SpaceX, la empresa aeroespacial y de cohetes fundada y dirigida por Elon Musk, ha alcanzado un hito impresionante: su valoración se ha disparado hasta los 350,000 millones de dólares, convirtiéndola en la empresa emergente más valiosa del mundo. Este ascenso meteórico se produce en un contexto de grandes cambios económicos y políticos, incluyendo la reciente victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
Aunque SpaceX no cotiza en Bolsa y, por tanto, no está obligada a publicar cuentas detalladas, la información sobre su evaluación proviene de una propuesta interna de compra de acciones a sus empleados.
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La valoración de SpaceX está respaldada por su reputación como una de las empresas de lanzamiento de cohetes más fiables y eficientes del mundo. Además, es uno de los principales contratistas de la NASA, lo que subraya su importancia estratégica en el sector aeroespacial. La propuesta interna para comprar acciones a los empleados de SpaceX ha arrojado luz sobre su impresionante valor de mercado: la empresa ofreció adquirir 1,250 millones de dólares en acciones a 185 dólares por título, según un correo interno al que tuvo acceso Bloomberg.
Elon Musk destacó en su red social X que, a pesar de la elevada valoración, “casi ningún inversor quería vender acciones”. Este dato subraya la confianza en el futuro de SpaceX y confirma el fuerte compromiso de los accionistas con la visión de Musk.
El selecto grupo de inversores en SpaceX incluye nombres de peso como Founders Fund, liderado por Peter Thiel, Fidelity Investments, Alphabet (la matriz de Google), Baillie Gifford y Sequoia Capital. Sin embargo, Musk sigue siendo el principal inversor, con un control del 42 % de las acciones de la empresa. Este dominio accionarial asegura que Musk mantenga el control sobre la dirección estratégica de SpaceX.
La oferta reciente para adquirir acciones marca un aumento significativo respecto a una compra anterior en septiembre, cuando SpaceX ofreció a sus empleados 112 dólares por acción. Este incremento del 65 % en solo dos meses refleja el rápido crecimiento del valor de la empresa y la confianza en su futuro.
Innovación tecnológica. SpaceX ha revolucionado la industria aeroespacial con avances como los cohetes reutilizables de la serie Falcon y el desarrollo de Starship, un vehículo destinado a misiones interplanetarias.
Relaciones gubernamentales. Como contratista clave de la NASA, SpaceX desempeña un papel crucial en proyectos como el programa Artemis, que busca regresar a la Luna.
Expansión comercial. A través de su servicio de internet satelital Starlink, SpaceX también está transformando el acceso a internet en regiones remotas del mundo.
Liderazgo de Elon Musk. Con una visión ambiciosa de convertir a la humanidad en una especie multiplanetaria, Musk ha logrado captar la atención y el apoyo de inversores globales.
El ascenso de SpaceX también se enmarca en un contexto político y económico dinámico. Tras la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2016, Musk se convirtió en uno de sus principales asesores económicos. Este vínculo podría haber influido en el aumento del valor de SpaceX y en la fortuna personal de Musk, que según Bloomberg asciende a 384,000 millones de dólares.
Con una evaluación de 350,000 millones de dólares, SpaceX está bien posicionada para liderar el futuro de la exploración espacial y la tecnología aeroespacial. Desde el avance en los viajes espaciales comerciales hasta su objetivo de colonizar Marte, la empresa sigue marcando hitos que redefinen lo posible en la industria. Además, su capacidad para atraer inversores de élite y mantener un fuerte control accionarial garantiza que continuará siendo un actor clave en el sector.
A medida que SpaceX sigue creciendo, también plantea preguntas sobre el impacto de las empresas privadas en la exploración espacial y cómo podrán equilibrar los intereses comerciales con el bien público.
Lo que es innegable es que SpaceX ya no es solo una empresa aeroespacial: es un fenómeno global que está moldeando el futuro de la humanidad.
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