En un movimiento estratégico que refuerza su portafolio en el campo de las enfermedades renales, Novartis ha cerrado la adquisición de Regulus Therapeutics, una compañía especializada en terapias basadas en microARN. La operación, valorada potencialmente en USD 1,700 millones, marca un paso decisivo en la carrera por desarrollar tratamientos innovadores para afecciones genéticas complejas.
El acuerdo contempla un desembolso inicial de US 7 por acción, con la posibilidad de sumar otros US 7 adicionales mediante un derecho de valor contingente (CVR, por sus siglas en inglés), sujeto al cumplimiento de hitos regulatorios y clínicos preestablecidos.
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Novartis logró hacerse con más de 56 millones de acciones, equivalentes al 74,49 % del capital circulante de Regulus antes de la transacción.
Como resultado, la biotecnológica ha dejado de cotizar en el Nasdaq y pasa a ser una subsidiaria de propiedad total de la farmacéutica suiza, integrando su estructura corporativa con sede en Basilea. El valor mínimo de la operación asciende a US 390 millones, pero podría escalar significativamente si se alcanzan los objetivos fijados.
El principal activo de Regulus, y el motivo central de esta adquisición, es Farabursen, un inhibidor de microARN en fase de investigación que actúa sobre el miR-17, una molécula asociada con la progresión de la poliquistosis renal autosómica dominante (ADPKD). Esta enfermedad, considerada la principal causa genética de insuficiencia renal a nivel global, carece hasta ahora de terapias modificadoras eficaces, limitándose los tratamientos disponibles al manejo sintomático.
Los resultados preliminares del ensayo de fase 1b, completado en marzo de 2025, han sido alentadores: Farabursen mostró mejoras en biomarcadores clave, como el incremento de la proteína policistina en orina y la reducción del volumen renal ajustado por altura (htTKV), indicadores directamente vinculados a la progresión de la ADPKD.
Novartis, que ya cuenta con una sólida presencia en nefrología gracias a fármacos como Tolvaptán, ve en Farabursen la oportunidad de posicionarse como pionera en una nueva clase de terapias dirigidas.
Si los ensayos clínicos avanzan según lo previsto, el compuesto podría convertirse en el primer tratamiento específicamente diseñado para modular el miR-17, abriendo así un camino innovador en el abordaje de enfermedades renales hereditarias.
La farmacéutica ha anunciado planes agresivos para acelerar el desarrollo del fármaco, con miras a iniciar los estudios de fase 2 y 3 en el corto plazo. De cumplirse los plazos estimados, la solicitud de aprobación regulatoria podría presentarse en un horizonte de tres años, lo que situaría a Farabursen como una alternativa terapéutica revolucionaria para miles de pacientes en todo el mundo.
Esta operación no solo consolida el liderazgo de Novartis en el ámbito renal, sino que también refleja una tendencia creciente en la industria farmacéutica: la apuesta por tecnologías de ARN como eje de la medicina del futuro. Las terapias basadas en microARN, aunque aún en etapas tempranas, prometen abordar enfermedades hasta ahora intratables mediante la regulación de procesos genéticos y metabólicos.
La adquisición de Regulus refuerza, además, el interés de las grandes farmacéuticas por startups biotecnológicas con pipelines prometedores. En un entorno marcado por la competencia por innovación, compañías como Novartis están dispuestas a invertir sumas millonarias en activos con potencial disruptivo, incluso en fases preliminares de desarrollo.
Más allá de las implicaciones financieras, el éxito de Farabursen podría redefinir el estándar de cuidado en ADPKD, ofreciendo una alternativa con mejor perfil de eficacia y seguridad frente a las opciones actuales. Para Novartis, este movimiento estratégico amplía su cartera terapéutica y consolida su reputación como líder en la investigación de enfermedades genéticas complejas.
El desafío ahora reside en demostrar, mediante ensayos clínicos robustos, que la ciencia detrás de Farabursen puede traducirse en beneficios tangibles para los pacientes. Si lo logra, Novartis no solo habrá hecho una inversión rentable, sino que habrá marcado un hito en la historia de la medicina renal.
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