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¿Te falta el aire? Podría ser disnea y no deberías ignorarlo

Por | mayo 1, 2025

¿Te falta el aire? Podría ser disnea y no deberías ignorarlo

En una sociedad que valora el rendimiento, tanto físico como profesional, la falta de aliento no siempre es vista como un signo de alarma. Sin embargo, la disnea (esa angustiosa sensación de no poder respirar con normalidad) puede ser la primera señal de una condición médica que requiere atención urgente. En la República Dominicana, donde las enfermedades respiratorias y cardiovasculares figuran entre las principales causas de morbimortalidad, reconocer y tratar este síntoma a tiempo es una prioridad de salud pública.

Disnea: más que una molestia, un síntoma multisistémico

La disnea no es una enfermedad, sino un síntoma complejo que puede reflejar afecciones pulmonares, cardíacas, hematológicas o incluso psicológicas. Así lo confirma el neumólogo dominicano Dr. Iván Rosario, miembro del Colegio Dominicano de Neumólogos (CODONE), quien señala que “la dificultad para respirar puede ser tan sutil como una fatiga leve al subir escaleras o tan grave como una crisis de ahogo que lleva al paciente a urgencias”.

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Desde el asma y la EPOC, hasta la insuficiencia cardíaca y el embolismo pulmonar, las causas son múltiples. Pero también pueden incluir anemia severa, enfermedades neuromusculares, obesidad mórbida y trastornos de ansiedad que provocan hiperventilación. En muchos casos, el diagnóstico se retrasa porque el síntoma se normaliza o se asocia únicamente al sedentarismo o al estrés.

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Señales de alerta que no deben ignorarse

La disnea puede presentarse de forma aguda o crónica, en reposo o durante el esfuerzo. Algunas de sus señales más frecuentes son:

  • Respiración rápida o entrecortada

  • Sensación de opresión torácica

  • Uso visible de los músculos del cuello o abdomen al respirar

  • Necesidad de inclinarse hacia adelante para mejorar la entrada de aire

  • Coloración azulada de labios o uñas

  • Sudoración fría, confusión o pérdida de conciencia

La presencia de estos signos, especialmente si aparecen de forma súbita, justifica una consulta médica inmediata.

Disnea señales de alerta

¿Cómo se diagnostica?

La evaluación diagnóstica de la disnea en el entorno clínico dominicano requiere un abordaje integral. Según el neumólogo Dr. Rosario, el proceso comienza con una historia clínica exhaustiva y un examen físico dirigido. A esto se suman pruebas como:

  • Espirometría: para diagnosticar asma, EPOC y otras enfermedades restrictivas o obstructivas.

  • Radiografía de tórax o tomografía computarizada (TC): para detectar anomalías pulmonares o cardíacas.

  • Gasometría arterial: para medir la eficiencia del intercambio de gases.

  • Electrocardiograma y ecocardiograma: si se sospecha causa cardíaca.

  • Análisis de sangre: útiles para detectar anemia, infecciones o alteraciones metabólicas.

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Impacto en la vida diaria y la economía de la salud

El costo de la disnea no es solo personal, sino también social. Un estudio del Instituto Nacional de Afecciones Respiratorias (INAR) estimó que los pacientes con disnea crónica tienen hasta un 40% más de ausentismo laboral y una mayor demanda de servicios de urgencias. A nivel del sistema de salud dominicano, esto se traduce en una presión constante sobre la red de atención primaria y hospitalaria.

Además, la disnea prolongada limita la movilidad, la vida social y el sueño, lo que puede llevar a ansiedad, depresión e incluso aislamiento social. “Es una cadena de eventos que afecta la salud mental y física del paciente, así como su productividad y calidad de vida”, explica la psicóloga clínica y salubrista Mayra Beltré, especialista en psicología médica.

Tratamientos disponibles y estrategias de manejo

El tratamiento de la disnea depende de su causa. No obstante, existen enfoques generales que contribuyen a mejorar la respiración y la calidad de vida:

  • Broncodilatadores y corticosteroides inhalados: para enfermedades como asma y EPOC.

  • Diuréticos: en casos de insuficiencia cardíaca, para reducir el líquido en los pulmones.

  • Oxigenoterapia: indicada cuando los niveles de oxígeno en sangre están por debajo del 90%.

  • Rehabilitación pulmonar: programa integral que combina ejercicios físicos, educación y técnicas respiratorias.

  • Apoyo psicológico: en casos donde la ansiedad o el pánico son detonantes del síntoma.

En el país, la implementación de programas de rehabilitación pulmonar aún es limitada, pero su integración en hospitales de segundo y tercer nivel, así como en clínicas especializadas, es cada vez más frecuente.

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¿Es posible prevenirla?

Sí, y aquí entra en juego el enfoque de salud pública. La prevención de la disnea implica una combinación de intervenciones personales y políticas sanitarias:

  • Cese del tabaquismo: principal causa evitable de enfermedades pulmonares.

  • Control del asma y la EPOC: mediante tratamientos adheridos y controles periódicos.

  • Vacunación contra gripe y neumococo: recomendada en pacientes vulnerables.

  • Actividad física regular: que fortalece la musculatura respiratoria y cardiovascular.

  • Reducción de la exposición a la contaminación ambiental y laboral: un tema especialmente relevante en zonas urbanas como el Gran Santo Domingo y Santiago.

Disnea pulmones
Fotografía: Salud de MAPFRE

Un llamado a la acción

La disnea es una alarma que el cuerpo enciende cuando algo no está bien. Y como todo síntoma, su aparición no debe subestimarse. Desde la consulta médica oportuna, pasando por el diagnóstico correcto, hasta la rehabilitación y educación del paciente, hay múltiples caminos para abordar este síntoma y evitar complicaciones mayores.

En un país donde más del 20% de los adultos mayores de 40 años presentan algún grado de afectación respiratoria, según cifras del Ministerio de Salud Pública, apostar por la prevención, el diagnóstico temprano y la gestión integral de la disnea no es solo un acto médico, sino una estrategia de país.

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