En el competitivo mundo del fitness y la salud, donde cada segundo y cada gramo cuentan, una pregunta se repite tanto en consultas médicas como en gimnasios boutique: ¿Es mejor consumir proteínas antes o después de entrenar?
La respuesta, como muchas veces en la ciencia, es más estratégica que absoluta.
Lo esencial es esto: la cantidad total de proteína que consumes en el día es el factor determinante para el crecimiento muscular, pero el momento puede marcar la diferencia si buscas optimizar tu rendimiento o acelerar la recuperación.
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India McPeak, especialista certificada en fuerza y acondicionamiento (CSCS), lo resume así: «Prioriza llegar a tu meta diaria de proteínas antes de obsesionarte con cuándo consumirlas.» Esto significa que cumplir con tu cuota diaria (entre 1,2 y 2 gramos por kg de peso corporal según tu nivel de actividad) es más importante que cronometrar un batido a la perfección.
Pero eso no significa que el timing no importe.
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Beneficios:
Mayor rendimiento y energía sostenida: Consumir entre 15 y 20 g de proteína junto a 25-30 g de carbohidratos unos 30-45 minutos antes de entrenar ayuda a mejorar el rendimiento neuromuscular y mitiga la fatiga temprana.
Reducción de la degradación muscular: Entrenar en ayunas o sin aminoácidos circulando en sangre puede aumentar el catabolismo. Ingerir proteína antes del ejercicio amortigua este proceso.
Mejor adaptación muscular: Estudios publicados por el Journal of the International Society of Sports Nutrition han evidenciado que quienes consumen proteína antes del entrenamiento presentan mayor síntesis de proteína miofibrilar.
Ideal para agendas cargadas: Para quienes entrenan a primera hora o entre reuniones, un batido de suero o proteína vegetal rápida puede evitar el bajón energético o los entrenamientos a medio tanque.
Ventajas clave:
Recuperación muscular acelerada: La famosa “ventana anabólica” (30 a 60 minutos post entrenamiento) es real, aunque no tan estrecha como antes se creía. La proteína consumida en ese periodo ayuda a reparar microdesgarros y reduce el dolor muscular tardío (DOMS).
Incremento de masa magra: La evidencia sugiere que la proteína post-entreno favorece la hipertrofia, especialmente si se combina con ejercicios de fuerza y una alimentación estructurada.
Menor inflamación y mayor respuesta inmunológica: Estudios del American College of Sports Medicine destacan que una dosis adecuada de proteína después del entrenamiento ayuda a reducir los marcadores inflamatorios.
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Este enfoque no solo es útil para quienes entrenan, sino también para emprendedores del sector salud y bienestar. ¿Tienes un gimnasio, vendes suplementos o desarrollas planes de entrenamiento personalizados? Entender y enseñar la importancia del consumo estratégico de proteínas puede ser una ventaja competitiva.
Por ejemplo:
Ofrecer snacks o batidos pre y post entrenamiento en tu local o app.
Incluir planes nutricionales con variedad de fuentes proteicas (animal y vegetal).
Alinear el consumo proteico con objetivos específicos (pérdida de grasa, ganancia muscular, rendimiento deportivo).
Según el reporte de Euromonitor 2025, el mercado de suplementos proteicos en América Latina crecerá un 7,8 % anual, y República Dominicana está entre los cinco países con mayor crecimiento per cápita en consumo de productos fitness.
Mujeres activas: Entre 1,4 y 2 g/kg de peso corporal diario.
Hombres activos: Entre 1,6 y 2,2 g/kg.
Población sedentaria o en mantenimiento: 0,8-1 g/kg.
Ejemplo práctico: Una mujer que pesa 63 kg debería consumir entre 88 y 126 g diarios, distribuidos de manera estratégica en sus comidas y refrigerios.
Completas: Pechuga de pollo, salmón, huevos, yogur griego, carne magra, suero de leche.
Vegetarianas: Tofu, edamame, quinoa, lentejas, proteína de guisante o arroz integral.
Snacks funcionales: Rollitos de pavo con hummus, avena con proteína vegetal, barras sin azúcar añadida, batidos con fruta.
Consumir proteína antes y/o después del entrenamiento puede marcar una diferencia en tu rendimiento, recuperación y composición corporal. Pero lo más importante es diseñar una estrategia diaria equilibrada, basada en tus objetivos, estilo de vida y tipo de entrenamiento.
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