La sostenibilidad ha dejado de ser un tema de moda para convertirse en una prioridad global. En este contexto, República Dominicana está posicionándose como un hub para bonos temáticos en América Latina y el Caribe. Este instrumento financiero, que incluye bonos verdes, sociales y sostenibles, se ha convertido en una herramienta clave para enfrentar desafíos climáticos y sociales mientras se movilizan recursos para proyectos de impacto positivo.
Los bonos temáticos son instrumentos financieros que canalizan recursos hacia proyectos con impacto ambiental y social. Según Andrés Felipe Sánchez, jefe para Latinoamérica y el Caribe de Climate Bonds Initiative, América Latina ha emitido 214 mil millones de dólares en bonos temáticos hasta la fecha, lo que representa el 21% de la deuda acumulada en la región. Aunque este número refleja avances significativos, aún hay un gran potencial por explotar.
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En República Dominicana, el apetito por estos instrumentos está en aumento. La reciente emisión de un bono verde en pesos dominicanos por parte del Banco Popular marcó un hito en el mercado local y destaca el interés por financiar proyectos sostenibles en moneda local.
A pesar de su creciente popularidad, existen desafíos para adoptar emisiones temáticas en la región. Uno de los principales obstáculos es la percepción de que emitir estos bonos requiere una preparación compleja y costosa. Sin embargo, Sánchez aclara que el trabajo adicional es marginal en comparación con la estructuración financiera y legal que ya exige cualquier emisión de deuda.
Además, destacó que los emisores que no se adapten a estas tendencias podrían enfrentar sanciones en el futuro. «En los próximos 10 años, las emisiones tradicionales serán penalizadas frente a las temáticas,» señaló. Por ello, es esencial que las empresas y gobiernos comiencen a prepararse para este cambio.
Los beneficios, por otro lado, son claros. Los bonos temáticos atraen inversionistas internacionales interesados en proyectos sostenibles, lo que no solo aumenta la liquidez del mercado, sino que también ofrece mejores condiciones financieras para los emisores.
Un elemento crucial para el desarrollo de los bonos temáticos en República Dominicana es la implementación de una taxonomía verde. Este sistema, liderado por la Superintendencia del Mercado de Valores, clasifica los activos y proyectos que son considerados sostenibles.
La taxonomía dominicana está alineada con estándares internacionales como los de la Unión Europea y Colombia, lo que facilita la interoperabilidad con otros mercados. Según Sánchez, «es una de las primeras cinco taxonomías emitidas en la región y es clave para generar confianza en los inversionistas al garantizar que los proyectos sean realmente verdes.»
Además, este esfuerzo ayuda a combatir el «greenwashing,» una práctica en la que las empresas exageran o mienten sobre la sostenibilidad de sus proyectos.
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Los inversionistas institucionales, como los fondos de pensiones y de inversión, están liderando la demanda de bonos temáticos. Estos actores tienen mandatos específicos que los obligan a diversificar sus portafolios hacia activos sostenibles.
Sin embargo, el mercado también está viendo un interés creciente de inversionistas individuales, especialmente en economías con mercados de valores emergentes, como República Dominicana. Este interés se alinea con las tendencias globales, donde los inversionistas buscan proyectos que generen no solo retornos financieros, sino también impacto social y ambiental.
República Dominicana tiene una oportunidad única para convertirse en un centro de emisiones temáticas en el Caribe. Su ubicación estratégica, estabilidad económica y avances regulatorios en el mercado de valores son factores clave que impulsan esta visión.
Según Sánchez, «el país tiene el potencial de atraer emisiones de otros países de la región, evitando que estos recurran a mercados internacionales más costosos, como Nueva York.» Para lograr esto, es esencial fortalecer la infraestructura financiera local y promover emisiones en moneda local.
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Los panelistas coincidieron en que República Dominicana está bien posicionada para liderar este segmento. Sin embargo, alcanzar esta meta requerirá esfuerzo conjunto entre el sector público, las empresas y los reguladores.
En los próximos años, se espera que aumente el número de emisiones temáticas en el mercado dominicano. Con iniciativas como la taxonomía verde, el país está estableciendo las bases para un mercado de valores más sostenible y atractivo para inversionistas nacionales e internacionales.
Como concluyó Sánchez, «el próximo año esperamos ver al menos cinco nuevas emisiones temáticas en República Dominicana, todas listadas en la Bolsa de Valores Dominicana.» Este desafío refleja el compromiso del país con un desarrollo económico alineado con los objetivos de sostenibilidad globales.
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