Carlos Liriano, CEO del ecosistema Tablehood, ha redefinido lo que significa emprender en el sector gastronómico dominicano. Su enfoque no parte de la ambición individual, sino de una visión colaborativa en la que cada marca, cada colaborador y cada decisión se articulan bajo una misma filosofía: servir con propósito.
No me veo como el CEO de la empresa, me veo como un colaborador que tiene muchas responsabilidades”, afirma Liriano.
Uno de sus hitos más reconocidos es Greenball, una propuesta saludable que irrumpió en 2017 cuando “vender lechuga” parecía un reto arriesgado. Pero Liriano lo tuvo claro desde el principio:
Green era un producto saludable, pero con sabor, con vibra, con experiencia”.
Esa combinación resultó en una marca pionera que conquistó al público local y preparó el terreno para lo que vendría.
El crecimiento posterior a la pandemia impulsó una reflexión profunda en Tablehood sobre la experiencia del cliente. Al notar que el modelo de delivery seguía creciendo, Liriano y su equipo entendieron que necesitaban mayor control: del servicio, del tiempo y, sobre todo, del vínculo con el consumidor.
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“Nosotros necesitamos llegarle a los invitados de manera directa… cuidar nuestro servicio y tener nuestra base de datos”, explica. De esta necesidad nació Tablehood, la plataforma digital que agrupa las marcas del ecosistema en un solo canal. Tras un año y medio de desarrollo, Tablehood ya muestra resultados contundentes:
En dos meses y medio ha sido un éxito. Los invitados están muy contentos”.
Para Liriano, el contacto directo con el cliente es innegociable. “Tú luchas por tu invitado. Poder dar un servicio directo, eso no tiene precio”, sostiene con firmeza. Además de facilitar la atención y resolución de problemas, la plataforma permite innovar con agilidad y lanzar nuevas marcas basadas en datos reales.
A diferencia del relato clásico del emprendedor solitario que empieza desde cero, Carlos Liriano construyó su camino dentro de una estructura ya establecida.
Emprender dentro de una familia es mucho más difícil… tú tienes un tren corriendo y mantenerlo corriendo es más difícil todavía”, asegura.
La presión de estar a la altura de las expectativas familiares no fue un obstáculo, sino una motivación constante. “Todos los días me hace reinventarme”, afirma. Su clave: trabajar con valores, dar la cara y no rendirse.
Yo nací dentro de las entrañas de una familia que lo que hace es dar la cara y trabajar honradamente”.
El legado de su padre y abuelo le dejó una brújula ética clara y un trío de principios que guía su liderazgo: paciencia, prudencia y perseverancia. Esas “tres P”, como él las llama, se convirtieron en su mapa de ruta en un entorno empresarial cada vez más dinámico.
Liriano insiste en un mensaje que transmite a todo su equipo: primero se aprende, luego se emprende. Y el aprendizaje, dice, no debe medirse por el salario inicial.
Empléate con el que mejor lo haga y no pienses en cuánto te va a pagar, piensa en lo que vas a aprender”.
Desde su perspectiva, emprender sin experiencia previa puede salir costoso. “Mejor tú arrancar aprendiendo de otro a tú aprender de eso con tu bolsillo”.
La historia de Carlos Liriano al frente de Tablehood no es solo una lección sobre liderazgo empresarial, sino también sobre el valor de construir desde adentro, cultivar equipos sólidos y asumir el rol de CEO como un compromiso con la visión colectiva. En sus palabras:
Mi misión es hacer que todos compren la visión de la empresa”.
Una filosofía que resuena con fuerza en cada rincón de su ecosistema.
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