En el mundo del deporte y la nutrición, la glutamina ha resurgido como un suplemento estrella. Promete mejorar el rendimiento físico, fortalecer el sistema inmunológico y acelerar la recuperación muscular. Pero, ¿es realmente necesaria o solo otra moda pasajera?
La glutamina es el aminoácido más abundante en el organismo y se encuentra en un 80% en los músculos, mientras que el resto se produce en órganos como los pulmones, el hígado y los riñones. Su función principal es intervenir en la síntesis de proteías, la reparación de tejidos y el refuerzo del sistema inmunológico.
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Clasificada como un aminoácido no esencial, la glutamina puede ser sintetizada por el propio cuerpo. Una alimentación equilibrada y rica en proteínas, que incluya carnes magras, pescado, huevos, lácteos, legumbres y frutos secos, suele ser suficiente para cubrir los requerimientos diarios de una persona sana.
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La teoría detrás del auge de la suplementación con glutamina radica en su papel como fuente de energía para las células del sistema inmunológico y su capacidad para acelerar la recuperación muscular tras entrenamientos intensos. En escenarios de alto desgaste físico, como maratones, entrenamientos de fuerza extrema o competiciones de resistencia, los niveles de glutamina en sangre pueden disminuir, lo que ha llevado a algunos expertos a sugerir que su suplementación podría ser beneficiosa.
Los estudios sobre la eficacia de la glutamina en deportistas han arrojado resultados mixtos. Algunas investigaciones sugieren que puede reducir la fatiga y mejorar la recuperación, mientras que otros concluyen que una dieta bien planificada es suficiente para mantener los niveles adecuados de este aminoácido.
Según la nutricionista deportiva Julia Engel, «el consumo de glutamina no ha demostrado mejorar significativamente el rendimiento en atletas que siguen una alimentación balanceada». Además, la profesora Daniela Caetano Gonçalves, del Instituto de Salud y Sociedad de la Universidad Federal de Sao Paulo, advierte que la mayor parte de la glutamina ingerida vía suplementos no llega a ser absorbida de manera efectiva por el organismo.
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Algunos escenarios son más recomendables para el uso de este aminoácido. En casos de estrés físico extremo, como quemaduras graves, sepsis o entrenamientos de alta intensidad, el cuerpo podría no ser capaz de producir suficiente glutamina para cubrir sus necesidades. En estos casos, la suplementación podría ser beneficiosa, siempre bajo la supervisión de un profesional de la salud.
También hay estudios en curso sobre el posible rol de la glutamina en la salud intestinal y el tratamiento de enfermedades metabólicas, pero hasta el momento, no existen evidencias concluyentes que respalden su uso terapéutico.
Para la mayoría de las personas, una dieta rica en proteínas y bien equilibrada es suficiente para mantener niveles adecuados de glutamina sin necesidad de suplementos. Sin embargo, en contextos de alto estrés físico o enfermedades graves, su suplementación podría tener beneficios.
Como con cualquier tendencia en nutrición y salud, la clave está en la evidencia científica y la asesoría profesional. Antes de sumarse a la moda de la glutamina, vale la pena consultar con un especialista y evaluar si realmente es necesaria en cada caso particular.
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