Alexey Pajitnov, el nombre detrás del icónico videojuego Tetris, no solo es uno de los millonarios más reconocidos de Rusia, sino también un ejemplo de la perseverancia y el ingenio frente a las adversidades. Su historia es una mezcla fascinante de creatividad, éxito global y una batalla legal para reclamar lo que era suyo.
Un ingeniero con un pasatiempo que se convirtió en leyenda:
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Pajitnov, ingeniero de software en la Unión Soviética, encontró en la creación de rompecabezas matemáticos una forma de entretenerse. En 1984, mientras probaba las nuevas computadoras del Centro de Computación, se inspiró en el juego de mesa Pentomino para dar vida a Tetris.
Un éxito rotundo que desafió al sistema:
El juego, con sus figuras formadas por corchetes, cautivó a todos en el Centro de Computación. Junto a Vadem Gerasimov, un estudiante de 16 años, Pajitnov le dio color, sonido y un sistema de puntuación a Tetris. Lo que comenzó como un proyecto para compartir de forma gratuita, se convirtió en un fenómeno global.
La lucha por el reconocimiento y las ganancias:
Lamentablemente, en la Unión Soviética, la propiedad intelectual no era un concepto valorado. La licencia del Tetris fue arrebatada a Pajitnov y Gerasimov, quienes no recibieron ninguna compensación por su creación.
Mirrosoft, Nintendo y Atari: La expansión global del Tetris:
Antes de que Pajitnov pudiera reclamar sus derechos, estos fueron vendidos a Mirrosoft, quien lo comercializó para computadoras. Sin embargo, el verdadero auge del Tetris llegó con las consolas. Nintendo y Atari, en una feroz competencia por el mercado, incluyeron el juego en sus plataformas, catapultándolo a la fama mundial.
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La libertad y la recompensa:
Con la caída del régimen soviético en 1996, Pajitnov finalmente pudo tomar control de su creación. Junto a Pojilko y Rogers, fundó Tetris Company en Estados Unidos, obteniendo por fin las ganancias que le correspondían.
Un legado que sigue creciendo:
40 años después de su creación, el Tetris sigue siendo uno de los juegos más populares del mundo, recaudando más de 20 mil millones de dólares y generando nuevas entregas para las consolas más modernas.
La historia de Pajitnov es un recordatorio del poder de la creatividad y la importancia de luchar por lo que es justo. Su ingenio y su perseverancia lo convirtieron en un ícono de la industria de los videojuegos y en una inspiración para las nuevas generaciones de inventores.
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