Imagínese que una persona es intolerante a un fármaco, esto significa que tiene una predisposición, por lo que su mecanismo inmunológico responde negativamente con una alergia. Pero ¿qué hacer si ese medicamento es vital en la cura de su enfermedad? En este caso, se realiza una desensibilización que consiste en la administración del fármaco al que el paciente es alérgico cuando no hay una alternativa adecuada de tratamiento disponible.
Este proceso es complejo y requiere la coordinación de varios profesionales y servicios médicos y suele llevarse a cabo en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Asimismo, esta técnica es especialmente relevante en casos relacionados con antibióticos, como las penicilinas, y medicamentos contra el cáncer, como los platinos y los taxanos.
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No elimina la alergia del paciente, sino que «engaña» al sistema inmunológico para prevenir una reacción adversa.
Si el paciente tolera la primera administración del fármaco sin incidencias y necesita recibirlo en múltiples ciclos, como ocurre con la quimioterapia, los siguientes ciclos se pueden administrar en una unidad menos intensiva.
La duración de la desensibilización de alergias puede variar entre dos horas y media y seis horas, dependiendo del fármaco y del grado de alergia del paciente. Por lo general, se tolera bien y es poco común que surjan efectos adversos que impidan completar la dosis del medicamento.
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Los medicamentos son vitales para afrontar enfermedades y agentes patógenos. Sin embargo, en ocasiones, las personas pueden experimentar reacciones alérgicas al tomar ciertos fármacos. Frecuentemente, se tiende a confundir las alergias (hinchazón, erupción en la piel, dificultad para respirar) con los efectos secundarios (náuseas, vómitos, diarrea, fatiga, dolores de cabeza, etc).
De acuerdo con estudios, la penicilina es el medicamento que con más frecuencia provoca reacciones alérgicas. Cerca del 10 % de las personas en los Estados Unidos indican una alergia a la penicilina en sus registros médicos.
El Dr. David Khan, un alergólogo respaldado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) en el Centro Médico Southwestern de la Universidad de Texas, señala que probablemente menos del 1 % de las personas son verdaderamente alérgicas a la penicilina.
“Los pacientes que tienen una alergia a la penicilina indicada en sus registros terminan quedándose en el hospital por más tiempo, ya que requieren más visitas ambulatorias, más visitas a la sala de emergencias e incluso hay una tasa más alta de muerte en esos pacientes”, explica Khan.
Un especialista en alergias podrá determinar si usted realmente tiene una alergia a los medicamentos. En ciertas circunstancias, pueden realizar pruebas cutáneas. Durante estos tests, se utiliza una leve cantidad del medicamento que se introduce en la piel a través de una pequeña punción o inyección. Si existe una alergia, se observará una rápida inflamación en el área.
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