En el centro del debate sobre la accesibilidad de los medicamentos en Estados Unidos, dos nombres destacan por encima de todos: Ozempic y Wegovy. Estos medicamentos, desarrollados por Novo Nordisk, han revolucionado el tratamiento de la diabetes tipo 2 y la pérdida de peso.
Sin embargo, su elevado costo los ha convertido en un punto clave en las negociaciones de precios de Medicare, el programa federal de seguro médico para personas mayores de 65 años. Este artículo analiza las razones detrás de su protagonismo y las implicaciones de estas negociaciones tanto para el sector salud como para los pacientes.
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La semaglutida, ingrediente activo de ambos medicamentos, ha demostrado ser altamente efectiva no solo para controlar los niveles de glucosa en sangre, sino también para ayudar en la pérdida de peso significativa. Esto ha llevado a un uso generalizado, más allá de su indicación principal, lo que ha disparado las ventas y, paralelamente, las quejas sobre su inaccesibilidad financiera.
Actualmente, alrededor de 2,3 millones de estadounidenses mayores utilizan estos medicamentos. Sin embargo, el alto costo de Ozempic y Wegovy —que puede superar los USD 1,000 mensuales— ha generado una presión creciente para hacerlos más accesibles a través de subsidios financiados por Medicare.
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El Programa de Negociación de Precios de Medicamentos de Medicare, impulsado por la Ley de Reducción de la Inflación de 2022, marca un cambio histórico en cómo el gobierno federal aborda los costos de los medicamentos. Este programa permite a Medicare negociar directamente los precios con los fabricantes, algo que hasta ahora había sido imposible debido a restricciones legales.
La lista de los 15 medicamentos prioritarios incluye otros tratamientos clave para condiciones como el asma, el cáncer y enfermedades crónicas. Sin embargo, la popularidad y el impacto de Ozempic y Wegovy los colocan como el foco de atención. Los fabricantes tienen hasta el 28 de febrero para decidir si participan en estas negociaciones. De no hacerlo, enfrentarán fuertes impuestos que podrían limitar su colaboración con Medicare y Medicaid.
Las farmacéuticas han expresado su oposición, calificando el programa como una forma de control de precios que podría desalentar la innovación en la investigación y desarrollo de nuevos medicamentos. Esta resistencia también se ha trasladado a los tribunales, con demandas que podrían retrasar la implementación de los precios negociados, programados para entrar en vigor en 2027.
En el ámbito político, el programa ha sido defendido por el presidente saliente Joe Biden como un logro clave de su administración. Sin embargo, el futuro del programa podría cambiar bajo una nueva administración, con Donald Trump manteniendo un silencio que genera incertidumbre sobre su posible apoyo.
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Para los pacientes, una reducción en el precio de Ozempic y Wegovy representaría no solo un alivio económico, sino también un acceso ampliado a tratamientos esenciales. Para Medicare, estas negociaciones podrían traducirse en un ahorro significativo en el presupuesto federal destinado a la salud.
Además, estas negociaciones podrían sentar un precedente para abordar los costos de otros medicamentos de alto impacto, como tratamientos para el cáncer y enfermedades raras, que también están en la lista de prioridades.
Con los altos costos de los medicamentos como uno de los problemas más apremiantes del sistema de salud estadounidense. El caso de Ozempic y Wegovy podría marcar el inicio de un cambio más amplio. Si bien las negociaciones enfrentan numerosos desafíos, su éxito podría redefinir el acceso a tratamientos innovadores y esenciales, beneficiando a millones de pacientes.
En un mundo donde la salud y la economía están profundamente interconectadas, esta negociación es mucho más que un tema técnico. Representa una batalla por la equidad y la sostenibilidad del sistema de salud, donde cada decisión podría tener repercusiones a nivel global.
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