El turismo vive una era de reinvención, y Airbnb está liderando el cambio con una estrategia audaz: convertirse en un ecosistema completo de viajes. Ya no se limita a ofrecer alojamientos alternativos; ahora busca ser el nexo entre viajeros, servicios premium y actividades inmersivas, todo integrado en una sola plataforma.
El reciente lanzamiento de «Airbnb Services« marca un punto de inflexión. Por primera vez, los usuarios pueden contratar chefs privados, entrenadores personales, masajistas, fotógrafos y estilistas directamente desde la app, sin necesidad de reservar un hospedaje. Este movimiento no solo amplía el alcance de la compañía, sino que redefine su papel en el mercado: Airbnb ya no es solo una opción para dormir, sino un asistente de viaje 360°.
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La función «Services», disponible inicialmente en 260 ciudades, apunta a competir con la atención personalizada de los hoteles de lujo, pero con un enfoque más flexible y auténtico. Entre las categorías destacadas:
Chefs a domicilio: Desde cenas gourmet hasta clases privadas de cocina.
Bienestar integral: Masajes terapéuticos, entrenadores personales y sesiones de yoga.
Estilo y belleza: Peluquería, maquillaje profesional y cuidado de uñas.
Fotografía: Sesiones para capturar momentos únicos del viaje.
La clave está en la verificación de calidad y la integración fluida con la app. Los viajeros ya no necesitan buscar proveedores externos; todo está centralizado, garantizando seguridad y coherencia en la experiencia.
Mientras «Services» eleva la comodidad, «Experiencias» profundiza en la autenticidad. La plataforma ha expandido su catálogo con más de 650 ciudades que ofrecen actividades diseñadas por locales:
Clases de cocina con chefs reconocidos (como la preparación de ramen en Tokio).
Talleres de restauración de arte en Roma, guiados por expertas en patrimonio.
Recorridos alternativos, como patinaje en Venice Beach con la LA Roller Crew.
Pero el verdadero diferenciador es «Originals», experiencias exclusivas creadas con celebridades e influenciadores. Un ejemplo es «Otaku Hottie Quest», de Megan Thee Stallion, una inmersión en la cultura anime con cosplay, videojuegos y gastronomía japonesa.
La expansión no es casual. Tras 17 años dominando el alquiler vacacional, Airbnb enfrenta una competencia feroz de plataformas como Booking.com y Vrbo, que ya ofrecen servicios adicionales. Su respuesta es clara: no solo competir, sino redefinir el mercado.
Sin ataduras al alojamiento: Los servicios pueden contratarse independientemente, ampliando el público objetivo.
Lujo accesible: Lleva servicios de hoteles cinco estrellas a cualquier tipo de viajero.
Conexión local: Las experiencias refuerzan su esencia colaborativa, diferenciándose de las agencias tradicionales.
Aunque ambiciosa, la estrategia tiene desafíos:
Cobertura geográfica: Por ahora, países como República Dominicana solo ofrecen experiencias, no servicios bajo demanda.
Control de calidad: A mayor escala, mantener estándares en proveedores externos será crucial.
Percepción de marca: ¿Seguirá siendo Airbnb sinónimo de alojamiento, o el público adoptará su nueva identidad?
Airbnb no solo está adaptándose a las tendencias; las está marcando. Los viajeros ya no buscan solo un lugar donde quedarse, sino historias que contar y comodidades a medida.
Personalización: Viajes hechos a la medida, sin paquetes genéricos.
Autenticidad: Menos turismo masivo, más conexión con lo local.
Conveniencia: Todo en un solo lugar, desde el alojamiento hasta el masaje post-excursión.
Si la apuesta funciona, Airbnb podría dejar atrás su imagen de «competidor de hoteles» para convertirse en el ecosistema definitivo para viajeros modernos. La pregunta no es si el mercado seguirá su ejemplo, sino cuándo lo hará.
Con «Services» y «Experiencias», Airbnb ha dejado claro que su meta no es solo alojar, sino revolucionar cómo vivimos los viajes. Esta evolución refleja un cambio más profundo: el turismo del futuro será hiperpersonalizado, experiencial y sin fronteras entre servicios.
¿Logrará Airbnb mantener su liderazgo en esta nueva etapa? Los próximos años lo dirán. Pero una cosa es segura: el viaje perfecto ya no se limita a un buen lugar para dormir, sino a todo lo que ocurre fuera de él. Y Airbnb quiere ser el arquitecto de esa transformación.
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