Visión Emprendedora 2025, organizado por Mercado Events, Barkhausen compartió cómo su crecimiento personal moldeó una empresa que combina autenticidad, innovación y conexión comunitaria.
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A los 20 años, Dominique Barkhausen no tenía un plan de negocios ni una visión clara, solo una pasión desbordante. Desde su hogar, comenzó a crear jugos artesanales que pronto captaron la atención de su comunidad. Sin experiencia formal, pero con una ambición inquebrantable, transformó este hobby en Vita, una marca que hoy incluye dos tiendas físicas (Vita Pantin y Vitanaco), un centro de producción y una línea de productos exportada internacionalmente.
El crecimiento de Vita refleja el propio camino de Barkhausen.
La marca creció conmigo”, asegura. A medida que exploraba el bienestar integral (no solo a través de la alimentación, sino también de la salud mental y las conexiones humanas) incorporó nuevas ideas, como retiros de bienestar y clases de yoga en su membresía Vita in Progress.
Esta evolución orgánica, impulsada por su crecimiento personal, ha posicionado a Vita como un referente en el mercado del lifestyle consciente.
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El camino de Vita no estuvo exento de obstáculos. Barkhausen recuerda la apertura de una tienda que no funcionó como un momento decisivo. En lugar de estancarse, aprendió a pivotar rápidamente, relocalizando el negocio en menos de seis meses. Esta capacidad para adaptarse fue crucial durante la pandemia, un desafío que puso a prueba su liderazgo.
Sentí el peso de mantener todo a flote”, admite, pero su presencia diaria y su enfoque en la resiliencia operativa salvaron a la empresa.
La pandemia también reforzó la importancia de la comunidad. A través de su membresía online y eventos como Vita Wellness Experiences, Barkhausen mantuvo a sus clientes conectados, ofreciendo clases de cocina y yoga que fortalecieron los lazos emocionales con la marca. Estas experiencias han consolidado a Vita como más que una empresa: un movimiento hacia un estilo de vida consciente.
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El éxito de Vita no solo radica en sus productos, sino en la visión estratégica de Barkhausen. Desde convencer a su abuelo con un plan de negocios improvisado hasta expandir Vita Macha internacionalmente, su historia es un testimonio de pasión y adaptabilidad. Actualmente, prepara un nuevo proyecto: un estudio de yoga y Pilates en Santo Domingo, demostrando que su espíritu emprendedor no tiene límites.
Barkhausen aboga por incluir el emprendimiento en la educación, destacando la importancia de clases y mentorías que preparen a los jóvenes para los desafíos del mundo empresarial.
Tropecé mucho porque no tuve esa guía”, reflexiona, sugiriendo que un mentor o un plan claro puede marcar la diferencia.
Vita es más que una marca; es el reflejo de una mujer que transformó un sueño en un imperio de bienestar. Su historia inspira a quienes buscan emprender con propósito, demostrando que la autenticidad y la visión estratégica pueden cambiar vidas.
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