La piel es mucho más que una envoltura protectora; es una barrera con memoria. Si se cuida bien, nos cuidará en retorno. Sin embargo, si se la descuida, mostrará la fragilidad del cuerpo frente a factores como el sol, la humedad y los cambios bruscos de temperatura, especialmente durante la práctica deportiva al aire libre, donde se debe proteger la piel mucho mejor.
Los deportistas enfrentan riesgos específicos para la piel, incluyendo daños por radiación UV, lesiones mecánicas por fricción, daños térmicos, exacerbación de dermatosis, infecciones cutáneas por hongos, virus y bacterias, además de picaduras y dermatosis por contacto con plantas, según la Dra. Rosa Taberner, quien junto a la Dra. Lourdes Navarro, lidera las campañas deportivas de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
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Es necesario tomar medidas preventivas como la hidratación adecuada (no solo con agua, sino también con sales minerales), la higiene y el uso de productos protectores contra rozaduras (a base de vaselina y sustancias hidratantes y nutritivas).
Exposición solar inteligente
Este concepto abarca más que el uso de fotoprotectores; implica reducir el estrés térmico practicando deporte en las horas más frescas del día (temprano por la mañana o tarde por la tarde), permaneciendo en la sombra, entrenando en zonas con acceso frecuente a agua, usando gorras con visera y protectores para cabeza, cuello y orejas, vistiendo ropa técnica (de poliéster o algodón) para evitar la humedad y favorecer la transpiración, y usando gafas de sol homologadas.
Proteger la piel durante la práctica deportiva debe considerar, además de la hora del día, otros aspectos como la altitud, la latitud y el tipo de superficie. Algunos expertos sostienen que la radiación solar se incrementa un 8 % por cada 1.000 metros de altitud y que la cercanía al ecuador también aumenta la radiación. Superficies como la nieve, el agua y la arena actúan como reflectores, intensificando la radiación.
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La Dra. Taberner indica que la sudoración, el eritema, la abrasión y la inmersión en agua causan fotodegradación, por lo que es vital el uso y la reaplicación continua de protector solar, especialmente en deportes acuáticos como surf, windsurf, natación y vela. Sin embargo, en República Dominicana casi todos los deportes requieren de una buena protector solar.
10 esenciales para la protección de la piel del deportista
- Aplicación de fotoprotector: Use un protector solar con un FPS de 50 antes de salir a practicar deporte. Reaplíquelo cada hora y media en actividades acuáticas o intensas, y cada dos horas para otras actividades.
- Protección diaria contra el sol: Proteger la piel no solo durante el deporte al aire libre, sino también en sus actividades diarias, ya que la exposición solar puede ser continua.
- Sudor y radiación: El sudor actúa como lupa amplificando la radiación solar. Use sombras y mantenga una correcta hidratación para contrarrestar este efecto.
- Prevención en competiciones: La alta exigencia física puede debilitar el sistema inmunológico, aumentando la necesidad de vigilancia contra el cáncer de piel.
- Inversión en el cuidado de la piel: Así como invierte en equipo deportivo, invierta en el cuidado de su piel para obtener beneficios a corto y largo plazo.
- Complementos de protección: Use gorras, gafas de sol homologadas y ropa técnica deportiva junto con el protector solar para una cobertura completa.
- Nutrición e hidratación: Mantenga una dieta rica en antioxidantes y asegúrese de una hidratación adecuada, incluyendo sales minerales. Pruebe a llevar una alimentación baja en grasas para reducir las laceraciones de la piel, por la exposición al sol.
- Calzado adecuado: El uso de calzado adecuado previene ampollas y hematomas, y asegura una buena transpiración para evitar infecciones por hongos.
- Hidratación de áreas sometidas a fricción: Hidratar bien las áreas propensas a roces, como pies, muslos, axilas y pezones, ayuda a prevenir irritaciones y ampollas.
- Precauciones en altitud y superficies reflectantes: La radiación solar es más intensa en altitudes elevadas y en superficies como nieve, agua y arena, por lo que se necesita una mayor protección.
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