La meditación no solo transforma la mente, sino también el cerebro
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Sara Lazar, «La meditación no solo transforma la mente, sino también el cerebro»

Por | enero 3, 2025

La relación entre la meditación y el cerebro ha sido un tema de creciente interés en el ámbito científico en las últimas décadas. Sara Lazar, neurocientífica de la Universidad de Harvard, ha liderado investigaciones pioneras que revelan cómo prácticas como el mindfulness y el yoga generan cambios tangibles en la estructura y funcionamiento del cerebro. Sus estudios no solo han confirmado los beneficios de estas disciplinas milenarias, sino que también han abierto una ventana hacia una comprensión más profunda de la conexión mente-cerebro.

Del escepticismo a la evidencia científica

Curiosamente, Lazar no siempre fue una defensora de estas prácticas. De formación científica rigurosa y con una postura inicial escéptica, comenzó a practicar yoga y meditación en 1994 por razones personales. Lo que descubrió no solo transformó su vida, sino que la llevó a dedicar su carrera a entender los mecanismos neuronales detrás de estos efectos.

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En su primer estudio importante, publicado en 2005 bajo el título «Meditation experience is associated with increased cortical thickness», Lazar demostró que los meditadores experimentados presentaban un aumento en el grosor cortical de regiones cerebrales asociadas con la atención, la interocepción y el procesamiento sensorial. Este hallazgo rompió paradigmas al demostrar que la meditación podía contrarrestar el adelgazamiento cortical natural asociado al envejecimiento.

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Posteriormente, en 2011, su estudio «Mindfulness practice leads to increases in regional brain gray matter density», reveló que solo ocho semanas de práctica de mindfulness podían generar aumentos significativos en la densidad de la materia gris en áreas clave del cerebro, como el hipocampo, asociado con la memoria y el aprendizaje, y el córtex cingulado posterior, vinculado a la autorreflexión.

La red por defecto y la percepción del yo

Uno de los hallazgos más fascinantes de la investigación de Lazar es el impacto de la meditación en la llamada red neuronal por defecto (Default Mode Network, DMN). Esta red, que se activa cuando la mente divaga o está en reposo, está estrechamente relacionada con la percepción del yo. Los estudios de Lazar han demostrado que la meditación reduce la actividad de esta red, disminuyendo el enfoque excesivo en pensamientos autorreferenciales y permitiendo una mayor ecuanimidad emocional.

“Lo que cambia no es solo la estructura física del cerebro, sino cómo nos percibimos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea”, explica Lazar. Estos cambios no son meramente temporales; persisten y se fortalecen con la práctica regular a lo largo del tiempo.

El mindfulness como herramienta terapéutica

Los hallazgos de Lazar han tenido un impacto significativo en la medicina y la psicología. El mindfulness se ha convertido en una herramienta clave en el tratamiento de trastornos como la ansiedad, la depresión, el estrés crónico y el dolor físico. Al reducir la reactividad emocional y aumentar la capacidad de autorregulación, la meditación ofrece beneficios que van más allá del bienestar emocional, incidiendo directamente en la salud física y cognitiva.

Además, investigaciones recientes sugieren que el mindfulness puede influir en la plasticidad cerebral, facilitando la creación de nuevas conexiones neuronales y fortaleciendo aquellas que están asociadas con la resiliencia emocional y la claridad mental.

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Aplicaciones en el ámbito educativo y corporativo

El impacto del mindfulness ha trascendido el ámbito clínico y ha encontrado aplicaciones exitosas en la educación y en el mundo empresarial. Programas de meditación y atención plena han demostrado mejorar la concentración, la productividad y el bienestar emocional de estudiantes y profesionales. Empresas líderes han implementado estas prácticas para reducir el estrés laboral, aumentar la creatividad y mejorar el ambiente de trabajo.

El futuro de la investigación: más allá de los límites actuales

A pesar de los avances logrados, Lazar reconoce que aún queda mucho por descubrir. Actualmente, su investigación se centra en entender cómo el mindfulness puede influir en el sentido del yo y en estados mentales avanzados, como la iluminación descrita en textos budistas.

“Necesitamos más inversión en investigación para profundizar en estas cuestiones. La ciencia apenas ha empezado a comprender lo que la meditación puede lograr”, afirma Lazar.

Asimismo, nuevos estudios están explorando el impacto de la meditación en trastornos neurodegenerativos como el Alzheimer y el Parkinson, así como su potencial para mejorar la recuperación después de un accidente cerebrovascular.

El trabajo de Sara Lazar no solo ha validado científicamente los beneficios de la meditación, sino que ha abierto un camino hacia una mayor integración entre la ciencia occidental y las prácticas ancestrales orientales. A medida que continuamos explorando estos vínculos, una cosa es clara: el cerebro humano tiene una capacidad extraordinaria para adaptarse, cambiar y sanar, y la meditación es una de las llaves más poderosas para desbloquear ese potencial.

La ciencia y la espiritualidad, una vez vistas como caminos separados, ahora convergen en un punto común: la búsqueda del bienestar integral y el desarrollo pleno de nuestras capacidades cognitivas y emocionales.

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