El oro ha alcanzado un nuevo máximo histórico al superar los 2.910 dólares por onza. Este incremento se da en medio de un escenario global marcado por incertidumbre y tensiones comerciales. A medida que los mercados enfrentan volatilidad, el metal precioso sigue consolidándose como activo refugio.
En lo que va del año, el oro se ha revalorizado más de un 10 %. Este ascenso responde a varios factores, entre ellos la política monetaria de la Reserva Federal y la creciente demanda de los bancos centrales. Además, la inestabilidad geopolítica impulsa el interés por este metal, que históricamente se fortalece en tiempos de crisis.
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Las expectativas sobre posibles reducciones en las tasas de interés han influido en esta tendencia. Cuando los rendimientos de los bonos caen, el oro se vuelve más atractivo, ya que no genera intereses pero ofrece estabilidad en el largo plazo. Este comportamiento refuerza su papel como resguardo de valor ante la incertidumbre económica.
Uno de los principales motores de la subida del oro ha sido el aumento de compras por parte de los bancos centrales. En los últimos años, diversas naciones han incrementado sus reservas del metal, reduciendo su dependencia del dólar estadounidense. Este movimiento refleja un cambio en la estrategia de muchos países, que buscan diversificar sus activos para mitigar riesgos.
Otro factor relevante es la política comercial de Estados Unidos. Recientemente, el país ha impuesto aranceles al acero y al aluminio, generando incertidumbre en los mercados. Ante esta situación, los inversionistas buscan refugio en activos más seguros, lo que ha favorecido la escalada del oro.
Además, el mercado de Londres ha registrado una salida significativa de oro, con destino al mercado estadounidense. Este fenómeno responde, en parte, a la atracción de Estados Unidos como centro financiero y a la intención de evitar posibles sanciones futuras.
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Según el analista Juan Ignacio Crespo, la tendencia alcista del oro podría mantenerse en los próximos meses. De hecho, se estima que la onza podría aumentar hasta un 40 % en los siguientes siete meses. Sin embargo, a largo plazo, es probable que el precio experimente correcciones.
Por otro lado, expertos de J. Safra Sarasin Sustainable AM sostienen que la volatilidad en el mercado de divisas beneficiará al oro. Las amenazas arancelarias de Estados Unidos seguirán afectando el comercio global, incentivando aún más la compra de este metal precioso.
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Para quienes buscan proteger su capital, el oro sigue siendo una opción atractiva. En momentos de incertidumbre económica, este activo suele actuar como un refugio seguro, ofreciendo estabilidad y preservación de valor.
No obstante, los inversionistas deben considerar que el oro también es susceptible a fluctuaciones. Aunque las proyecciones actuales son optimistas, factores como cambios en la política monetaria o una disminución de la demanda podrían afectar su precio en el futuro.
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