En la apertura del Energy Summit 2025, Patricia de Moya, presidenta y editora en jefe de Mercado Media Network, dio la bienvenida a los asistentes destacando la importancia estratégica de este encuentro anual, organizado por Mercado Events. “Este es uno de los sueños que más ilusión nos provoca, por todas las conclusiones que podemos sacar junto a los protagonistas del sector energético”, expresó. En su intervención, subrayó el valor de reunir a líderes del sector público y privado para analizar el presente y futuro de la matriz energética dominicana, en un espacio que por cuarto año consecutivo consolida el compromiso editorial de Mercado con el debate empresarial de alto nivel.
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De Moya destacó además la profunda transformación que ha experimentado el sistema eléctrico nacional en las últimas tres décadas, pasando de un modelo estatal y deficitario a un ecosistema más diverso y sostenible, donde las energías limpias ocupan un lugar prioritario. Señaló que el dinamismo del sector y su liderazgo regional en renovables son claves para sostener el crecimiento económico del país, especialmente en un contexto marcado por la demanda energética de nuevas inversiones y tecnologías emergentes. “Nuestra intención hoy es facilitar el intercambio de ideas, experiencias y propuestas que contribuyan al desarrollo sostenible del sector”, concluyó, reafirmando la misión de Mercado Media Network de impulsar el pensamiento estratégico desde sus plataformas.
Durante su intervención, el ministro de Energía y Minas, Joel Santos, delineó los pilares estratégicos que guían el desarrollo del sistema eléctrico dominicano, destacando la necesidad de una colaboración estrecha entre el sector público y el privado. En un discurso que combinó cifras, visión de futuro y enfoque técnico, Santos señaló que la oferta energética del país ha crecido de forma exponencial en los últimos años, pasando de 11,772 GWh en 2010 a más de 24,500 GWh en 2024. Este crecimiento, explicó, responde directamente a las exigencias de una economía en expansión, donde la generación, transmisión y distribución deben avanzar de forma coordinada para garantizar la estabilidad del sistema.
El ministro enfatizó la transformación de la matriz energética nacional, que ha reducido significativamente su dependencia del petróleo y ha duplicado la capacidad instalada de energías renovables en apenas cuatro años.
Además, subrayó que el país se prepara para una segunda duplicación antes de 2028, apoyado en más de 70 proyectos en distintas fases de desarrollo. Santos también abordó desafíos clave como la necesidad de almacenamiento energético, la expansión de la red de transmisión, la eficiencia en la distribución y la actualización del marco legal.
“La confiabilidad del sistema será el factor determinante para atraer inversiones y consolidar nuestro liderazgo regional”, afirmó, concluyendo con un llamado a trabajar en conjunto para asegurar un futuro energético sostenible, estable y alineado con el crecimiento económico del país.
En el One to One titulado “La deuda cultural del sistema eléctrico: consumir sin pagar”, Celso Marranzini, presidente del Consejo Unificado de las Empresas Distribuidoras de Electricidad (CUED) y vicepresidente ejecutivo de la Empresa de Generación Eléctrica Punta Catalina, abordó uno de los desafíos estructurales más persistentes del sector eléctrico dominicano: la cultura del no pago. Acompañado en la moderación por Marisol Vicens, socia senior de Headrick, Marranzini fue enfático al señalar que, pese a los avances logrados en generación y diversificación de la matriz, persiste una práctica extendida en todos los estratos sociales que asume la electricidad como un bien sin costo. “Consumir sin pagar se ha convertido en una norma aceptada, y eso distorsiona todo el sistema”, afirmó.
El ejecutivo destacó que, actualmente, se suple el 98% de la demanda energética nacional, incluso a usuarios que no pagan, lo cual refleja un esfuerzo sin precedentes por parte de las distribuidoras, pero también un desequilibrio económico insostenible. Explicó que las empresas distribuidoras compran la energía a 15.5 centavos por kilovatio y la venden a 16, lo que no deja márgenes de rentabilidad. A esto se suma la carga de un subsidio generalizado que beneficia tanto a quienes lo necesitan como a quienes no, a través del Fondo de Estabilización de la Tarifa Eléctrica. “Todo el que está en este salón es subsidiado por el Estado”, denunció, llamando la atención sobre la necesidad urgente de implementar tarifas técnicas, ampliar el alcance del Bono Luz y garantizar el pago por consumo en todos los niveles, incluyendo instituciones públicas y grandes empresas.
Marranzini también desmitificó la percepción de que las tarifas eléctricas en República Dominicana son de las más altas de la región, argumentando que países como Guatemala, Nicaragua y El Salvador presentan precios más elevados, y que la comparación con naciones como Brasil o México no es justa debido a sus recursos hídricos. Además, resaltó los avances recientes en infraestructura: más de 38 subestaciones intervenidas, casi 600 mil medidores instalados en 2024 y financiamiento multilateral para modernizar redes y reducir pérdidas. Con visión crítica pero propositiva, el líder del CUED instó a una continuidad institucional que permita consolidar estos avances. “El sistema eléctrico necesita decisiones sostenidas en el tiempo, no reinicios cada cuatro años”, concluyó.
El panel moderado por Manuel Cabral, vicepresidente ejecutivo de la Asociación Dominicana de la Industria Eléctrica (ADIE), reunió a líderes del sector energético para discutir los avances, desafíos y oportunidades del sistema eléctrico nacional. Participaron Edwin De los Santos, presidente de AES Dominicana; Elena Viyella, presidenta de InterQuímica; Guillermo Estrella, socio de Energía 2000; y Armando Rodríguez, vicepresidente ejecutivo de Seaboard. A lo largo del encuentro, los panelistas coincidieron en que República Dominicana ha transitado de un modelo precario hacia una estructura más diversificada, resiliente y con visión empresarial, aunque aún enfrenta retos importantes en inversión, planificación y modernización.
Edwin De los Santos destacó el papel de AES en la transformación energética nacional y la importancia de invertir con prudencia y visión a largo plazo. Resaltó que la innovación, especialmente en almacenamiento energético y transporte de gas natural, ha sido una constante para la compañía, permitiéndole ahorrar miles de millones de dólares al país. Por su parte, Elena Viyella abordó la perspectiva del sector industrial, remarcando que la estabilidad del suministro y la planificación conjunta con el Estado son cruciales para mejorar la competitividad de las industrias. Propuso, además, explorar esquemas de tarifas diferenciadas según franjas horarias, como vía para optimizar recursos y fomentar eficiencia energética.
Desde una óptica territorial y técnica, Guillermo Estrella compartió la experiencia de construir infraestructura eléctrica de gran escala en zonas marginadas, donde no existía ninguna capacidad instalada. Subrayó que más allá del componente técnico, el proyecto representó un reto social y ambiental, pues implicó transformar comunidades enteras, generar empleo y asegurar sostenibilidad en la operación. Armando Rodríguez, en tanto, explicó las innovaciones tecnológicas aplicadas por Seaboard, como el uso de baterías para regulación de frecuencia, operación remota y monitoreo en tiempo real, todo orientado a mejorar eficiencia y continuidad del servicio.
El cierre del panel propició una reflexión sobre el futuro energético del país. De los Santos hizo un llamado a propiciar una discusión nacional sobre los próximos pasos, incluyendo nuevas tecnologías, almacenamiento masivo, seguridad energética y el rol del país en un contexto de creciente demanda, especialmente por el auge de los centros de datos. Alertó sobre los riesgos de una alta penetración de renovables sin el debido respaldo técnico, tomando como referencia los casos de España, Chile y Texas. Frente a estos retos, instó a fortalecer las alianzas público-privadas y a aprender de mercados como California, donde el almacenamiento ha sido clave para evitar interrupciones. En definitiva, el panel dejó claro que la transformación energética en curso requiere de coordinación, visión compartida y decisiones sostenidas en el tiempo.
Durante su intervención en el Vision Talk “Logros Renovables en la República Dominicana”, Edward Veras, director de la Comisión Nacional de Energía (CNE), destacó que el país ha alcanzado un hito significativo en su transición energética: más del 24% de la energía del sistema eléctrico nacional ya proviene de fuentes renovables como el sol, el viento, el agua y la biomasa. Este avance, subrayó, no es solo técnico, sino también estratégico, al reducir la dependencia de los combustibles fósiles y generar una oportunidad real de sostenibilidad económica. Veras también puntualizó que, con la entrada en operación de nuevos parques en la segunda mitad del año, la meta intermedia del 25% establecida en la Ley 57-07 está muy cerca de cumplirse, reforzando el camino hacia el objetivo nacional de alcanzar un 30% de generación renovable.
El director de la CNE enfatizó que este progreso ha sido posible gracias a la participación activa del sector privado, una mayor agilidad institucional y una estructura regulatoria que ha facilitado la entrada de más de 25 nuevos proyectos con capacidad instalada renovable. Asimismo, resaltó la importancia crítica del almacenamiento energético como condición para ampliar la capacidad de generación solar y eólica, ya que la demanda energética nocturna requiere soluciones sostenibles que hoy se encuentran disponibles mediante tecnologías de baterías. Veras también señaló que alcanzar la meta del 30% requerirá una inversión aproximada de 5,400 millones de dólares y una ejecución coherente del Plan Energético Nacional, el cual constituye la hoja de ruta para duplicar la oferta energética del país hacia 2036, en sintonía con las proyecciones de crecimiento económico.
Durante el One to One, Rolando González-Bunster, presidente y CEO de InterEnergy Group, ofreció un recorrido inspirador por su trayectoria empresarial y los ambiciosos proyectos que lidera en el sector energético. Moderado por Alberto Labadia, publisher de Mercado Media Network, el encuentro puso en valor las soluciones innovadoras que la compañía ha implementado en República Dominicana y la región, desde plantas híbridas con sistemas de baterías avanzados hasta parques solares y eólicos que combinan generación limpia con almacenamiento inteligente. González-Bunster subrayó que el futuro del sector pasa por la integración de estas tecnologías, la planificación estratégica y una visión que combine sostenibilidad, eficiencia y estabilidad energética.
El empresario reveló que InterEnergy está en proceso de instalar más de 850 MW de capacidad renovable y 160 MW en baterías en República Dominicana, con proyectos que marcan hitos en la región, como el primer parque solar híbrido del país. Además, compartió detalles sobre iniciativas en Panamá y futuros desarrollos en zonas con alto potencial eólico. En un tono cercano y reflexivo, habló también sobre la sucesión, la cultura empresarial y su apuesta por el talento dominicano. “He tenido la suerte de rodearme de gente más inteligente que yo, y eso ha sido clave para no cometer errores y seguir creciendo”, afirmó. Su intervención no solo evidenció una visión empresarial de largo plazo, sino también un profundo compromiso con el desarrollo energético y social del país que hoy considera su hogar.
Durante el Vision Talk “SolTrack: Visualiza, Mide y Optimiza tu Energía Solar”, Carlos Grullón, CEO y fundador de RAAS Solar, presentó una visión transformadora del aprovechamiento energético en República Dominicana, basada en tecnología, sostenibilidad e inteligencia artificial. En su intervención, destacó cómo el sol, fuente clave del turismo, la agricultura y el clima nacional, puede convertirse también en el motor de una transición energética inteligente y eficiente. Para ello, RAAS Solar ha desarrollado SolTrack, una plataforma de monitoreo que conecta más de 700 proyectos solares en todo el país, permitiendo medir en tiempo real variables como producción, consumo, radiación solar y eficiencia de los inversores. Con más de 35 estaciones meteorológicas activas, el sistema ofrece datos precisos para la toma de decisiones energéticas basadas en evidencias.
Grullón explicó que la plataforma procesa más de 250,000 paquetes de información diarios, utilizando inteligencia artificial para predecir rendimientos, optimizar la vida útil de los sistemas e identificar anomalías incluso a nivel de barrios o zonas con mayores pérdidas energéticas. Este enfoque ha permitido no solo mejorar el desempeño de los proyectos, sino también generar un impacto ambiental significativo, equivalente a la siembra de más de 3.5 millones de árboles. Desde su centro de operaciones en República Dominicana, RAAS Solar también da soporte remoto a instalaciones en otros países, consolidando su papel como referente regional en sostenibilidad e innovación energética. “Si seguimos haciendo las cosas bien, con tecnología, datos y compromiso, el sol seguirá saliendo para todos”, concluyó.
En el conversatorio “Transición Energética en la República Dominicana: Renovables y Almacenamiento de Energía”, Alfonso Rodríguez, presidente de la Asociación para el Fomento de las Energías Renovables (ASOFER), sostuvo un diálogo estratégico con Dalvin A. Castillo Ramírez, director de Fiscalización del Mercado Eléctrico Mayorista en la Superintendencia de Electricidad. Durante el encuentro, Rodríguez destacó los avances normativos impulsados por la Comisión Nacional de Energía desde 2024, que han permitido una integración más activa de los sistemas de almacenamiento en proyectos renovables tanto a gran escala como industriales. Esta transformación, afirmó, convierte al usuario en un agente activo dentro del sistema, capaz de generar, almacenar y optimizar su consumo energético, aportando así a la estabilidad y eficiencia del sistema eléctrico nacional.
El ejecutivo subrayó que, para alcanzar las metas de transición energética, como llegar al 30% de generación renovable al 2030 y duplicar el consumo energético al 2036, será necesario duplicar la capacidad instalada en tan solo cinco años. Esto implica no solo inversión, sino también ajustes regulatorios que permitan operar con tecnologías modernas y flexibilizar normativas obsoletas. Rodríguez llamó a crear un mercado que remunere adecuadamente los servicios auxiliares que ofrecen los sistemas de almacenamiento, ya viables comercialmente, para atraer capital privado y asegurar un desarrollo sostenible. Castillo, por su parte, reiteró el compromiso del regulador con un enfoque abierto y participativo: “Escuchamos al sector porque la regulación, aunque imperfecta, debe construirse desde la realidad del ecosistema energético”.
Durante una exposición técnica centrada en el futuro de la matriz energética, Hancel Marte, Business Director de Huawei República Dominicana, analizó el papel fundamental que están adquiriendo los sistemas de almacenamiento de energía como componente crítico para la sostenibilidad y confiabilidad de redes eléctricas con alta penetración de renovables. Con ejemplos internacionales como Chile y España, países que han superado el 40% de participación de energías renovables en su matriz, se ilustró cómo la falta de almacenamiento adecuado puede llevar a desequilibrios serios, como apagones masivos. En ese contexto, el grid forming fue presentado como “la cereza del pastel”: una funcionalidad que permite a las baterías ofrecer soporte estructural a la red, operar en condiciones de arranque negro y mantener la frecuencia y el voltaje en situaciones críticas.
La presentación también abordó los desafíos técnicos y económicos asociados al diseño de sistemas de almacenamiento eficientes, destacando que para ser viables deben cumplir con criterios de seguridad, bajo costo (LCOE), y capacidades avanzadas de integración. Se subrayó que las baterías son una tecnología modular y versátil, aplicable tanto en generación, transmisión como distribución, y que su efectividad radica en configurarlas bajo un ecosistema unificado que incluya componentes como el PCS (sistema de conversión de energía), transformadores y plataformas de monitoreo. Casos como el proyecto en modo isla desarrollado en Arabia Saudita, con 400 MW solares y 1.3 GW en almacenamiento, demuestran cómo esta tecnología puede sustentar redes completamente renovables. En resumen, el almacenamiento se posiciona como la piedra angular de una transición energética exitosa y confiable.
En el panel moderado por Miguel Vega, director editorial de Revista Mercado se abordaron los desafíos y oportunidades que plantea la transformación del sector eléctrico en República Dominicana. Ricardo Estévez, de EGE Haina, destacó que el país vive una era de democratización, diversificación, digitalización y descarbonización de la energía, impulsada por avances tecnológicos y una mayor participación ciudadana. Con más de 1,500 MW en energía renovable instalados y una matriz energética cada vez más limpia, la República Dominicana se consolida como un actor en transición activa hacia un modelo sostenible. Jarrizon Quevedo, de Karpowership, subrayó el papel de las soluciones flotantes como respuesta inmediata a las necesidades de generación, permitiendo una rápida inserción energética en contextos donde aún no existe infraestructura robusta.
David Peña, líder regional de Marsh, analizó el impacto de las nuevas tecnologías desde el punto de vista del aseguramiento, señalando que aunque la innovación es clave, el mercado asegurador todavía se muestra reticente ante tecnologías emergentes no probadas. Esto ha llevado a costos operativos elevados y dificultades en la cobertura de riesgos, por lo que enfatizó la importancia de la “anticipación técnica”, donde aseguradoras, bancos y desarrolladores trabajen en conjunto desde la fase conceptual del proyecto. En esta misma línea, Claudia Cueli, de Scotiabank, reafirmó el compromiso de la banca con la transición energética. Destacó que la entidad ha movilizado más de 350 mil millones de dólares globalmente para financiar iniciativas sostenibles, aportando no solo recursos financieros, sino también acompañamiento técnico y estratégico desde el inicio de cada proyecto.
Uno de los grandes temas del panel fue la descarbonización y su viabilidad en el contexto latinoamericano. Desde la experiencia de Karpowership, Quevedo explicó cómo la adaptabilidad tecnológica ha sido determinante para reducir la huella de carbono de manera acelerada, permitiendo una transición energética que no compromete la confiabilidad del sistema. Estévez complementó explicando la estrategia de EGE Haina basada en la diversificación geográfica y la combinación de fuentes solares, eólicas y sistemas de almacenamiento para asegurar un suministro estable y continuo, incluso ante variaciones meteorológicas. Esta combinación permite suplir energía sin emisiones de CO2 durante gran parte del día, demostrando que la estabilidad y la sostenibilidad no son excluyentes.
Finalmente, los panelistas coincidieron en que el éxito de esta nueva era energética depende de la cooperación multisectorial. Las entidades financieras, aseguradoras y tecnológicas deben alinear expectativas y requerimientos para que los proyectos energéticos sean rentables, seguros y sostenibles. En un país como República Dominicana, con alto potencial solar y eólico pero también expuesto a riesgos naturales como huracanes, los panelistas enfatizaron que es indispensable estructurar soluciones aseguradoras y de financiamiento adaptadas a esa realidad. El consenso fue claro: la disrupción energética ya está en marcha, y su avance depende de una visión integradora y de largo plazo.
El consultor internacional Diego Quirós ofreció una visión estratégica sobre el papel esencial que juegan los sistemas de almacenamiento en el éxito de la transición hacia una matriz energética más limpia y resiliente. A partir de casos internacionales como Chile, España y California, Quirós ilustró cómo la falta de infraestructura de transmisión o una limitada capacidad de almacenamiento han generado apagones o subutilización de fuentes renovables. En ese sentido, advirtió que sin almacenamiento eficiente, la generación solar o eólica podría verse restringida, convirtiéndose paradójicamente en víctima de su propio crecimiento.
Quirós destacó que, en países como California, se ha comprobado que la integración de baterías a las plantas solares permite aprovechar el excedente de energía producido durante el día y trasladarlo a las horas de mayor demanda. Este modelo, según afirmó, es el que está comenzando a aplicar la República Dominicana, lo que representa una ventaja estratégica respecto a otras naciones que enfrentan hoy los efectos de no haberlo hecho con antelación. Para lograr esta eficiencia, subrayó que el almacenamiento no solo debe ser parte de la estrategia de generación, sino también de transmisión y distribución, ayudando a estabilizar la red eléctrica y garantizar una mayor calidad en el suministro.
En cuanto a las condiciones del mercado, el experto explicó que el costo de los sistemas de almacenamiento ha disminuido drásticamente, más de un 70% en la última década, haciendo viable su adopción a gran escala. Afirmó que hoy ya es posible hablar de soluciones llave en mano por debajo de los $250 por kilovatio-hora, con proyecciones incluso de alcanzar los $100/kWh. Esto no solo los convierte en una alternativa técnica, sino también económica frente a las fuentes fósiles. Asimismo, resaltó que las baterías modernas ya permiten capacidades de hasta 5 MW-hora por contenedor, reduciendo considerablemente el espacio requerido para su instalación, lo cual es clave en zonas urbanas.
En sus palabras finales, Quirós elogió los avances que ha logrado la República Dominicana en materia regulatoria y de planificación energética, posicionándola como un modelo emergente para otros países de la región. “Están tomando decisiones correctas en el momento oportuno”, señaló, reconociendo la colaboración entre sector público, privado y organismos multilaterales como uno de los factores determinantes del progreso. Para Quirós, el almacenamiento es mucho más que un complemento: es el puente necesario para que la transición energética no solo sea posible, sino sostenible y resiliente.
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